tag:blogger.com,1999:blog-64948707136603991972024-03-29T13:07:27.348+01:00LA CRESTA DE LA OLAJuan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.comBlogger4504125tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-53162283249068153232024-03-29T03:00:00.002+01:002024-03-29T13:06:25.977+01:00Viernes Santo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtr4BtrMF2SYPbFMTd6YSilqWAr_ZSFDuNw6zcHjhPudp5JP2Ozw-NSrV0Ep_nOrSdoyQ2Ddbbpf8AIK4L3fXSMqfV49XlUadh4nfJMzdr-g4tSUyDqhPYX_a2BktpWvXdVL45DUN6N346lZcNAMv1quOkxJG-8ewNHCJvL8Bg01vo6ZTwP8HjDGo1k833/s320/CARTELA%20INRI.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="288" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtr4BtrMF2SYPbFMTd6YSilqWAr_ZSFDuNw6zcHjhPudp5JP2Ozw-NSrV0Ep_nOrSdoyQ2Ddbbpf8AIK4L3fXSMqfV49XlUadh4nfJMzdr-g4tSUyDqhPYX_a2BktpWvXdVL45DUN6N346lZcNAMv1quOkxJG-8ewNHCJvL8Bg01vo6ZTwP8HjDGo1k833/s1600/CARTELA%20INRI.jpg" width="288" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">En la Cruz contemplamos la locura del Amor de Dios por nosotros. Acompaño mis reflexiones.</span></div><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face=""verdana" , sans-serif">"Nadie tiene amor mayor que el que da la vida por los suyos" (Jn 15, 13), había dicho Jesús. </span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span>
<span face=""verdana" , sans-serif">Estas palabras fueron confirmadas con una muerte tan atroz como injusta e infamante. "Maldito quien cuelga de un palo" (Deut 21, 23). El empeño por parte de los judíos de que fuera Pilato quien le condenara a muerte tenía probablemente este objetivo: que la memoria de Jesucristo fuera maldita en el corazón de su pueblo. </span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span>
<span face=""verdana" , sans-serif">Sin embargo, este drama en el que la malicia humana y el Amor de Dios llegan al colmo, crea un orden nuevo: Dios saca de este gran mal el bien supremo de la Redención del mundo. La Cruz de Cristo, a la que nos invita a mirar la Liturgia de este Viernes Santo, se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos de agua viva (Cfr Jn 7,37-38).</span><br />
</span><a name='more'></a></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"La prueba de que Dios nos ama, dice S. Pablo, es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros, ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por Él salvados del castigo" (Rm 5,8-9). Dios ha redimido al mundo mediante el sufrimiento, un dolor que alcanza las fronteras del misterio. "Cuando Cristo dice: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?’, sus palabras no son sólo expresión de aquel abandono que varias veces se hacía sentir en el Antiguo Testamento, especialmente en los Salmos y concretamente en el S. 22(21), del que proceden las palabras citadas. </span></div><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Puede decirse que estas palabras sobre el abandono nacen en el terreno de la inseparable unión del Hijo con el Padre, y nacen porque el Padre ‘cargó sobre Él la iniquidad de todos nosotros’. Junto con este horrible peso, midiendo todo el mal de dar las espaldas a Dios contenido en el pecado, Cristo, mediante la profundidad divina de la unión filial con el Padre, percibe de manera humanamente inexplicable este sufrimiento que es la separación, el rechazo del Padre, la ruptura con Dios. Pero precisamente mediante el sufrimiento Él realiza la Redención, y expirando puede decir: ‘Todo está acabado’" (San Juan Pablo II, S.D. n. 18).</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así como en el árbol del Paraíso la desobediencia humana trajo el dolor y la muerte, en este árbol de la Cruz la obediencia mató a la muerte y nos abrió las puertas de la Vida Eterna. "Amo tanto a Cristo en la Cruz, dice San Josemaría, que cada crucifijo es como un reproche cariñoso de mi Dios: ...Yo sufriendo, y tú... cobarde. Yo amándote, y tú olvidándome. Yo pidiéndote, y tú... negándome. Yo, aquí, con gesto de Sacerdote Eterno, padeciendo todo lo que cabe por amor tuyo... y tú te quejas ante la menor incomprensión, ante la humillación más pequeña..." (Via Crucis, XI Estación n. 2).</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El amor es sufrido, recuerda S. Pablo (Cfr 1 Cor 13). ¿Quién se sentirá con derecho a quejarse cuando contemple estos atroces sufrimientos de Nuestro Señor? ¡Ser sufridos! Procuremos proyectar esta cualidad sobre nuestra vida ordinaria, en esas situaciones nada solemnes de nuestro acontecer diario. "¡Cuántos que se dejarían enclavar en una cruz, ante la mirada atónita de millares de espectadores, no saben sufrir cristianamente los alfilerazos de cada día! Piensa, entonces, qué es lo más heroico" (Camino, 204). ¡Ser sufridos ante las tentaciones del amor propio, la sensualidad..., y cuando advirtamos que nuestro comportamiento cristiano "choca" en el ambiente en que me desenvuelvo!</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"Nosotros debemos gloriarnos en la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo" (Gal 6,14), nos recuerda inspiradamente S. Pablo, porque ahí está nuestra salvación aunque nos cueste creerlo y nos rebelemos. La fe en la participación en los sufrimientos de Cristo, lleva consigo la certeza interior de que quien sufre "completa lo que falta a los padecimientos de Cristo", porque nosotros somos miembros de un Cuerpo cuya Cabeza es Él. Debemos enfocar nuestras penas y dificultades con un talante recio y sobrenatural. Tal vez no podamos solucionar ciertos contratiempos, pero sí podemos no torturarnos con ellos. Podemos buscar con serenidad una solución, no un motivo más de amargura y, sobre todo, podemos ver en ellos la Cruz que nos asocia a la obra redentora de Jesucristo.</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡Cuántas cosas que nos hacen sufrir física y moralmente se soportarían mejor si no dudáramos de que el Corazón del Señor sufre con el nuestro! ¡El Corazón de Jesús y el mío sufren juntos! ¿No somos una cosa con Él? ¿No nos ha asegurado que cualquier cosa que padezcan los que creen en Él la padece Él mismo? (Cfr Mt 25).</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face=""verdana" , sans-serif"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡"Señor, auméntanos la fe"! (Lc 17,5), le decían los discípulos cuando no entendían una enseñanza Suya. ¡Repitámoslo también nosotros poniendo por intercesora a la Madre de Jesús y Madre nuestra!</span><br /><br /><span style="font-size: large;">Juan Ramón Domínguez Palacios</span><br /><a href="http://lacrestadelaola2028.blogspot.com/" style="font-size: x-large;">http://lacrestadelaola2028.blogspot.com</a></span></div>
Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-24170121812291419412024-03-28T00:30:00.000+01:002024-03-28T11:04:47.676+01:00JUEVES SANTO<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; font-family: lato, sans-serif; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3rzUxGYp6T9KxRXMsPhjh2k6AfSOt2kOe4BlvuZQAPTrPVJcWdaKUTiQOB9-DhU_nHmqaMGIZ2N2cRZmm96UK8cUMBL2A_PdvmZCNzxVsA7g_fn_JJ57LITv7TIWXRnzNCJ4F9ZFOaU9-/s1600/cena.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="193" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3rzUxGYp6T9KxRXMsPhjh2k6AfSOt2kOe4BlvuZQAPTrPVJcWdaKUTiQOB9-DhU_nHmqaMGIZ2N2cRZmm96UK8cUMBL2A_PdvmZCNzxVsA7g_fn_JJ57LITv7TIWXRnzNCJ4F9ZFOaU9-/s320/cena.jpg" width="320" /></a></div>
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;"><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box;">La Eucaristía es la locura de Amor de Jesucristo. Aprendamos a descubrir este inmenso tesoro. Acompaño mis reflexiones. </span></div>Durante cuarenta días la Iglesia nos ha ido preparando para el acontecimiento culminante de nuestra salvación: el Triduo Pascual. La Cena Eucarística (2º lect) es la Nueva y Eterna Alianza que sustituye a la del AT (2ª lect). Es un Jueves Santo rebosante de contenido: la institución de la Eucaristía, el sacerdocio ministerial, el amor hecho de servicio a todos los hombres, la comunidad eclesial.<br /><br /></span><span><a name='more'></a></span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box;">La celebración de esta tarde enlaza con aquel Jueves en que Cristo se reúne con sus discípulos más íntimos. El misterio de la Presencia de Cristo en la mesa de este altar, mirándonos, oyéndonos y al que adoramos con profunda reverencia, une estos dos Jueves. El misterio elimina el tiempo y nos permite estar también con el Señor. En aquel Jueves sucedieron muchas cosas. </span><br />
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif"><span style="box-sizing: border-box;"></span><br /></span>
</span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box;">Jesús había deseado ardientemente que llegara ese momento. Ante la inoportuna discusión por parte de los discípulos sobre quién sería el primero en el Reino, Jesús hizo ese servicio sorprendente de lavarles los pies uno a uno y que escandalizó a Pedro porque ésta era una tarea de esclavos. Fue una lección inolvidable. Les habló con una ternura inmensa: "Hijitos...", les dice con cariñoso diminutivo. Les pide que se amen como Él les ha amado y realiza el prodigio de la Eucaristía. Se podría resumir la densidad y riqueza de esas horas con estas palabras de S. Juan: "los amó hasta el fin".</span></span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">"Es una cena testamentaria; afectuosa e inmensamente triste, al tiempo que misteriosamente reveladora de promesas divinas, de visiones supremas. Se echa la muerte encima, con inauditos presagios de traición, de abandono, de inmolación; la conversación se apaga enseguida, mientras la palabra de Jesús fluye continua, nueva, extremadamente dulce, tensa en confidencias supremas, cerniéndose así entre la vida y la muerte" (Pablo VI, Hom. Misa Jueves Santo 1975).</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">El contraste entre el amor de Cristo en esta tarde y la traición de Judas que va a encabezar a los enemigos del Señor vendiéndolo por 30 monedas; la discusión de los suyos sobre la primacía en el Reino; el sueño de los tres más allegados a Jesús en Getsemaní; la huída de todos y las negaciones de Pedro, da a estos momentos una grandeza insuperable. El Evangelio pone justamente de relieve este contraste: "Sabiendo Jesús que había llegado la hora..., comenzó a lavar los pies de los discípulos". El Maestro les dijo: "Entendéis lo que he hecho con vosotros...". Es decir, la entrega servicial y el amor a los demás no deben detenerse ante nada ni ante nadie, ni siquiera ante la muerte por atroz e infamante que sea, porque ahí se demuestra el amor más grande.</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">Hoy es un día apropiado para meditar cómo estamos correspondiendo a ese amor del Señor; qué amor tenemos a la Sta. Misa y cómo preparamos la Comunión; si nos esforzamos por hacer del día y de nuestra vida una Misa, esto es, una entrega a Dios y a los demás; si menudean las visitas al Sagrario en la medida en que nuestras obligaciones lo permitan.</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">En aquel Jueves que se hace presente aquí, esta tarde, Jesús anticipó sacramentalmente el Sacrificio del Calvario. Esa muerte tenía un marcado carácter de expiación, de redención por los pecados del mundo. ¡Cuántas oraciones hay en la Sta. Misa que están travesadas por esta petición de perdón! Yo, ¿las hago mías? "Señor, ten piedad... Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros, porque sólo Tú eres santo", ¡nosotros hacemos aquí lo que podemos! ¿Arrancan estas oraciones de los estratos más hondos del corazón o se ha introducido la rutina?; "acepta, Señor, en tu Bondad, esta ofrenda... líbranos de la condenación eterna y cuéntanos en el número de tus elegidos". "Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles: la paz os dejo mi paz os doy, no tengas en cuenta nuestros pecados sino la fe de tu Iglesia...", ¡Y tantas otras!</span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 20px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">Luego llega la Comunión, que hoy tiene un relieve particular. ¿Nos hemos preguntado cómo serían las Comuniones de la Stma. Virgen cuando S. Juan celebrara la Sta. Misa y Ella se acercara para recibir al que había llevado en su seno virginal y traído a este mundo? Vale la pena meditarlo y rogarle que nos alcance del Señor algo de esa pureza, humildad y devoción suya.</span></div>
<div>
<span style="box-sizing: border-box; font-family: "arial"; font-size: x-small;"><br /></span></div>
Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-63519080186837385092024-03-24T05:00:00.001+01:002024-03-24T09:52:22.968+01:00Domingo de Ramos<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2FBb0lnrYGMUmNLANygcbE9LjSiIW8gv_dHEEM6yCGDo9KAg8IZpPUFVYi4JpCEwqJ40Xtz3QAZaFb7KFmCk9XqldLzuP7JaGCdgggrVehD-x0xsWOX8hjiHMdHMZ7Zp9ByqkzOr46Zn_/s764/laborriquita-1.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: arial;"><img border="0" data-original-height="764" data-original-width="585" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2FBb0lnrYGMUmNLANygcbE9LjSiIW8gv_dHEEM6yCGDo9KAg8IZpPUFVYi4JpCEwqJ40Xtz3QAZaFb7KFmCk9XqldLzuP7JaGCdgggrVehD-x0xsWOX8hjiHMdHMZ7Zp9ByqkzOr46Zn_/s320/laborriquita-1.jpg" /></span></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;">Domingo de Ramos, el Señor nos invita a seguirle camino de la Cruz y de la Resurrección. Acompaño mis reflexiones.</div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;">Comienza la Semana grande de la fe cristiana. Con la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. </div></span></div>
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: justify;"><br /></div>
<span face=""verdana" , sans-serif"><div style="text-align: justify;">“Bendito el que viene...” grita con entusiasmo el pueblo al ver entrar a Jesús a lomos de un borrico en la ciudad Santa de Jerusalén. </div></span></span><div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div><div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><p id="1" style="background-color: white; color: #4d4d4d; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Droid Serif", Georgia, serif; font-size: 17px;"> </span>Quien siempre se había opuesto a toda manifestación pública de alabanza, quien se había escondido cuando el pueblo quiso hacerle rey, se deja hoy llevar en triunfo. Solo ahora, cuando sabe que la muerte está cerca, acepta ser aclamado como el Mesías.</p><p id="1" style="background-color: white; color: #4d4d4d; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px; text-align: justify;"> Jesús sabe que, en realidad, reinará desde la cruz, ya que el mismo pueblo que ahora le aclama jubiloso dentro de poco le abandonará y le conducirá al Calvario. Las palmas se tornarán azotes; los ramos de olivo, en espinas; los vítores, en burlas despiadadas.<br /></p><span><a name='more'></a></span><p style="background-color: white; color: #4d4d4d; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px; text-align: justify;">La liturgia, con la ceremonia de la bendición de las palmas y con los textos de la Misa –entre ellos, el relato de la pasión de nuestro Señor–, nos muestra lo unidos que están en la vida de Jesucristo la alegría y el sufrimiento, el gozo y el dolor. San Bernardo nos habla de cómo se unen en este día las risas con las lágrimas: la Iglesia nos «presenta hoy unidas, de modo nuevo y maravilloso, la pasión y la procesión; siendo así que la procesión lleva consigo el aplauso; la pasión, el llanto».</p>
<span face=""verdana" , sans-serif"><div style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Jesús acepta este espontáneo homenaje de las gentes y ante las críticas de los fariseos que piensan que la multitud exagera dice: "Os aseguro que si éstos callaran hasta las piedras gritarían" (Lc 19,39). </span></div></span></span><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face=""verdana" , sans-serif"> El contraste entre las alabanzas del pueblo y la ausencia en la entrada de Jesús en Jerusalén del aparato que acompaña a los dirigentes de este mundo, es sencillamente prodigioso. El Señor se acerca a la ciudad y al pueblo elegido en el trono modesto y común de un asno. </span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"></span><br />
</span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face=""verdana" , sans-serif">Los discípulos comprenderán esto más tarde. Mateo precisamente relaciona esta entrada de Jesús con las profecías del Antiguo Testamento que aluden a su carácter mesiánico acorde con la imagen del Siervo de Yahvé de Isaías (1ª lect) Esta entrada es un anuncio de la verdadera realeza de Cristo, humilde y sufriente, tan alejada del falso mesianismo esperado por los judíos. </span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Las hojas de palma, escribe San Agustín, son símbolo de homenaje, porque significan victoria. El Señor estaba a punto de vencer, muriendo en la Cruz.
Os ayudará a entender lo que Jesús nos pide este día el siguiente recuerdo. Sevilla, domingo de Ramos de 2009. El sol baña la cálida tarde perfumada de azahar. Una abigarrada muchedumbre contempla la primera procesión de la Semana Santa sevillana. </span></div>
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face=""verdana" , sans-serif"><br /></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Delante del soberbio paso barroco, que representa la entrada del Señor en Jerusalén, una multitud festiva y alborozada de niños nazarenos, con sus palmas y ramos, hace aún más vivo el misterio de este día. Uno de los niños de la comitiva se dirige a otro que está contemplando el paso de la procesión. Le dice sonriendo: ¿Por qué no vienes con nosotros? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Debemos hacer nuestra la invitación de este niño para vivir lo esencial: acompañar al Señor durante estos días, revivir las escenas de su Pasión, Muerte y Resurrección como un personaje más. Nos llenaremos de esperanza porque Jesús nos ha salvado con su triunfo en la Cruz. Y nos llenaremos de responsabilidad. Esa salvación –que implica la felicidad aquí y la plenitud en la otra vida- se hará realidad, si seguimos los pasos de Cristo y luchamos por cumplir nuestros deberes de cristianos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> La paz, decía San Josemaría, es consecuencia de la guerra, de la lucha, de esa lucha ascética, íntima, que cada cristiano debe sostener contra todo lo que en su vida no es de Dios: contra la soberbia, la pereza, la sensualidad, el egoísmo, la superficialidad, la estrechez de corazón. Una lucha, en fin, segura y confiada porque –como Cristo- venceremos. El nos acompaña siempre.
"Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús", escuchamos en la segunda lectura. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Estas palabras tomadas probablemente de un himno cristológico de los primerísimos tiempos del cristianismo, constituyen el mejor pórtico para comprender el significado de la Pasión del Señor que leemos hoy. Es como una apretada síntesis de la fe cristiana cuyo núcleo es Cristo: su preexistencia divina, su anonadamiento por la Encarnación, Pasión y Muerte, su Resurrección victoriosa y el reconocimiento del Universo entero que le adora como Señor para gloria de Dios Padre. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> La lectura de la Pasión es tan sobrecogedora y elocuente que casi el silencio recogido y devoto sería lo recomendable. Con todo, a parte de hacer el propósito de meditarla con detenimiento en esta Semana Santa, recordemos que la Pasión y Muerte en la Cruz por nosotros es el testimonio más claro y conmovedor del inmenso amor que Dios siente por el hombre. Sí, "tanto amó Dios al mundo que no paró hasta entregar a su propio Hijo..." (Jn 3,16).
S. Pablo lo dirá con una elocuencia que no es de este mundo: "Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span face=""verdana" , sans-serif">El que ni a su propio Hijo perdonó... ¿Quién acusará a los elegidos de Dios?... ¿Cristo Jesús que murió, más aún, que resucitó, que está a la derecha de Dios e intercede por nosotros?... Estoy persuadido de que ni la muerte ni la vida..podrá separarnos del amor de Dios." (Rm 8,31-38).</span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><br /></span></span>
<br />
</span><div style="text-align: left;">
<span face=""verdana" , sans-serif"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Juan Ramón Domínguez Palacios / http://lacrestadelaola2028.blogspot.com</span></span></div>
</div>
</div>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-51921212366211127732024-03-18T03:00:00.001+01:002024-03-19T10:02:25.316+01:00San José <p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMzqQBF5JxJG41MJ5OwhKZF_KAhtUkoD1zrGNdOFCEsram4kgb5zhJPBth4T-f_tda33q0p1A-c78UKKL2x7Ve7RyFhJGf0RGX0A0BcGubgpNpoDEyNUAtSN4Yc88CZEO39zZmD9wWvmfhnbCpt1UnK9IUibsLsZBtYheDITujjWY1VNnVI1a4hp_OrVbk/s853/jose.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="750" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMzqQBF5JxJG41MJ5OwhKZF_KAhtUkoD1zrGNdOFCEsram4kgb5zhJPBth4T-f_tda33q0p1A-c78UKKL2x7Ve7RyFhJGf0RGX0A0BcGubgpNpoDEyNUAtSN4Yc88CZEO39zZmD9wWvmfhnbCpt1UnK9IUibsLsZBtYheDITujjWY1VNnVI1a4hp_OrVbk/s320/jose.jpeg" width="281" /></a></div><p><span style="color: #333333; font-family: verdana; font-size: large; text-align: justify;">Tratando a San José encontraremos a Jesús y María y seremos buenos cristianos. Acompaño mis reflexiones.</span></p><p><span style="color: #333333; font-family: verdana; font-size: medium; text-align: justify;">La figura de S. José, que hoy contemplamos, se agiganta cuando vemos que Jesús, siendo el hijo de Dios a quien el cielo y la tierra están sujetos, quiso estar bajo la autoridad de José. La sublimidad de esta obediencia honra a S. José más que todos los elogios que la piedad cristiana pueda dedicarle.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dios puso en manos de S. José lo que más quería: su Hijo y su Madre. “Si es verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio recibió a Cristo, después de María es S. José a quien debe un agradecimiento y una veneración singular. José viene a ser el broche del Antiguo Testamento, broche en el que fructifica la promesa hecha a los patriarcas y los profetas. Sólo él poseyó de una manera corporal lo que para ellos había sido mera promesa” (S. Bernardino de Siena).<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">De ahí que la Iglesia rece así: “¡Oh, feliz varón, bienaventurado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al Dios a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo! Ruega por nosotros, bienaventurado José”.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Uno de los rasgos más llamativos de S. José es, sin duda, el silencioso discurrir de su existencia terrena Es realmente impresionante y ejemplar, la vida sencilla, modesta y laboriosa de un hombre que ha recibido de Dios luces tan extraordinarias, testigo de excepción junto con María de la Encarnación del Hijo de Dios -y en cierto modo protagonista-, y no siente la necesidad de encaminar sus pasos por un sendero llamativo que atraiga la atención de sus contemporáneos. “Para él los trabajos, las responsabilidades, los riesgos, los afanes de la singular y pequeña familia sagrada. Para él el servicio, el trabajo, el sacrificio en la penumbra del cuadro evangélico en el cual nos complace contemplarlo y, ahora que nosotros lo sabemos todo, llamarlo dichoso, bienaventurado” (Pablo VI).</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Maestro de vida interior, trabajador empeñado en su tarea, servidor fiel de Dios en relación continua con Jesús: éste es José. Con San José, el cristiano aprende lo que es ser de Dios y estar plenamente entre los hombres, santificando el mundo. Tratad a José y encontraréis a Jesús. Tratad a José y encontraréis a María, que llenó siempre de paz el amable taller de Nazaret” (S. Josemaría Escrivá).</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El recurso a S. José debería ser tan confiado y frecuente como lo ha sido y lo es en las almas que le profesan una gran devoción. ¡Id a José! Los Sumos Pontífices han aconsejado a los padres de familia, a los trabajadores, a los emigrantes, a los exiliados, a los adoradores de Dios en el silencio de los templos y de los monasterios y conventos, a los afligidos, a los agonizantes, a los que confiesan su fe y luchan por los derechos de Dios, a todo el pueblo católico, que acudan confiados a S. José. “No me acuerdo de haberle pedido cosa que la haya dejado de hacer, decía Sta. Teresa. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este santo; los peligros de que me ha librado, así de cuerpo como de alma. Que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer una necesidad, mas este glorioso santo tengo experimentado que socorre en todas y que quiere darnos a entender que, así como le fue sujeto en la tierra, así en el cielo hará cuanto le pida”.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es seguro, que quien recibió de Dios la misión de custodiar la frágil y amenazada infancia de Jesús, continuará protegiendo el también frágil y amenazado Cuerpo Místico de Cristo y cada uno de los miembros del mismo que somos cada uno de nosotros.</span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-80002726060801597682024-03-16T18:45:00.010+01:002024-03-17T10:07:46.781+01:00El día del Señor: domingo 5º de Cuaresma (B)<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnDP3GAa-mQ1YGo-perW023kaz4JJdC_vLm577naof3XqeXqYTwoBv3iN5dp3mAg9c3wGxcqo9feGRMXGiZZ35tz1IPjaMHLlLBiRgK9DHuVMm5f2fn3lIQUg_dIamIM1lNIXtaRPVY8y2qQi9P0dEiHy45rEdQkRgfbaryjFQG1shb4UaYTHMwDkRa6N/s1280/TheChosen-1.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibnDP3GAa-mQ1YGo-perW023kaz4JJdC_vLm577naof3XqeXqYTwoBv3iN5dp3mAg9c3wGxcqo9feGRMXGiZZ35tz1IPjaMHLlLBiRgK9DHuVMm5f2fn3lIQUg_dIamIM1lNIXtaRPVY8y2qQi9P0dEiHy45rEdQkRgfbaryjFQG1shb4UaYTHMwDkRa6N/s320/TheChosen-1.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Te pedimos Señor que crees en nosotros un corazón puro y nos llenes de esperanza. Acompaño mis reflexiones</span></div><p><span style="color: #333333; font-family: verdana; font-size: medium; text-align: justify;"><span>“Oh Dios crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme”. Termina la Cuaresma y nos disponemos a participar en el gran misterio Pascual: el paso de la muerte a la vida de Jesucristo, el primogénito de sus hermanos los creyentes, con la petición de que el Señor nos conceda un corazón entregado a la causa del Evangelio.<br /></span><span></span></span></p><a name='more'></a><span style="color: #333333; font-family: verdana; font-size: medium; text-align: justify;"><span></span></span><p></p><p><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; text-align: justify; white-space: pretty;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Jesús sabe que el proyecto de amor de su Padre –salvar a los hombres– se acerca a su coronación. Va a culminar su misión en el Calvario. Este ha sido su principal deseo, que ahora actualiza con decisión: «Ahora mi alma está turbada; y ¿qué voy a decir?: “¿Padre, líbrame de esta hora?” ¡Pero si para esto he venido a esta hora! ¡Padre, glorifica tu nombre!» (Jn 12,27-28). Conocer verdaderamente a Cristo implica descubrir que su identidad es inseparable de la cruz. Entender al Señor sin su pasión sería falsear su verdadero mensaje.</span></span></p><p style="background-color: white; color: #4d4d4d; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px; text-align: justify; white-space: pretty;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por esto, ante la petición de unos griegos que quieren verle, Cristo responde hablando de la hora de la salvación y emplea la imagen del grano de trigo. Son dos componentes que dibujan la imagen de quién es él. Si queremos conocer a Jesús con plena fidelidad, no podemos reducirle a un mero maestro o a un austero profeta, sino a Dios que ha venido en el momento oportuno a dar su vida por nosotros. «Si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto» (Jn 12,24). «Jesús revela que él, para todo hombre que quiera buscarlo, es la semilla escondida dispuesta a morir para dar mucho fruto. Como diciendo: si queréis conocerme, si queréis comprenderme, mirad el grano de trigo que muere en la tierra, es decir, mirad la cruz»(Francisco).</span></p><p style="background-color: white; color: #4d4d4d; margin: 0px 0px 20px; padding: 0px; text-align: justify; white-space: pretty;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="white-space-collapse: initial;"> Abrazar la cruz de Cristo no consiste en una mera acumulación de sufrimientos, de proponerse sacrificios que nos den la subjetiva impresión de merecer una gloria o una recompensa por nuestros actos. Jesús habla de perder la vida, pero lo hace en clave de servicio discreto. «¿Y qué significa perder la vida? Es decir, ¿qué significa ser el grano de trigo? Significa pensar menos en sí mismos, en los intereses personales y saber </span><em style="margin: 0px; padding: 0px; white-space-collapse: initial;">ver</em><span style="white-space-collapse: initial;"> e ir al encuentro de las necesidades de nuestro prójimo, especialmente de los últimos. Cumplir con alegría obras de caridad hacia los que sufren en el cuerpo y en el espíritu es el modo más auténtico de vivir el Evangelio, es el fundamento necesario para que nuestras comunidades crezcan en la fraternidad y en la acogida recíproca». (Francisco)</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Escuchar no es lo mismo que oír. Al cabo del día se oyen muchas cosas pero se escucha poco. Hay personas que, tienen tal incontinencia verbal o que se quieren imponer tanto a los demás, que no escuchan; sólo hablan. Y cuando parecen escuchar, solamente se está tomando un respiro para intervenir de nuevo. Contestan a lo que el otro les dice continuando con su conversación anterior. Al conducirse así dan muestras de que el otro no cuenta. Si hay una manera de aislarse de quienes nos rodean es realmente ésta. Tal vez una de las razones por las que la gente se siente sola estribe en este defecto.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sujetar la lengua y no almacenar agravios y desaires. “Lejos de nuestra conducta, por tanto, el recuerdo de las ofensas que nos hayan hecho, de las humillaciones que hayamos padecido -por injustas, inciviles y toscas que hayan sido-, porque es impropio de un hijo de Dios tener preparado un registro, para presentar una lista de agravios” (S. Josemaría Escrivá).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cuando la comodidad diga: ¡bah! Cuando estemos hechos un hervidero de odio y el Diablo aproveche para sugerirnos que somos esclavos de unos principios morales trasnochados, embridemos ese animal enfurecido en que nos convertimos a veces y recordemos esta advertencia que el Señor nos hace hoy: “El que se ama a sí mismo se pierde”.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;">“En aquel tiempo entre los que habían venido a celebrar la Fiesta había algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: -Señor, quisiéramos ver a Jesús.</span></span><br style="box-sizing: border-box;" /><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;">Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó: -Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: -Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.</span></span><br style="box-sizing: border-box;" /><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;">La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel. Jesús tomó la palabra y dijo: -Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí. Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir”</span></span><span style="box-sizing: border-box;"> </span><span style="box-sizing: border-box;">(Juan 12,20-33)</span>.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><br /></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-7922393003354168102024-03-09T20:10:00.006+01:002024-03-09T20:10:28.084+01:00El día del Señor: Domingo 4º de Cuaresma (B)<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilw-K8g74U6NmxgqtLOSelJh-ePqD5mT-rEBw1Iz4rFe_RwUV6jAEyBruzY2PSBna1JOuy6g8owZYdbf6X1rZKygVkfv6SoKW5vM5NUqup_gRIfjBrnLFj0ZrCrzuvA33YtEBjlKoUuhL0gVJZs9YverNvQEz72aMc8KMnK6LUr9QrVzzf1HII8sMP8N6e/s2048/The-Chosen.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1124" data-original-width="2048" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilw-K8g74U6NmxgqtLOSelJh-ePqD5mT-rEBw1Iz4rFe_RwUV6jAEyBruzY2PSBna1JOuy6g8owZYdbf6X1rZKygVkfv6SoKW5vM5NUqup_gRIfjBrnLFj0ZrCrzuvA33YtEBjlKoUuhL0gVJZs9YverNvQEz72aMc8KMnK6LUr9QrVzzf1HII8sMP8N6e/s320/The-Chosen.jpg" width="320" /></a><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></div><p></p><p><span style="color: #333333; font-family: verdana; font-size: large; text-align: justify;">La Iglesia invita al cristiano a alegrarse en la Cruz de Cristo porque de ahí brota “nuestra salvación, vida y resurrección”. Acompaño mis reflexiones.</span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">“Hermanos: Dios rico en misericordia...”. Jesucristo, a quien el Padre envió al mundo es el sacramento de la benevolencia divina con los hombres. Dios es Amor. No se comporta con nosotros cuando le ofendemos como lo hacemos nosotros cuando alguien nos perjudica o nos desprecia. Dios es un Padre que no duda en entregar lo que más quiere: su Único Hijo “para que el mundo se salve por Él” (Evangelio). Si al sentirnos queridos por alguien la alegría esponja nuestro corazón y somos felices, ¿qué pensar si ese alguien es Dios, Bondad y Sabiduría infinita?<br /></span><span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dios mantiene su oferta de vida y de salvación a pesar del historial de pecado que cada criatura humana tiene. Mirar a la Cruz como los israelitas en el desierto miraban la serpiente de bronce, símbolo de Ella, y quedaban curados de la mordedura del mal, es tropezarse con la prueba evidente del perdón de Dios y de su salvación prometida. </span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Así es. Jesús murió en la Cruz por nuestros pecados y éste debe ser un motivo de consuelo cuando la conciencia, al recordarnos las ocasiones en que le hemos ofendido, abra paso a una inquietud mala. “¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién los condenará? ¿Cristo Jesús, que murió por ellos, más aún, que resucitó, que está a la derecha de Dios y que incluso intercede por nosotros?” (Rom 8, 34).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La Iglesia invita al cristiano a alegrarse en la Cruz de Cristo porque de ahí brota “nuestra salvación, vida y resurrección” (Antífona Misa Exaltación Sta Cruz). ¡La Santa Cruz, ahí está el testimonio más elocuente y conmovedor del amor que Dios siente por el hombre! Este amor de Dios, inmenso y loco, que no se detiene ante la muerte, debe despertar en nosotros un afecto grande por Él que esté pronto a cualquier sacrificio personal. El sacrificio que todo amor comporta es la sal de esta vida. ¿No tenemos, a veces, la impresión de que nos quejamos demasiado, de que somos un poco melindres, poco sufridos? Una persona que a los 30 ó 40 años no haya tenido una contrariedad seria, ningún disgusto importante, corre el peligro de ser un eterno adolescente. El dolor madura a las personas, las hace más realistas, más humanas. Hay lugares donde los campesinos pinchan los higos para que estén más dulces.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El cristianismo no inventó la cruz, no la trajo a un mundo hasta entonces feliz, sino que nos enseñó y nos ayuda a llevarla con esperanza. La opción no se plantea entre llevarla o no porque el dolor aparece tarde o temprano en nuestra vida, sino entre llevarla bien o mal. Ciertamente la Cruz a unas personas las encona contra Dios, como en el caso del mal ladrón. A otras, en cambio, les abre las puertas del Paraíso. El sufrimiento es el mismo. El modo de afrontarlo, no.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No busquemos nunca a Cristo sin la Cruz, si no queremos tropezarnos con esas cruces sin Cristo, que no libran del dolor y que carecen del valor redentor que encierran. Así, el olvido de uno mismo para hacer la vida grata a los que conviven con nosotros, el esfuerzo diario para aportar con el trabajo nuestro grano de arena al bien común, las contrariedades e injusticias, el dolor físico o moral inevitables en esta vida, la lucha contra el pecado y el esfuerzo por influir cristianamente en la cultura y el comportamiento de nuestros iguales, lo afrontaremos con alegría, porque “allí donde se representa la muerte de Cristo, no puede reinar el pecado. Es tan grande la fuerza de la Cruz de Cristo que, si se pone ante los ojos..., ningún mal deseo, ninguna pasión ningún movimiento de enfado o envidia podrán prevalecer” (Orígenes, Com. in Rom, 6, 1).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pidamos a María, que estuvo junto a la Cruz de Jesús, que sepamos estar con reciedumbre cuando se haga presente en nuestra vida, y Jesús no olvidará esta muestra de solidaridad con Él cuando suene para nosotros el día grande de la Resurrección de toda carne.</span></span></p><p><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></strong></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">«Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga vida eterna en él. Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por éL El que cree en él no es juzgado; pero quien no cree ya está juzgado, porque no cree en el nombre del Hijo Unigénito de Dios. Este es el juicio: que vino la luz al mundo y los hombres amaron más a las tinieblas que la luz, ya que sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. Pero el que obra según la verdad viene a la luz, para que sus obras se pongan de manifiesto, porque han sido hechas según Dios.»</strong><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"> (Juan 3, 14-21)</span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-7661564082745753222024-03-03T10:07:00.008+01:002024-03-03T10:07:42.788+01:00El día del Señor: domingo 3º de Cuaresma (B)<p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnLMSMDuWmnvpuzRiHALIhnuYcd65h0IHW0XBBw0UCcDirf4d568ldA7ugMau0T6VvCxm0c-B_lvom2bim5IYX1EV5YTeGc2lqXEGpxW509B8rFvgw-0FJiXjGnkOPI_rFxsp1EaFLXN9Dtvf-nFTcdLPSXWnJyt1NSeagWBubVT9iS7os98GVDD0auIsd/s350/Jerus-n4i.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="231" data-original-width="350" height="211" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnLMSMDuWmnvpuzRiHALIhnuYcd65h0IHW0XBBw0UCcDirf4d568ldA7ugMau0T6VvCxm0c-B_lvom2bim5IYX1EV5YTeGc2lqXEGpxW509B8rFvgw-0FJiXjGnkOPI_rFxsp1EaFLXN9Dtvf-nFTcdLPSXWnJyt1NSeagWBubVT9iS7os98GVDD0auIsd/s320/Jerus-n4i.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Jesús se ha quedado en nuestros Sagrarios para que sintamos el calor de su compañía. Acompaño mis reflexiones.</span><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Como los profetas anteriores a Él, Jesús profesó el más profundo respeto al Templo de Jerusalén. Fue presentado en él por José y María cuarenta días después de su nacimiento (cf Lc 2,22-39). A la edad de doce años, decidió quedarse en el Templo para recordar a sus padres que se debía a los asuntos de su Padre (cf Lc 2,46-49).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Durante su vida oculta, subió allí todos los años al menos con ocasión de la Pascua (cf Lc 2,41); su ministerio público estuvo jalonado por sus peregrinaciones a Jerusalén con motivo de las grandes fiestas judías (cf Jn 2,13-14)... El Templo era para Él la casa de su Padre, una casa de oración, y se indigna porque el atrio exterior se haya convertido en un mercado” (C.E.C., 583, 584).</span></span></p><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></div><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Templo era lo que había de más sagrado para un judío, el signo visible de la presencia de Dios entre su pueblo. Es la casa de Dios, pero sus fieles han convertido la religión y el culto en un mercado. El trato con Dios ha quedado reducido al cumplimiento de unos preceptos con los que pretenden tener contento a Dios. Es una piedad que actúa al dictado del egoísmo, que quiere comprar a Dios, asignarle un sueldo. Cristo rechaza esta hipocresía con una energía tanto más llamativa por cuanto que es la única vez que le vemos emplear la fuerza física. Nos limitamos a rezar, a asistir mecánicamente a Misa los domingos, aportamos una limosna miserable, ejercitamos una caridad de platea, nos desentendemos de deberes que no se pueden incumplir, y eludimos compromisos que no pueden esperar.</span></span></p><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></div><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Jesús expuso lo esencial de su enseñanza en el Templo (cf Jn 18,20), pero dirá refiriéndose a Sí mismo: “os digo que aquí hay algo mayor que el Templo” (Mt 12,6). Tras la llegada de Cristo, el Templo puede desaparecer porque Él es a partir de ahora el signo del Dios vivo. “Destruid este Templo y Yo lo levantaré en tres días” (Jn 2,19,21). Los judíos presentes no comprendieron en ese momento que se refería al templo de su Cuerpo y al anuncio de su Resurrección.</span></span></p><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></div><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">También nosotros somos templos de Dios (cf 1 Cor 3,16), “piedras vivas” ( 1 Pet 2,5), de ese Templo que es el Cuerpo Místico de Cristo. Hay que estar vigilantes para no profanar ese misterio procurando que esa morada no sea invadida por la algarabía y las preocupaciones que llenan un mercado. Vivir para escuchar y alabar a Dios en medio de nuestras ocupaciones, tomando incluso ocasión de esas ocupaciones. “Mi casa es casa de oración”.</span></span></p><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></div><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"></strong></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Este empeño por agradar a Dios eliminando con energía lo que de Él nos aleja, tan acorde con el espíritu de estos días de Cuaresma, nos liberará de las ataduras de los ídolos, como nos dice la 1ª Lectura de hoy, a cumplir los mandatos del Señor y amarle como nuestra mejor ganancia.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">«Estaba próxima la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo un látigo de cuerdas arrojó a todos del Templo, con las ovejas y los bueyes; tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas. Y dijo a los que vendían palomas: Quitad eso de aquí, no hagáis de la casa de mi Padre un mercado. Recordaron sus discípulos que está escrito: el celo de tu casa me consume. Entonces los judíos replicaron: ¿Qué señal nos das para hacer esto? Jesús respondió: Destruid este Templo y en tres días lo levantaré. Los judíos contestaron: ¿ En cuarenta y seis años ha sido construido este Templo, y tú lo vas a levantar en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Cuando resucitó de entre los muertos, recordaron sus discípulos que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había pronunciado Jesús. Mientras estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver los milagros que hacia. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos, y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca de hombre alguno, pues sabía lo que hay dentro de cada hombre.»</strong><span style="color: #333333; text-align: justify;">(Juan 2 13-25)</span> </span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-90541888795038848982024-03-01T16:50:00.002+01:002024-03-01T16:50:21.630+01:00Marian Rojas: «Si nos pasamos la vida buscando ser perfectos, enfermamos»<p><br /></p><div class="item-page" itemscope="" itemtype="http://schema.org/Article" style="box-sizing: border-box; color: #333333;"><div class="pull-left item-image" style="box-sizing: border-box; float: left; margin-bottom: 15px; margin-right: 15px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><img alt="" itemprop="image" src="https://www.almudi.org/images/images/perfectos.jpg" style="border: 0px; box-sizing: border-box; vertical-align: middle;" /></span></div><div class="articleBody" itemprop="articleBody" style="box-sizing: border-box;"></div></div><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px;"><em style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«No conozco vidas sin errores, sin dolor y sin batallas. El perfeccionista es el eterno insatisfecho que nunca está a la altura de lo que quiere» </span></em></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entre el «imperativo de felicidad» y las altas tasas de depresión navega una sociedad conectada más a las pantallas que a las personas. En medio de esa tensión existencial, la psiquiatra Marian Rojas relativiza los dramas, elogia la tristeza, fustiga las ansias de perfeccionismo y reivindica el miedo. La discípula más aventajada de Enrique Rojas, su padre, exige el «modo avión» en un universo que gira en «modo supervivencia». Autora de Cómo hacer que te pasen cosas buenas, habla en plata de comerse el mundo en dosis equilibradas de conocimiento propio.<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Marian Rojas Estapé (Madrid, 1983) descubrió la Psiquiatría en la Bolsa de Madrid, entre el frenesí de los números rojos y las acciones que vuelan. Aquel día D acompañó a su madre al parqué y se encontró de pronto diciéndole a un bróker: «Le veo triste. ¿Le pasa algo?». La hija de Enrique Rojas optó por continuar la saga del diván con resortes propios, tan propios que acaba de escribir la sorpresa del año. Cómo hacer que te pasen cosas buenas ha conquistado el podio de los libros más vendidos.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hacemos psicoanálisis de sus páginas antes de que empiecen a llamar al timbre los pacientes. La receta para ayudar a sobrevivir con garbo la firmaba en su consulta y en sus conferencias. Ahora la suscribe también en un best seller que ha devuelto el significado de la vida a las estanterías de un mundo sin percha.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una psiquiatra joven entre los libros tendencia. ¿Cuál es su diagnóstico de este éxito inesperado?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En una época donde la gente no encuentra sentido a las cosas tendemos a sustituir las razones de vivir por sensaciones, que dan placer y son buenas pero no llenan. Hemos reemplazado los porqués por emociones intensas. Somos adictos a experiencias cada vez más vibrantes que nos dejan más solos por dentro cuando no existen. El estudio de nuestro circuito neuronal confirma que funcionamos así.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Su libro triunfa porque queremos desengancharnos de un tren que descarrila hacia algún precipicio?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una sociedad llena de vacíos se agarra a cualquier cosa: una persona, una idea, un libro… La felicidad depende del sentido que damos a nuestras vidas. Como psiquiatra, me dedico a ayudar a que la gente tenga un equilibrio sano, porque la felicidad es un concepto muy manido. Trato de animar a superar el pasado y mirar con ilusión al futuro conectando con el instante presente. Nuestras biografías tienen un alto grado de drama, de sufrimiento, de dolor, y debemos aprender a ser felices viviendo cómodos en la incomodidad real.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Terminó Cómo hacer que te pasen cosas buenas con un hijo ingresado en el hospital y su tercer embarazo en marcha.</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lo escribí en el momento más duro de mi vida. Le propuse a la editorial un libro sobre cómo hacer que nos pasen cosas buenas, y ahí se quedó el título, aunque estas páginas son mucho más profundas. No he llegado a las librerías para dar un sinfín de pautas de comportamiento, sino que propongo una cuestión de fondo que he investigado para entender mejor cómo somos, porque comprender significa aliviar. Cuando uno entiende por qué le pasan las cosas, por qué reacciona así su cerebro ante determinadas situaciones, por qué su organismo enferma en momentos de amenaza, es más fácil hacer frente a todas esas circunstancias reales y universales.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Se puede ser feliz sin asumir que somos vulnerables y que el sufrimiento forma parte de la vida?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No. Huir de la realidad nunca nos hace felices, solo incentiva la búsqueda de vías de escape que o son sanas o son destructivas. No hay términos medios.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Las redes sociales se consideran una herramienta de evasión?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El 95 por ciento de los jóvenes del siglo XXI utiliza las redes sociales como huida en falso frente a los problemas porque estimulan la atención —la corteza prefrontal— y la dopamina —la hormona del placer propia de las sustancias adictivas—. Fuera del ámbito profesional, casi todos utilizamos las pantallas cuando nos aburrimos o cuando estamos estresados, y enseñamos a nuestro cerebro que ante ambos escenarios siempre hay una forma rápida de huida. Es un reflejo de la nula tolerancia a la frustración que nos caracteriza como sociedad.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El CIS suele destacar que las preocupaciones de los españoles son, prioritariamente, el paro, los problemas económicos y la política. ¿Si incluyera «ser feliz» en sus encuestas nos llevaríamos una sorpresa?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La gente, en España, es feliz. Hay sol, se come bien y la seguridad por las calles es manifiesta. Podemos estar mejor o peor económicamente, pero contamos con una comunidad de apoyo que todavía pervive. Crecen los índices de soledad, y, sin embargo, aún destaca el peso de la familia y existen organizaciones muy volcadas ante las necesidades sociales. En nuestro país nos gusta disfrutar de las cosas, aunque tendemos a sufrir y a dramatizar mucho en determinados temas, y la crítica nos hace daño, porque las palabras tienen un impacto directo en la salud. Somos muy duros con los demás y con nosotros mismos.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Y cómo nos curamos de esa lengua viperina que nos divide?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El neuro-científico Richard Davidson, fundador y presidente del Centro para Mentes Saludables, se encontró una vez con el dalái lama, que le preguntó por qué todos los investigadores de la psique se dedicaban a estudiar el estrés, la ansiedad, la depresión, y nadie prestaba atención a la amabilidad, la bondad, la compasión, la empatía… Desde entonces, Davidson se centra en destacar que la base de un cerebro sano es la bondad. Mi padre tiene una frase que utilizo mucho en terapia: saber mirar —cómo veo, cómo observo, cómo juzgo— y saber amar. Trabajar el corazón nos ayuda a mirar con ojos que sanan.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Nadar en la superficie de las personas nos hace injustos?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nunca hemos tenido acceso a tanta información y nunca hemos sido tan vulnerables al engaño. Estamos enamorados de lo superfluo, y cada vez somos más incapaces de profundizar y llegar al trasfondo de las personas y las cuestiones. Nos quedamos en titulares, en rumores, en comentarios superficiales sobre los demás que condicionan nuestros juicios. La corteza prefrontal es la parte del cerebro que pilota la concentración y es la zona del autodominio. Gran parte de la felicidad consiste en autogestionar lo que me conviene para evitar la frustración. Las capacidades del cerebro o las usas o las pierdes. Si sustituimos la memoria por Wikipedia, el sentido de la orientación por Google Maps, y la atención por la pantalla, tendremos menos capacidad para conducir la realidad desde dentro.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Pretender una vida sin errores es saludable?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No conozco vidas sin errores, sin dolor y sin batallas. Si nos pasamos la vida buscando ser perfectos y no fallar, enfermamos. El empeño por mostrarnos perfectos en las redes sociales ya nos está enfermando. El perfeccionista es el eterno insatisfecho que nunca está a la altura de lo que quiere, por eso vive siempre alerta para controlarlo todo. Rema con esfuerzo en un mar imposible.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Marian Rojas Estapé (Madrid, 1983) empezó Medicina en la Complutense de Madrid y se graduó en la Universidad de Navarra. «En Madrid me enseñaron Medicina. En Pamplona aprendí a ser médico», dice. Con una sensibilidad particular ante el dolor y el sufrimiento decidió especializarse en Psiquiatría tras los pasos de su padre.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sus dotes de observación y memoria son su talento. Cree en la humanidad sin filtros, con sus alegrías, sus dramas, sus ilusiones y sus callejones sin salida. Buscando el grial de los ojos brillantes que a veces se pierden entre lágrimas, se aplicó en el empeño de estudiar las relaciones entre cuerpo y mente, entre física y química interior, entre piel y alma.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Con 36 años, tres hijos y una consulta concurrida, en el peor momento de su vida publicó Cómo hacer que te pasen cosas buenas (Espasa, 2019). Desde un triple punto de vista —científico, psicológico y humano—, este best seller esperanzador ofrece una reflexión profunda y didáctica, donde se espigan consejos, sobre la aplicación de nuestras capacidades a la tarea de procurarnos una existencia plena y feliz.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En las ferias del libro se codea con Arturo Pérez-Reverte, María Dueñas o Fernando Aramburu. Sus lectores acuden a sus firmas con páginas subrayadas, preguntas y emotivos agradecimientos. La palabra soledad es la más repetida en los correos que recibe y ella ha emprendido una cruzada pública contra los fantasmas de la desconexión social.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entre la consulta, la neurociencia, las librerías y la Cadena SER, con la bata blanca salpicada de dolores, Rojas es un anti-inflamatorio y un bronco-dilatador, una ráfaga de aire fresco para quienes no pueden ver el bosque y se están perdiendo —sin querer, sin poder evitarlo, sin ayuda— lo mejor de la vida.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dice el psicólogo canadiense Steven Pinker que nunca hemos estado mejor. Entonces, ¿por qué hay tanta depresión en la sociedad actual?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Muchas provienen de vivir alerta durante mucho tiempo. Si una persona se mantiene en un estado de estrés y tensión, su cerebro genera cortisol, una hormona que, de primeras, ayuda a hacer frente a un desafío, pero a la larga provoca una sensación permanente de amenaza que deriva en irritabilidad, fallos de memoria, de atención, problemas de sueño, y en una tristeza crónica que acaba en depresión.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Cómo frenamos esa tendencia?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Después de diez años escuchando vidas de pacientes he llegado a la conclusión de que el 90 por ciento de lo que nos preocupa jamás sucede, pero nuestro cuerpo y nuestra mente lo viven como si fuera real, porque no distinguen la realidad de la ficción. En una sociedad hiperestresada, incapaz de desconectar de los niveles de alerta del entorno para disfrutar con las cosas buenas que nos hacen crecer, cuando queremos frenar ya estamos enfermos. El cortisol elevado durante demasiado tiempo nos lleva a estados somáticos: enfermedades inflamatorias, reumatológicas y algún tipo de cáncer. Podemos programar el futuro, pero no controlarlo, porque ese afán nos conduce directamente a la patología.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nos gusta tenerlo todo atado, y al final nos controla la ansiedad. ¿Cómo ser audaces y, a la vez, vivir en paz?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sueña en grande, actúa en lo pequeño. Ese es mi lema. Construye castillos en el aire cuando seas capaz de levantarlos. Plantearse objetivos y poder celebrarlos en la meta es importante, porque disfrutar con la pelea por esos objetivos ya nos está conectando con lo bueno de la vida. Si nos obsesionamos con conseguir por conseguir, nos pasaremos la vida sin gozar cada momento. El acierto es que cuadre la ecuación entre las expectativas y lo que vamos logrando. Reinventarse y no perder la ilusión son dos buenos timones que merecen la pena.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Somos víctimas de un imperativo de felicidad?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sí. La obsesión por ser felices va unida a la obsesión por sentirnos culpables si no lo logramos. Un pensamiento positivo sin conocimiento propio puede hacernos daño. Es sano buscar lo mejor que llevamos dentro, pero también es sano frenar la tendencia constante por ser felices a toda costa, porque la vida tiene un componente de sufrimiento que debemos afrontar de la mejor manera posible.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Aprender a ponernos en el lugar del otro es una necesidad urgente para la convivencia social»</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Somos una sociedad que ha perdido el sentido de la vida», ha dicho usted. ¿Y de la muerte?</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La muerte como final de una vida de lucha y de amor da sentido a todo. Nos hace pensar. Reflexionar sobre cómo quiero llegar a la muerte —cómo me despediré de mis seres queridos o cómo quiero que me recuerden— nos ayuda a replantearnos la vida con visión de conjunto.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En este siglo XXI frenético usted receta contemplación, mindfulness, desconectar el móvil…</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El ser humano no está diseñado para ir constantemente en «modo supervivencia», sino para conectar y disfrutar de lo que tiene: la naturaleza, las personas… ¡Ojo, que vivimos en una sociedad que conecta mejor con las pantallas que con los seres humanos y la relación directa con las personas es lo único que nos llena de felicidad en la vida!</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La serenidad es encontrar la paz y la calma en medio de la adversidad. Desde el punto de vista neurológico, el sistema nervioso simpático se activa ante la alerta produciendo dilatación de las pupilas, taquicardias y sudoración. Cuando recuperamos la calma, se activa el sistema nervioso parasimpático, que refuerza el sistema inmunológico, recupera conexiones celulares e incluso genera nuevas neuronas. Con la paz interior ponemos a punto el organismo y el cerebro para volver a hacer frente a la siguiente batalla. Debemos enseñar a nuestro cerebro a buscar momentos de calma. No digo que nos bajemos de la rueda y nos vayamos a vivir al campo, porque es utópico, sino que, a pesar de los días bulliciosos, sepamos frenar y buscar instantes de serenidad.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Existe una tendencia a patologizar y a medicalizar estados de frustración o duelo?</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El 20 por ciento de la población está medicada por ansiedad, depresión, insomnio... ¡Las cifras son terribles! Cualquiera que lea el nuevo manual de trastornos mentales se verá reflejado en diferentes patologías de algún modo, y en el caso de los niños es particularmente llamativo. El mundo se ha psicologizado. Yo tiendo a quitarles hierro a los diagnósticos, incluso, a veces, ni los doy, porque los nombres técnicos generan perturbación. Las etiquetas nos producen vértigo, sobre todo cuando después buscamos en Google… Hay una psiquiatría dura —enfermedades mentales agudas e incapacitantes— y otra psiquiatría, en auge, que aborda desórdenes que no son graves pero que afectan a muchísima gente, como la ansiedad, los cuadros semi-depresivos o el insomnio, que son piedras en el zapato durante todo el día y provocan roces en la familia, en el trabajo, etcétera.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Fingimos que empatizamos. Fingimos que sufrimos. Fingimos que fingimos. ¿Cómo reconectar con la autenticidad?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Lo que más motiva al ser humano es ser amado y ser reconocido, por eso hacemos todo lo que sea para aparentar que vivimos bien. Si no estamos sanos por dentro, buscaremos ese aplauso o ese afecto como compensación a nuestros vacíos. Y germinará la envidia, que demuestra superficialidad, no profundidades. Fingiendo pensamos que los demás nos ven como queremos, porque las ganas de querer que todo el mundo piense que nuestra vida es casi perfecta son universales. Me encanta desmitificar a la gente que parece perfecta.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ser optimista, alargar los telómeros y tener menos posibilidades de enfermar. Explique esta trilogía del emoticono sonriente.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los telómeros son los capuchones de las puntas de los cromosomas, que se van acortando cuando nos vamos haciendo mayores. Son el reloj biológico natural. Sabemos que la manera en la que nos enfrentamos a los problemas de la vida puede acortar o alargar nuestros telómeros. La actitud proactiva —me levanto, leo, hago deporte, quedo con alguien, me venzo a mí mismo y voy hacia adelante— mejora los telómeros, la salud física y la psicológica. El optimismo es ver la vida como una gran posibilidad para mejorar. La gente que tiende a ver la vida en positivo, a pesar de las circunstancias, tiene menos riesgo de minar su salud. El pesimista, el que convierte las emociones en una soga, se acerca al diván.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cuando todo el mundo tiene una fórmula para el optimismo, ¿corremos el riesgo de convertir en tabú cualquier sentimiento discrepante?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El optimismo es una herramienta que no puede ser un fin, ni una obsesión, ni comprarse a cualquier precio. Una herramienta sin contexto se convierte en un problema en sí misma. La psicología positiva solo funciona cuando nos conocemos bien en situaciones de calma y de estrés.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Usted receta optimismo y observa enfermedades sociales. ¿Dónde encuentra el equilibrio una psiquiatra?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es una profesión de riesgo mental. Pasar el día escuchando fantasmas, traumas y problemas puede conducir a no creer en el ser humano. Uno también acaba teniendo sus miedos y sus fobias, porque tú ayudas al paciente pero el paciente te provoca sentimientos con cada una de sus palabras. Cada especialista debe tener sus mecanismos para recuperarse. Yo tengo momentos diarios para encontrar calma mental. Me sirve conectar con mi marido y mis hijos, con la lectura, darme un paseo y echar el freno por completo en vacaciones para reponerme de cara al siguiente curso.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Drogodependientes emocionales, chutes de sensaciones fuertes, mendigar likes a cualquier precio. ¿Cuál es la metadona contra esta adolescencia crónica?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La mejor manera de conectar con el mundo online es estar de lleno en el mundo offline. Uno de los grandes abonos para el cerebro es azuzar nuestra capacidad de asombro y volver a mirar las cosas con interés. Estamos en una sociedad en la que damos todo por hecho y en la que todo sucede de manera instantánea, y eso nos lleva a no saber esperar. Debemos volver a educar en la espera en las diferentes facetas de la vida, porque el cerebro, cuando no tiene lo que quiere, se frustra, se pone triste y se irrita. Las dos esferas que nos hacen más felices están relacionadas con el amor y con el trabajo, dos ámbitos que nunca ofrecen resultados inmediatos y requieren la paciencia y la perseverancia de saber esperar. Hay que aprender a vivir en la rutina encontrando la belleza en lo cotidiano, porque si solo dependemos de las grandes emociones, de los cambios, las experiencias intensas y los sentimientos a corto plazo, nos convertimos en personas demasiado vulnerables.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Está proscrita la tristeza en nuestra sociedad?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La tristeza tiene muy mala fama, y eso es un problema. Decía Darwin que el ser humano que sobrevive es el que mejor se adapta a las circunstancias, y esa capacidad de adaptación depende en buena medida de cómo gestionamos todas las emociones: la tristeza, la alegría, la ira, el asco… Si nos pasamos el día renegando de la tristeza, acabamos en una huida sin fin. Aunque no tenga buena prensa, es fundamental, porque es la emoción que mejor nos conecta con nuestro interior. La tristeza nos sirve para reflexionar y decidir cambiar las cosas que no funcionan. También existen personas que profesan amor a la tristeza —la melancolía— porque encuentran un deleite en esa amargura que les confiere cierto placer. Muchos autores y artistas se inspiran en la melancolía, aunque deben estar al quite: cuando permites que la tristeza se convierta en un estado de ánimo habitual, entras en un pasadizo deslizante peligroso.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Estamos en pie de guerra contra emociones como la ira, el miedo, el asco o la envidia, además de la tristeza?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Todas las emociones son necesarias porque constituyen las respuestas lógicas ante las diferentes circunstancias, y todas vienen precedidas de un razonamiento, aunque no seamos conscientes. Las emociones —buenas o malas— son básicas para la supervivencia. El asco, por ejemplo, evita que comamos cosas que nos enfermen. La ira nace cuando vemos que falta armonía en nuestro entorno e impide que caigamos en la sumisión, propia de quien acepta todo sin medidas. El miedo es la emoción que nos ha traído hasta este punto de la historia. Hay una obsesión por evitar el miedo, y no se trata de eliminarlo, sino de saber que existe para digerirlo de forma correcta. La gente valiente no es la que no tiene miedo, sino la que lo acepta y avanza.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Podemos prever y programar el futuro, pero no controlarlo, porque ese afán nos conduce directamente a la patología»</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Por qué tenemos dificultad para encontrar palabras que expresen las emociones?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En la generación de nuestros padres y abuelos expresar los sentimientos era lo propio de personas débiles. A ellos les enseñaron que había que tragárselo todo. Luego descubrimos que quien se traga las emociones se ahoga. Hay estudios que relacionan el silencio emocional con problemas dermatológicos, cardiológicos, digestivos… Las siguientes generaciones han ido aprendiendo a gestionar las emociones y estamos en una etapa interesante.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Cuáles deben ser las pasiones dominantes de una sociedad que quiere romper el cascarón y madurar?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Urge educar en valores como la empatía, de tal manera que se evite juzgar a los demás. Todos ponemos etiquetas y tenemos nuestros prejuicios sobre personas, razas, orientaciones sexuales... Aprender a ponernos en el lugar del otro es una pasión urgente para la convivencia social. Además, recomendaría especialmente participar en alguna actividad de voluntariado. Pocas acciones llenan más al ser humano que dedicar tiempo, cabeza y corazón a los demás desinteresadamente. Impulsar la cultura es otra prioridad para sostenernos sobre pilares sólidos. Aprender las raíces, los orígenes, formarse para no cometer los mismos errores y para valorar lo que han aportado quienes nos precedieron, nos contextualiza mejor y nos da argumentos que ofrecen sentido a nuestra biografía.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Las páginas de su libro mezclan cuerpo (cerebro, hipotálamo, hormonas) y mente (valores, ilusiones, corazón). ¿Los médicos que solo ven huesos, cartílagos y venas pueden ser perjudiciales para nuestra salud?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hipócrates decía que el médico no tiene que estudiar la enfermedad que tiene el enfermo, sino al enfermo que tiene la enfermedad, y su sabiduría sienta cátedra más de dos mil años después. No todas las migrañas son iguales, no todos los cuadros digestivos son idénticos… El paciente es quien se merece el foco de atención. Esto requiere tiempo, empatía y paciencia. Es más fácil prescribir una pastilla que preguntar qué te ha pasado, cuál es tu situación personal… El problema es que la gran mayoría de los médicos no tienen tiempo en consulta para un abordaje integral. Convertir al paciente en el eje de la atención médica es un reto para el sistema sanitario público, donde las agendas suelen estar saturadas y el profesional solo cuenta con diez minutos por cita.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dice que la medicina occidental «no estudia el interior de las personas» cuando se dirige solo al síntoma. ¿Qué enfoque alternativo necesita la Medicina ante la sociedad que se encuentra en sus salas de espera?</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Conozco el mundo oriental y me encanta aquella cultura tan enfocada a la persona. La medicina china no reniega de ningún tipo de sabiduría tradicional, porque todas son complementarias. Aunque la occidental ha avanzado muchísimo, vamos dando pasos muy lentamente en aceptar algunas terapias supletorias en un mar de propuestas milagro que no curan y hacen daño a la salud pública. Los pacientes mejoran aunando tratamientos.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La familia se rompe cada vez más. Lo dicen las estadísticas y se palpa en su consulta. ¿Corremos el riesgo de envejecer teniendo como compañera de fatigas a la triste soledad?”?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La salud física y psicológica predice nuestro modo de envejecer, y la manera de envejecer depende de cómo nos sintamos queridos. Mi gran preocupación del siglo XXI es la soledad. En el momento más globalizado, más conectado, con el internet de las cosas incorporado a nuestras casas, la gente está cada vez más sola. Urge hacer un esfuerzo para unir lo que se ha desconectado. El siglo pasado fue el de la diversidad, este es el de la igualdad, y el que viene debe ser el de la conexión con personas que nos ilusionen la vida. Recomponer las relaciones de familia no es solo una medida importante, sino una urgencia sanitaria.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Es viable comerse el mundo sin atragantarse?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cuidado con comerse el mundo muy rápido y obsesionarse por alcanzar pronto el éxito. No pasa nada por ir avanzando poco a poco. Querer generar impacto está haciendo mucho daño a personas que han puesto en eso el sentido de sus vidas. El trabajo bien elaborado con ilusión es más sano. No hace falta ser un influencer, porque cada vez vemos más gente con miles de seguidores en las redes sociales con problemas de autoestima, de inseguridad y de trastornos depresivos.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Cómo se cura el odio?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Perdonando, que es un acto de amor. Sin el perdón, se instala en nosotros el odio y el rencor, dos reacciones incompatibles con la felicidad. Si no somos capaces de perdonar, el problema es nuestro, porque nos quedamos intoxicados.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Seremos capaces de incorporar a nuestras rutinas el deporte de reírnos de nosotros mismos y de nuestras imperfecciones?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Reírnos de nuestros fracasos y problemas y priorizar el sentido del humor es básico. No podemos tomarnos tan en serio lo que nos pasa. Para superarse es necesario asumir el error y la imperfección, y reírse de uno mismo. Sabemos que la persona que ríe activa el músculo orbicular del párpado, que tiene una relación con el sistema límbico. Eso genera endorfinas y sustancias positivas para el organismo. Está comprobado que cuando uno se ríe a carcajadas hay una explosión luminosa en el cerebro, como se ha visto en alguna resonancia magnética. El sentido del humor es una vitamina para el cerebro muy buena para la salud.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿El optimismo realista y sanador de Rojas Estapé será un tsunami crónico?</span></strong></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">A raíz de esta publicación he descubierto otra forma de ayudar más allá de conferencias o terapias. Mi única finalidad es ofrecer un apoyo basado en la evidencia científica y en mis reflexiones personales para alegrar la vida de muchas personas, para alcanzar la paz y el equilibrio en un mundo hiper-estresado e hiper-comunicado. Por mi parte, seguiré estudiando y pensando ideas para actualizar el discurso y poder así tender la mano a miles de lectores que necesitan que alguien les encienda la luz. </span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><strong style="box-sizing: border-box;">Álvaro Sánchez León en </strong><a href="https://nuestrotiempo.unav.edu/es" style="box-sizing: border-box; color: #5d929c; text-decoration-line: none;"><strong style="box-sizing: border-box;">nuestrotiempo.unav.edu/es</strong></a></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-35496482432094763072024-02-25T10:09:00.002+01:002024-02-25T10:09:03.480+01:00El día del Señor: domingo 2º de Cuaresma (B)<p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5pJz6Bra6-aafC69YP07bIvCasLKgyS_kcJWbWk8fcvPZwGV8KByIJC4pZlP3D4e1q-lITj3twnmSqxTC29naGRrUt4fqQJHYvSYglJyBjoI8N-ak9HiRRohXnim-nO58QarKAuRb5MGqRSb-Cs2F7gFSmtIyPZ46RK_OluyiS6i1YhIUi3lsUE-n0Efl/s640/rafael.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="640" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5pJz6Bra6-aafC69YP07bIvCasLKgyS_kcJWbWk8fcvPZwGV8KByIJC4pZlP3D4e1q-lITj3twnmSqxTC29naGRrUt4fqQJHYvSYglJyBjoI8N-ak9HiRRohXnim-nO58QarKAuRb5MGqRSb-Cs2F7gFSmtIyPZ46RK_OluyiS6i1YhIUi3lsUE-n0Efl/s320/rafael.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Como a los Apóstoles en la Transfiguración, el Señor nos da en esta Cuaresma la gracia para nuestra conversión. Acompaño mis reflexiones.</span><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“El principal fin de la Transfiguración, enseña S. León Magno, era desterrar del alma de los discípulos el escándalo de la Cruz”. A esta interpretación, que es una constante en la enseñanza de la Iglesia, se une también S. Beda que, comentando este episodio del Evangelio de hoy, dice que el Señor permitió a Pedro, Santiago y Juan “gozar durante un tiempo muy corto de la contemplación de la felicidad que dura siempre, para hacerles sobrellevar con mayor fortaleza la adversidad”.<br /></span><span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">S. Pedro no olvidará este consuelo con el que Jesús les preparaba para los amargos días de su Pasión y muerte y los sufrimientos que, más tarde, tendrían que arrostrar ellos también. Y así escribe a los primeros cristianos: “Cuando os dimos a conocer la venida en poder de nuestro Señor Jesucristo, no lo hicimos inspirados por fantásticas leyendas, sino que fuimos testigos oculares de su grandeza. Él recibió, en efecto, honor y gloria de Dios Padre cuando se escuchó sobre Él aquella sublime voz de Dios: Éste es mi hijo amado, en quien me complazco. Y ésta es la voz venida del cielo que nosotros escuchamos cuando estábamos con Él en el monte santo” (2 Pet 1,12-21).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nosotros debemos aprovechar también esta revelación que la Iglesia coloca en el ecuador de la Cuaresma para que no nos domine la tristeza o la desesperación en los momentos duros de la vida. Cuando parece que todo se hunde o un proyecto en el que se ha empeñado la vida y por el que no se han ahorrado fatigas y disgustos se viene abajo, la certeza de que Dios tiene también un proyecto que engloba los nuestros, evitará el desaliento. En esta convicción se apoyaron siempre los santos y ella explica su serenidad, incluso su alegría, en medio de penalidades sin cuento.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No permitamos que la tormenta que oculta momentáneamente al sol, nos haga dudar que llegará el buen tiempo. También esa perturbación atmosférica cumple su función a la hora de la cosecha. En este episodio y ante la exclamación de Pedro: “Señor, qué bien se está aquí”, se nos informa que “no sabía lo que decía”. Fomentemos la visión sobrenatural y no suspiremos por una vida sin sobresaltos. La historia es tarea y, a veces, está atravesada por el sufrimiento, pero hay que sobreponerse a él en la confianza de que entra en los planes de Dios.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">“Éste es mi Hijo..., escuchadle”. Escuchar a Cristo, orar, es abrirse a la hondura del misterio del Tres veces Santo. Orar no es distraerse ni evadirse pidiendo a Dios que haga nuestro trabajo mientras nos sentamos a esperar. Orar es ponerse a la escucha y aprender que la Voluntad de Dios se cumple también en la adversidad.</span> </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">“</span><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">En aquel tiempo Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: -Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: -Este es mi Hijo amado; escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué querría decir aquello de resucitar de entre los muertos” </strong><span style="color: #333333; text-align: justify;">(Marcos 9,1-9).</span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-43024686375158420032024-02-17T17:53:00.008+01:002024-02-17T17:53:52.135+01:00El día del Señor: domingo 1º de Cuaresma (B)<p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXdAI533_pWIAqZTDYdb_iJGk6P4wYZLPgdWZ4zfE_GtY6PdRXKu4G_QlDeJk7uloU4NLzF7vqgHhPpwIfxKCHzJL8geUGv5xoy85lDYTff7CsQqqMKdrF_rWaf1iOgUjsQON2UcLpdSNj3h_eTUv6hSYsR4q78LNS3AFoRtKIp2lCRtEy9MKsBvAZ2i-E/s976/1613732186121.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="549" data-original-width="976" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXdAI533_pWIAqZTDYdb_iJGk6P4wYZLPgdWZ4zfE_GtY6PdRXKu4G_QlDeJk7uloU4NLzF7vqgHhPpwIfxKCHzJL8geUGv5xoy85lDYTff7CsQqqMKdrF_rWaf1iOgUjsQON2UcLpdSNj3h_eTUv6hSYsR4q78LNS3AFoRtKIp2lCRtEy9MKsBvAZ2i-E/s320/1613732186121.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Cuaresma. Una oportunidad de oro para practicar por amor a Dios la oración, el ayuno y la limosna. Acompaño mis reflexiones</span><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Con la ceremonia de la imposición de la Ceniza, el Miércoles pasado, comenzaba la Cuaresma, tiempo de preparación para la gran Solemnidad de la Pascua del Señor, su paso de la muerte a la vida, anticipo del que esperamos dar también nosotros. <br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Un tiempo litúrgico fuerte que recuerda los cuarenta años de peregrinación del pueblo de Dios por el desierto hacia la Tierra Prometida; los cuarenta días de Moisés y Elías previos al encuentro con Dios; los de Jonás para alcanzar la penitencia y el perdón; y, sobre todo, los de Jesús antes del comienzo de su ministerio público. Un tiempo, pues, de profunda renovación interior.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La Iglesia hace un llamamiento apremiante a cada uno de nosotros para que, así como Jesús se entregó por espacio de cuarenta días a un ayuno riguroso y rechazó las tentaciones del enemigo, de igual modo nosotros ayunemos de toda palabra u obra que no sea grata a Dios, preparándonos con sinceridad de corazón a las celebraciones pascuales, preludio de la Pascua eterna que disfrutaremos un día.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En nuestra vida cristiana no debe extrañarnos la tendencia a la comodidad egoísta. El Señor permite la tentación porque, al superarla con la ayuda de su gracia, ella hace a la persona más madura, más comprensiva, más realista, encaminándola así hacia la eternidad. “Dichoso el varón que soporta la tentación porque, probado, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que le aman” (Sant. 1, 12).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cuaresma. Una oportunidad de oro para practicar por amor a Dios la oración, el ayuno y la limosna. Oración para conocer y amar cada día más a Jesucristo. Ayuno, no tanto del alimento cuanto de todo aquello que sabemos que desagrada a Dios. Limosna que, por ser un ejercicio de la virtud de la caridad, permite que nos acerquemos a la cumbre del vivir cristiano, porque la plenitud de la Ley de Dios es el amor.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cuaresma. Una invitación a una profunda conversión que se traduzca en una piedad más sincera y constante, no abandonando la meditación de la Palabra de Dios, la Sta Misa y la Comunión con Él por motivos banales. Conversión que se refleje en un trabajo hecho de la mejor manera que sepamos y podamos, con ilusión por la obra bien hecha. Conversión que nos lleve a afrontar con ánimo deportivo las contrariedades y roces propios de toda convivencia, no volcando en los demás el vinagre del mal humor, del resentimiento. Conversión que lleve a una guarda decidida de los sentidos para proteger al corazón de la basura moral que, a veces, impregna el ambienta que nos rodea. En pocas palabras: en un empeño sostenido por apartar de nosotros pautas de comportamiento que desdicen de la conducta de un buen cristiano.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">Decidámonos a acompañar estos días a Jesús contemplando su entereza al acercarse el momento de su Pasión y Muerte, valiéndonos de ese piadoso y estimulante ejercicio del Via Crucis, de la consideración de los Misterios de Dolor del Sto Rosario, o de la lectura atenta de esas horas de dolor que nos ofrecen los Evangelistas.</span> </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">“En aquel tiempo el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: -se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia” </strong><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">(Marcos 1,12-15). </span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-23523725612504639492024-02-10T12:00:00.001+01:002024-02-10T12:00:06.358+01:00El día del Señor: domingo 6º del T.O. (B)<p class="MsoBodyText" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="box-sizing: border-box;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEeuMsef4bGLit3aslVRkukpuUyfGvMNp-Xtprh7RtYVSr_adrxm9xDCI_NXxCgPpK3TXAh9pqRHl1_hcQCdptmTQMVXhJIJzpAi839t2IyBuve9foQ-mxmWJAyBrzFiOqnFnmEt0wlJKiGUFqGSb3pTZ0QFMjBdKxc7Whi5Ovr0sH9PC3DD3B91XjKc_/s480/leproso%20ss.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="480" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrEeuMsef4bGLit3aslVRkukpuUyfGvMNp-Xtprh7RtYVSr_adrxm9xDCI_NXxCgPpK3TXAh9pqRHl1_hcQCdptmTQMVXhJIJzpAi839t2IyBuve9foQ-mxmWJAyBrzFiOqnFnmEt0wlJKiGUFqGSb3pTZ0QFMjBdKxc7Whi5Ovr0sH9PC3DD3B91XjKc_/s320/leproso%20ss.jpeg" width="320" /></a></span></div><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Con su misericordia infinita el Señor nos cura y abraza siempre. Acompaño mis reflexiones.</span></span><p></p><p class="MsoBodyText" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">“Se acercó a Jesús un leproso...” En la 1ª Lectura hemos escuchado que “mientras le dure la lepra, seguirá impuro: vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento”. Por temor al contagio y a incumplir la Ley, las gentes, incluso los familiares, eludían su trato y se apartaban de él con miedo y repugnancia. Jesús, sin embargo, permitió que se acercara y, extendiendo la mano, le tocó para curarlo.<br /></span><span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">Los Padres de la Iglesia vieron en la lepra la imagen del pecado, tanto por su repugnancia como por la separación que ocasionaba entre quienes estaban cerca. El pecado va introduciendo en el corazón humano un principio de descomposición: el virus de la soberbia, la comodidad egoísta, la sensualidad... que poco a poco va agravando –como la lepra la piel humana- todo el comportamiento de la persona, tornándola molesta primero y repulsiva después, para familiares, amigos y conocidos.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">Las flaquezas, errores y abusos deben llevarnos a acercarnos a Cristo en el Sacramento de la Confesión. Jesús aseguró que Él ha venido a por los pecadores: “Es médico y cura nuestro egoísmo, si dejamos que su gracia penetre hasta el fondo del alma. Jesús nos ha advertido que la peor enfermedad es la hipocresía, el orgullo que lleva a disimular los propios pecados. Con el Médico es imprescindible una sinceridad absoluta, explicar enteramente la verdad y decir: <i style="box-sizing: border-box;">Domine, si vis, potes me mundare</i> (Mt 8, 2), Señor, si quieres – y Tú quieres siempre-, puedes curarme” (San Josemaría Escrivá).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">En el Salmo Responsorial hay un eco de la alegría que invadió a este leproso: <i style="box-sizing: border-box;">Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado; dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito. </i>Efectivamente, a pesar de que el Señor le <i style="box-sizing: border-box;">encargó severamente</i> que no se lo dijera a nadie, su alegría al verse curado no pudo guardársela y empezó a divulgar su curación con entusiasmo.<br /><br /><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; text-align: start; white-space: pretty;">El protagonista de la sanación no puede contener su gozo, y le resulta imposible limitarse a transmitirlo al sacerdote que debía verificar la curación. El perdón, el sentirnos amados incondicionalmente, nos lleva a abrirnos a los demás y mostrarnos cercanos con los que tenemos a nuestro lado. Cuando experimentamos la misericordia divina, sentimos la necesidad de restaurar los vínculos rotos y contagiar el bien recibido. </span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">Sólo Dios puede eliminar la lepra del pecado y devolver a la criatura la salud perdida. “El perdón humano, por muy generoso que sea, nunca llega a disipar todas las sombras de la desconfianza. El recuerdo de la ofensa no se borra nunca definitivamente. Aún suponiendo que el que perdona pueda olvidar todo el mal y conceder de nuevo su confianza, el perdonado no podrá nunca olvidar su villanía. Le perseguirá siempre un sordo malestar y se encontrará incómodo ante la persona a la que ofendió” (G. Chevrot).</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">Cuando Dios perdona todo es distinto y mejor, como se ve en la acogida del Hijo pródigo o en ese mantener a Pedro al frente de su Iglesia a pesar de haberle negado delante de unos criados de casa grande. Dios perdona y permite que podamos sentirnos limpios, caminar con la cabeza bien alta y con el corazón rebosante de alegría y agradecimiento.</span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> <span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">«Y vino hacia él un leproso que, rogándole de rodillas, le decía: Si quieres, puedes limpiarme. Y compadecido, extendió la mano, le tocó y le dijo: Quiero, queda limpio. Y al momento desapareció de él la lepra y quedó limpio. Le conminó y enseguida lo despidió, diciéndole: Mira, no digas nada a nadie; pero anda, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio. Sin embargo, una vez que se fue, comenzó a proclamar y a divulgar la noticia, hasta el punto de que ya no podía entrar abiertamente en ciudad alguna, sino que se quedaba fuera, en lugares apartados. Pero acudían a él de todas partes»</span><span face="lato, sans-serif" style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"> (Marcos 1,40-45).</span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-74711355431558743582024-02-03T17:36:00.003+01:002024-02-03T17:36:23.714+01:00El día del Señor: domingo 5º del T.O. (B)<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBrKKErjiQMGYykGg3QxRmxo1A0p87U-cN8-pfR69xV5VhgWdllRkaUI-meEIv1uav7SAwL605tE31ZgMd60V8vEcdjSTq7ajnz_XqrLm09cuAi0ROJwtKzG_-WziFFcIYKdZU5IMxQdRZCSSoO-sd3dhuXDMBeaEPD5Kl4HMwJjvzQzmrtfnQ_uLiGkJe/s512/suegra-de-pedro-Jesus.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="409" data-original-width="512" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBrKKErjiQMGYykGg3QxRmxo1A0p87U-cN8-pfR69xV5VhgWdllRkaUI-meEIv1uav7SAwL605tE31ZgMd60V8vEcdjSTq7ajnz_XqrLm09cuAi0ROJwtKzG_-WziFFcIYKdZU5IMxQdRZCSSoO-sd3dhuXDMBeaEPD5Kl4HMwJjvzQzmrtfnQ_uLiGkJe/s320/suegra-de-pedro-Jesus.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">El Señor nos ayuda a vencer nuestras debilidades, en particular, el desaliento ante nuestra pequeñez. Acompaño mis reflexiones. </span><p></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">“El Señor sana los corazones destrozados, venda sus heridas”. Cristo es el remedio de nuestros males. Debemos acercarnos a Él y acercar a aquellas personas allegadas a nosotros como se nos dice el Evangelio de hoy: “Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos de diversos males y expulsó muchos demonios”.<br /></span><span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Quien es consciente de que “nadie es bueno, sino uno, Dios” (Mc 10, 18), se acercará al Sacramento de la Penitencia y animará a que se acerquen quienes están a su lado: mis hijos, mis familiares, mis amigos..., porque “gracias a la medicina de la Confesión Sacramental la experiencia del pecado no degenera en desesperación” (S. Agustín, Com S. 102).</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En ocasiones, las frecuentes capitulaciones en materia de sensualidad y amor propio o la falta de constancia en las prácticas de piedad, provocan una reacción despechada que se traduce en un “yo, para hacer las cosas así, mejor no las hago, medianías, no”. S. Tomás de Aquino decía que “es mejor andar el camino aunque sea cojeando, que caminar rápidamente fuera de él. Porque quien va cojeando por el camino aunque adelante poco, se va acercando al término; pero el que anda fuera de él, cuanto más corre tanto más se aleja de la meta” (Sobre Ev. S. Juan, 14, 2).</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El desaliento, cuando invade el interior del hombre -como la humedad el muro y las paredes-, estropea todo intento de mejora. Es como enlucir y volver a reparar los desconchados, pintar y volver a pintar. La humedad no tarda en crear nuevas bolsas en la pared que irán arrancando la pintura. Si no se sanea el muro o las paredes, toda reparación será una pérdida de tiempo y de dinero. Hay que ir a la causa del desánimo. Hay que sanear el alma con las aguas de ese “segundo Bautismo”, como llaman los Padres de la Iglesia al Sacramento de la Reconciliación, que barre la suciedad acumulada en el corazón y nos devuelve la vida divina.</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“El Señor sana los corazones destrozados, venda sus heridas”. Cristo es quien puede sanear el fondo del alma a través de los Sacramentos, particularmente con la Confesión y la Eucaristía. Sin los Sacramentos no hay verdadera vida cristiana. “La confesión sacramental, dice San Josemaría Escrivá, no es un diálogo humano, sino un coloquio divino; es un tribunal de segura y divina justicia y, sobre todo, de misericordia, con un juez amoroso que no desea la muerte del pecador, sino que se convierta y viva” (cf. Ez 33, 11)</span></span></span></p><p><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían no les permitía hablar.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: -Todo el mundo te busca.<br style="box-sizing: border-box;" /></span><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">Él les respondió: -Vámonos a otra parte, a, las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido.<br style="box-sizing: border-box;" /></span><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios</span><span style="color: #333333; text-align: justify;">” (Marcos 1,29-39).</span></span>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-4053813771184674352024-01-27T20:15:00.008+01:002024-01-27T20:15:33.841+01:00El día del Señor: domingo 4º del T.O. (B)<p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs3aB0QWiEJ2UprNqn7kLyAz4kxUjHxOF2TTbj9kjldtej8qbGyqoEp1Q-PwRkZKkOSbEt7SEgz26IE65HxriQ8clEgf-koCEOZMZ2PBkWyxcLzwt1_s-RQXza0Nk0LRQtc1h1x7613lHMydopjzI_wZV-MexIGddibO4cpc60z8JsmKKDNd-3uDEnT2J1/s1672/The_Chosen_-_Jesus_touches_the_leper.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="941" data-original-width="1672" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgs3aB0QWiEJ2UprNqn7kLyAz4kxUjHxOF2TTbj9kjldtej8qbGyqoEp1Q-PwRkZKkOSbEt7SEgz26IE65HxriQ8clEgf-koCEOZMZ2PBkWyxcLzwt1_s-RQXza0Nk0LRQtc1h1x7613lHMydopjzI_wZV-MexIGddibO4cpc60z8JsmKKDNd-3uDEnT2J1/s320/The_Chosen_-_Jesus_touches_the_leper.jpg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">Con Jesucristo ha entrado en la historia humana la Luz y la Salvación. Acojámosla y llevémosla a todas partes. Acompaño mis reflexiones.</span><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: large;">“Se quedaron asombrados ...porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad”. El pueblo fue sensible a esta autoridad de Jesús ya que nunca emplea, como hacían los profetas, la fórmula típica: “</span><i style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: large;">Así dice el Señor</i><span style="font-family: verdana; font-size: large;">”. Él habla siempre en nombre propio:</span><span style="font-family: verdana; font-size: large;"> </span><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: large;">Oísteis que se dijo a los antiguos, pero yo os digo. </span><span style="font-family: verdana; font-size: large;">(cf Mc 2, 29).<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Esta autoridad, tan distinta y tan superior a la de los mandatarios de este mundo, la ejerce sobre las fuerzas de la naturaleza, las enfermedades, la muerte y, como vemos en el Evangelio de hoy, sobre los espíritus malignos. “En Jesús hay, no un poder extraordinario, sino la misma omnipotencia divina” (K. Adam).</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En la sinagoga donde estaba enseñando, un hombre que tenía un espíritu inmundo se puso a gritar: -¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?” Esta acusación diabólica se refleja en la mentalidad de quienes sólo toleran a Dios y a su Iglesia en el ámbito privado, como un estorbo molesto, o un enemigo de la libertad y la justa autonomía humana. </span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hay quienes están interesados en imponer a gritos, a través de diversos medios, una cultura laicista, antirreligiosa, silenciando y ridiculizando <i style="box-sizing: border-box;">lo católico</i>, ofreciendo a cambio un goce egoísta. La Iglesia se asemeja así a su Maestro: “El siervo no es mayor que su señor. Si me han perseguido a mí, también os perseguirá a vosotros” (Jn 15, 20). El odio de los sin dios es estéril, pero es clarividente y sabe contra quien debe dirigirse. “Sé quién eres: el Santo de Dios”, dijo este poseso de Cafarnaún.</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hay un pecado que, de un modo reposado y con la cabeza serena, dice <span style="box-sizing: border-box;">no a Dios. </span>Es la postura de los <i style="box-sizing: border-box;">instruidos de todos los tiempos</i> y que J. Pieper ha expresado admirablemente: “Un Dios impersonal, ¡bien está!: un Dios subjetivo de los verdadero, bello y bueno detrás de nuestra mente, ¡mejor todavía! Una fuerza vital informe..., ¡eso es lo mejor de todo! Pero Dios mismo, vivo, que tira de la otra punta de la cuerda..., el Rey, el Esposo, ¡eso es algo completamente distinto!” Y viene el rechazo.</span></span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">Pero con Jesucristo ha entrado en la historia humana este misterio de luz y de salvación. Este poder que se impone a cualquier otro, permanece en su Iglesia y no significa subordinación de todo lo que hace la vida más rica y gratificante. Al contrario, Él devuelve al hombre y a la sociedad su ser original, como devolvió la salud a este poseso de Cafarnaún.</span> </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">«Entran en Cafarnaún; y, al llegar el sábado, fue a la sinagoga y enseñaba. Y quedaban admirados de su doctrina, pues les enseñaba como quien tiene potestad y no como los escribas. Se encontraba entonces en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu inmundo, y decía a gritos: ¿Qué hay entre nosotros y tú, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? ¡Sé quién eres tú: el Santo de Dios! Y Jesús le conminó diciendo: Calla, y sal de él. Entonces, el espíritu inmundo, zarandeándolo y dando una gran voz, salió de él. Y se quedaron todos estupefactos, de modo que se preguntaban entre sí diciendo: ¿Qué es esto? Ese enseñar con autoridad es nuevo. Manda incluso a los espíritus inmundos y le obedecen. Y su fama corrió pronto por doquier en toda la región de Galilea»</span><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"> (Marcos 1,21-28).</span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-44637474137726727332024-01-20T19:32:00.003+01:002024-01-20T19:32:56.296+01:00El día del Señor: domingo 3º del T.O. (B)<p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpMNaIv-tyenadc9eBCxkGh69Zm7uoJI9OgQSjTuqyQd1BQ2f9y8t2Qy7Kxbb-dOvu5PNli_iB-bgfHJARj5US3vStIR8PBjK9dbOv7opCEMyIngYOY5frhYS3QXG2N9msMcbO7gWXzA4Q4QnukkbGEPq6z_sThKMCrYFsn27Fdtq8BoNu85QeLlYOsUXo/s940/discipulos.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="411" data-original-width="940" height="140" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpMNaIv-tyenadc9eBCxkGh69Zm7uoJI9OgQSjTuqyQd1BQ2f9y8t2Qy7Kxbb-dOvu5PNli_iB-bgfHJARj5US3vStIR8PBjK9dbOv7opCEMyIngYOY5frhYS3QXG2N9msMcbO7gWXzA4Q4QnukkbGEPq6z_sThKMCrYFsn27Fdtq8BoNu85QeLlYOsUXo/s320/discipulos.jpeg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: large;">El Señor nos llama a todos a seguirle en el desempeño de nuestras tareas ordinarias. Acompaño mis reflexiones.</span><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hay llamadas de Dios que son como una invitación dulce y silenciosa. Otras más imperiosas, como la que dirigió a Jonás y que acabamos de escuchar en la 1ª Lectura. Y hay también llamadas en las que el Señor pone sencillamente su mano sobre nuestros hombros y dice, como a Pedro y a sus compañeros de oficio: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. <br /></span><span></span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hay que saber entonces dejarlo todo con alegría, porque se comprende que entre las voces que suenan a nuestro alrededor, que aturden y encantan con su brillo pasajero, se ha individuado otra cuyo acento es misterioso pero inconfundible, dulce y exigente, sencilla como un suspiro pero profunda como un drama, la voz de Jesús que quiere sacarnos de la mediocridad ambiental para trabajar por la transformación de este mundo.</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Señor se dirige también hoy a cada uno de nosotros porque el Reino de Dios -solía decir Jesús- no viene ostensiblemente (Cfr Lc 17, 20). Jesús, a través de su Iglesia, sus sacerdotes, un compañero que vive a nuestro lado puede, como a estos primeros discípulos, hacernos una llamada a dejarlo todo por Él, a extender su reinado de amor y de paz por la tierra. Hay que saber reconocer su presencia discreta, envuelta en la debilidad de una criatura porque no quiere imponerse.</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Seguir a Jesucristo significa trabajar por la cristianización de este mundo, procurando que ese trabajo se realice en nosotros, en primer lugar, mediante esa profunda conversión que nos propone el Señor en el Evangelio de hoy: “Convertíos y creed en la Buena Noticia”.</span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aceptar la llamada de Jesús y ser incluidos en el círculo de sus colaboradores más cercanos, es el mayor regalo que una persona puede recibir de Dios en esta vida. Así lo entendieron los primeros que, nos dice el Evangelio de hoy, “inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”.</span></span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">“No concluyas cómodamente: yo para esto no sirvo, para esto ya hay otros; esas tareas me resultan extrañas. No, para esto no hay otros; si tú pudieras decir eso, todos podrían decir lo mismo... Además: ¿quién ha dispuesto que para hablar de Cristo, para difundir su doctrina, sea preciso hacer cosas raras, extrañas? Vive tu vida ordinaria; trabaja donde estás, procurando cumplir los deberes de tu estado, acabar bien la labor de tu profesión o de tu oficio, creciéndote, mejorando cada jornada. </span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">Sé leal, comprensivo con los demás y exigente contigo mismo. Sé mortificado y alegra. Ése será tu apostolado. Y, sin que tú encuentres motivos, por tu pobre miseria, los que te rodean vendrán a ti, y con una conversación natural, sencilla -a la salida del trabajo, en una reunión de familia, en el autobús, en un paseo, en cualquier parte- charlaréis de inquietudes que están en el alma de todos”. (S. Josemaría Escrivá).</span> </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">“</span><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: -Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios: Convertíos y creed la Buena Noticia. Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: -Venid conmigo y os haré pescadores de hombres. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con El” </span><span style="color: #333333; text-align: justify;">(Marcos 1,14-20).</span></span></p><p><span style="color: #333333; font-family: lato, sans-serif; font-size: 14px; text-align: justify;"><br /></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-64692190240249836742024-01-19T10:17:00.001+01:002024-01-19T10:17:03.558+01:00¿Revolución? Tras 7 años de la histórica portada del National Geographic, el niño trans…no es trans<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIoaQKVgmvreoj6jAMpbWdHCTfKogFUrqdMWLEVm3y18mjIC3IOmvtDsQRDDD0HnwKMhHAVn_pK0pgCWeh1jcP0SOOmTF5wh9I96iVXHMvo2RYVo9Og6M7C_ZUfNQnaCv3trF-Elmgu-YMQqpUcdzwdGeNSKWMNGl3dyMRRu-OSFvKUoVgiamw1julLr4Y/s640/trans.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="360" data-original-width="640" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIoaQKVgmvreoj6jAMpbWdHCTfKogFUrqdMWLEVm3y18mjIC3IOmvtDsQRDDD0HnwKMhHAVn_pK0pgCWeh1jcP0SOOmTF5wh9I96iVXHMvo2RYVo9Og6M7C_ZUfNQnaCv3trF-Elmgu-YMQqpUcdzwdGeNSKWMNGl3dyMRRu-OSFvKUoVgiamw1julLr4Y/s320/trans.jpg" width="320" /></a></div><span style="background-color: white; font-family: "Titillium Web", Arial, sans-serif; font-size: 17px;">En enero de 2017, la mundialmente conocida </span><a href="https://www.nationalgeographic.com/magazine/article/gender-issue-reader-comments-faq" rel="nofollow" style="background-color: white; font-family: "Titillium Web", Arial, sans-serif; font-size: 17px; outline: none; text-size-adjust: 100%;" target="_blank"><em style="outline: none; text-size-adjust: 100%;">National Geographic</em></a><span style="background-color: white; font-family: "Titillium Web", Arial, sans-serif; font-size: 17px;"> sorprendía al mundo dedicando su primer número del año a la llamada "infancia trans". Ilustraba su portada una fotografía de un </span><b style="background-color: white; font-family: "Titillium Web", Arial, sans-serif; font-size: 17px; outline: none; text-size-adjust: 100%;">"Avery Jackson" de 9 años despreocupado, sentado en un sofá con el pelo teñido de rosa</b><span style="background-color: white; font-family: "Titillium Web", Arial, sans-serif; font-size: 17px;"> y con muy pocos signos que desvelasen que realmente se trataba de un niño.</span><p></p><p><span style="background-color: white; font-family: "Titillium Web", Arial, sans-serif; font-size: 17px;">LEER MÁS: <a href="https://www.religionenlibertad.com/polemicas/345519258/siete-anos-historica-portada-national-geographic-nino-trans-no-es-trans.html" style="font-weight: bold;" target="_blank">AQUÍ</a><br />religion en libertad</span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-83312281162279518752024-01-13T18:05:00.005+01:002024-01-13T19:36:25.671+01:00El día del Señor: domingo 2º del T.O. (B)<p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTA-7NqT-g9vQRZhwJ_EJnHR6GlsCmLVSn4EHRNmZgY3fps91G4i7y5S29NsElbRuhzYeL4Hfslgc1WGyZnD5AZcEn9QMOagb5zW0ML8nAIPdyF9GP-sge-mmq_b-XwcaqqlkWyAH0Fge3NsaQpwJpZfnHWa3hM5fyD2TadqKscShGkn4giFCEBmBvZmzq/s350/DBC3B52A-8C58-47BD-9E2E-409DCBCF77CD.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="350" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTA-7NqT-g9vQRZhwJ_EJnHR6GlsCmLVSn4EHRNmZgY3fps91G4i7y5S29NsElbRuhzYeL4Hfslgc1WGyZnD5AZcEn9QMOagb5zW0ML8nAIPdyF9GP-sge-mmq_b-XwcaqqlkWyAH0Fge3NsaQpwJpZfnHWa3hM5fyD2TadqKscShGkn4giFCEBmBvZmzq/s320/DBC3B52A-8C58-47BD-9E2E-409DCBCF77CD.jpeg" width="320" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Jesús nos brinda su amistad y nos anima a llevarle a nuestros familiares, amigos y conocidos. Acompaño mis reflexiones. </span><p></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Hemos encontrado al Mesías”, dice Andrés a su hermano Simón Pedro. Se trasluce en este primer encuentro de Jesús con los que serán sus discípulos ese algo primaveral y radiante que tiene el perfume de lo que se custodia como algo entrañable y, al propio tiempo, se comunica porque la alegría por un hallazgo así no cabe en un corazón sólo. ¿Cómo guardar para sí semejante descubrimiento? Enseguida se desencadena un apostolado en el que la alegría de un hallazgo actúa por contagio. Dios se vale de los lazos de sangre o de amistad para llamar a sus colaboradores.<br /></span><span></span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La amistad cristiana puede abrir la puerta del corazón de nuestros amigos, a ese Cristo que tal vez no puede entrar porque la cancela de los prejuicios los mantiene recluidos en la cárcel de la ignorancia, la reserva mental, la confusión doctrinal o una incurable pereza. La amistad es el cauce natural y divino para un apostolado hondo, capilar, hecho uno a uno, persona a persona.</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡Cuántos prejuicios contra la Iglesia, sus Sacramentos, su moral y su culto, podríamos alejar de la cabeza y el corazón de nuestros amigos! A cuántos podríamos decirles, en el cálido dédalo de la amistad: ¿quién te ha dicho que estas cosas son inoperantes en nuestro mundo y tan sólo tienen un poder tonificante en las horas yermas, solitarias o crepusculares de la vida? Es más. A ninguno se nos oculta, por evidente, que hay cosas que sólo se admiten cuando se tratan en ese clima entrañable que la amistad crea; y que, igualmente, hay asuntos por corregir o mejorar en los demás que sólo el amigo, con su trato delicado y oportuno, puede señalar.</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Señor nos convoca a todos, de una forma o de otra, a una edad u otra. A veces lo hará a una edad temprana, como en el caso de Samuel que nos refiere la 1ª Lectura de hoy; en otras ocasiones al inicio de la madurez de la vida, como en el caso de Simón Pedro, de Juan y los otros dos discípulos. En cualquier ocasión hay que responder a esa llamada con la alegría estremecida que respira esta página del Evangelio de hoy.</span></span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">Jesús pasa hoy también a nuestro lado; también en esta celebración. Pasa cuando un sacerdote, un amigo, un buen libro, unos días de recogimiento y oración, nos lo señalan como Juan Bautista se lo mostró a sus discípulos. También pasa al lado de los que en la vida queremos cuando hacemos eco de sus enseñanzas con una conversación oportuna y el ejemplo de una vida cristiana que lucha por ser coherente. ¡Cuántas ocasiones en la vida de familia, en nuestro lugar de trabajo, en la calle, para prestar una ayuda espiritual a nuestros hermanos! Sí, Jesús se hace el encontradizo con nuestros amigos a través de nosotros cuando no rehuimos la conversación sobre temas espirituales, y ese diálogo espontáneo y sincero puede constituir para muchos el comienzo de un vivir distinto.</span> </span></p><p><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">«Al día siguiente estaba allí de nuevo Juan y dos de sus discípulos y; fijándose en Jesús que pasaba, dijo: He aquí el Cordero de Dios. Los dos discípulos, al oírle hablar así siguieron a Jesús. Se volvió Jesús y viendo que le seguían, les preguntó: ¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives? Les respondió: Venid y veréis. Fueron y vieron dónde vivía, y permanecieron aquel día con él. Era alrededor de la hora décima.</span></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y siguieron a Jesús. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos encontrado al Mesías (que significa el Cristo). Y lo llevó a Jesús. Mirándolo Jesús le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Piedra)»</span><span style="color: #333333; text-align: justify;"> (Juan 1,35-42)<br /><br />meditación de opusdei.ES: <b><a href="https://opusdei.org/es-es/article/meditaciones-domingo-2-semana-tiempo-ordinario-ciclo-b/" target="_blank">AQUÍ</a></b></span></span>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-38495481516040534672024-01-07T02:30:00.000+01:002024-01-07T12:03:13.811+01:00El bautismo del Señor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2AgnlDdEMSSN96Y_Ea-H65VwzEszQDsZYLIXfE_w2mTkVMyZyVm7S7qY5-SlVYAQnvoyOWCPFenm-f4cc3YSM2fCr_IqIVWL8NQjddp2SA8pHNICLi6KmjdICTsPGIc_hoPclzBgKlA0u/s1600/bautismo.JPG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2AgnlDdEMSSN96Y_Ea-H65VwzEszQDsZYLIXfE_w2mTkVMyZyVm7S7qY5-SlVYAQnvoyOWCPFenm-f4cc3YSM2fCr_IqIVWL8NQjddp2SA8pHNICLi6KmjdICTsPGIc_hoPclzBgKlA0u/s320/bautismo.JPG" width="237" /></a></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">Con el Bautismo Dios cura nuestra debilidad, nos da su vida divina -haciéndonos hijos de Dios- y nos acompaña siempre. Adjunto mis reflexiones.</span></span></span></span></div><div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">“Se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo amado, mi preferido”. En el Bautismo, que representa nuestro nacimiento a la vida cristiana, cada uno “vuelve a escuchar la voz que un día resonó a orillas del Jordán: Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco (Lc 3,22); y entiende que ha sido asociado al Hijo predilecto. </span></span></span></span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">Se cumple así en la historia de cada uno el designio del Padre: a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que Él fuera el primogénito entre muchos hermanos (Rom 8,29)” (Juan Pablo II).</span></span></span></span></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">Saboreemos esta verdad al pensar en nuestro Bautismo y procuremos no olvidarla, sobre todo, cuando la vida presente su cara menos simpática. </span></span></span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">Quien ha creado todo lo que vemos y no vemos, al que adoran millones y millones de ángeles con enorme respeto y una profunda veneración, quien tiene en sus manos el destino de este mundo que pasa, es mi Padre. Mi Padre. No un ser lejano que vive el margen de mis temores y esperanzas, sino Alguien a quien puedo acudir con la confianza con la que un pequeño acude a su madre o a su padre en sus apuros.</span></span></span></span></div>
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #333333; font-size: large; text-align: justify;">Desde el día de nuestro Bautismo, el Espíritu Santo que descendió también a nuestro corazón va labrando en él la imagen de Jesús. Pero “no como un artista, dice S. Cirilo de Alejandría, que dibujara en nosotros la divina sustancia como si Él fuera ajeno a ella. No es de esta forma como nos conduce a la semejanza divina; sino que Él mismo, que es Dios y de Dios procede, se imprime en los corazones que lo reciben como el sello sobre la cera y, de esa forma, por la comunicación de sí y la semejanza, restablece la naturaleza según la belleza del modelo divino y restituye al hombre la imagen de Dios”.</span><br />
<span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #333333; font-size: large; text-align: justify;"><br /></span>
<br />
<div style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">Si somos dóciles a esa acción del Espíritu Santo y que se manifiesta en impulsos de una mayor generosidad con Dios y con quienes nos rodean, en una lucha más seria contra nuestras inclinaciones torcidas, iremos poco a poco pareciéndonos cada vez más a Jesucristo, haciéndonos una sola cosa con Él, sin dejar de ser nosotros mismos, como ese hierro que metido en la fragua va progresivamente llenándose de luz y energía. Nuestra vida se convierte entonces, en cierto sentido, en una prolongación de la vida terrena de Jesús, porque Él vive verdaderamente en nosotros como el fuego en el hierro.</span></span></span></span></div>
<div style="box-sizing: border-box; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<div style="color: #333333;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;">S. Francisco de Sales solía decir que entre Jesucristo y los buenos cristianos no existe más diferencia que la que se da entre una partitura y su interpretación por diversos músicos. La partitura es la misma, pero la interpretación suena con una modalidad distinta, personal; y es el Espíritu Santo quien la dirige contando con las distintas maneras de ser de esos instrumentos que somos nosotros. ¡Qué inmenso valor adquiere entonces todo lo que hacemos: el trabajo, las contrariedades diarias bien llevadas, los pequeños y grandes servicios, el dolor! Sí, Dios se complace en nosotros, porque en cada uno ve la imagen de su Hijo preferido.</span></span></span></span></div>
<div style="color: #333333;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;"><br /></span></span></span></span></div>
<div style="background-color: #fffffa; color: #444444; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: start;">
<span face="Verdana, sans-serif" style="font-size: large;">Lectura del santo Evangelio según San Mateo <br />3, 13-17 </span></div>
<div style="background-color: #fffffa; color: #444444; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: start;">
<span face="Verdana, sans-serif" style="font-size: large;">En aquel tiempo vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: «Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?». Jesús le contestó: «Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia». </span></div>
<div style="background-color: #fffffa; color: #444444; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: start;">
<span face="Verdana, sans-serif" style="font-size: large;">Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».</span></div>
<div>
<br />
<span face=""verdana" , sans-serif" style="font-size: large;"><span style="color: #333333;">Juan Ramón Domínguez Palacios</span><br /><span style="color: #333333;">http://lacrestadelaola2028.blogspot.com</span></span></div>
</div>
Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-22991781406991729472024-01-06T01:30:00.001+01:002024-01-06T10:36:36.212+01:00Epifania del Señor<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTJl2f32wZI-OPOsUlPqtfpaWHDD1aakYINUn1wYLwUsMbqT6Dpfz4ozRWLrOmyxYRZAXmFGAPIqK3jfOOoZNmAsq3KNzy5zehVYjCBXM2SkaiI8x_NzoN2s8rmLZwqWDF_njydsWli-2o/s1600/murillo-adoracic3b3n-de-los-magos.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTJl2f32wZI-OPOsUlPqtfpaWHDD1aakYINUn1wYLwUsMbqT6Dpfz4ozRWLrOmyxYRZAXmFGAPIqK3jfOOoZNmAsq3KNzy5zehVYjCBXM2SkaiI8x_NzoN2s8rmLZwqWDF_njydsWli-2o/s320/murillo-adoracic3b3n-de-los-magos.jpg" width="247" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; line-height: 16px; margin-bottom: 10px; text-align: justify;"><p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dios Niño es el regalo extraordinario que recibimos en el
día de Reyes. Con Él viene la esperanza y la fortaleza para afrontar con
ilusión y ánimo renovado el nuevo año. Acompaño mis reflexiones.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque
hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo”. Ésta es la razón que dan
aquellos Magos para justificar el largo y penoso camino que emprendieron
abandonando la serena ocupación de todos los días. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La misma razón que conduce a tantas y tantos a dejarlo todo
por el Señor. Y es igualmente la razón del caminar cristiano abandonando la
tranquilidad burguesa que una sociedad permisiva está constantemente
proponiendo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero a veces la estrella, como a los Magos, se oculta, y las
sombras de la noche se enseñorean de todo ocultando el camino y suprimiendo sus
perfiles orientadores. En esas horas, siempre hay quien puede ayudarnos porque
el camino está ahí. Pero también hay quienes, aprovechando la oscuridad,
engañan al viajero, como Herodes con su información interesada.<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Lo que hoy sucede,
por lo que se refiere a ese haz de verdades elementales que están a la base de
la armónica convivencia entre los pueblos, es objetivamente grave. Hay un
ataque organizado y sin tregua a la Verdad revelada por Dios y a las
instituciones naturales queridas por Él.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡Cuántas veces, y por diversos motivos, la estrella que
guiaba nuestros pasos se oculta y la oscuridad nos envuelve. La ilusión y el
entusiasmo con que se inició un proyecto se esfuman. Un ejemplo. Se casaron. Él
y ella decían que no había en el firmamento una estrella más hermosa. Todos
decían que parecía que habían nacido el uno para el otro. Hubo años de intensa
felicidad.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hoy arrastran una existencia lánguida y piensan que se
equivocaron de pareja. ¿Cómo puede ser que lo que ayer era luz y entusiasmo hoy
sea oscuridad y decepción? Y otro tanto sucede con la profesión, las aficiones
preferidas, los compromisos adquiridos, y también en la vida espiritual. Somos así.
Al amanecer vemos claro, al mediodía dudamos y al atardecer todo parece oscuro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es preciso contar con la eventualidad de que la estrella del
entusiasmo se apague porque Dios desea que no nos movamos por puro entusiasmo
sino por la luz de su Palabra. No debemos tolerar que las oscuras luces del
capricho o del cansancio desplacen la luminaria del Evangelio. En esos
momentos, particularmente críticos, en que se pueden tomar decisiones
lamentables, malogrando fidelidades de años, hay que hacer como los Magos:
preguntar a quien conoce el camino y puede orientarnos. </span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Cristo ha dado a su Iglesia la seguridad de la doctrina, la
corriente de gracia de los Sacramentos; y ha dispuesto que haya personas para
orientar, para conducir, para traer a la memoria constantemente el camino.
Disponemos de un tesoro infinito de ciencia: la Palabra de Dios, custodiada en
la Iglesia; la gracia de Cristo, que se administra en los Sacramentos; el
testimonio y el ejemplo de quienes viven rectamente junto a nosotros, y que han
sabido construir con sus vidas un camino de fidelidad a Dios” (S. Josemaría
Escrivá).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Si nos dejamos guiar por la estrella que brilló al comienzo
del camino cristiano emprendido y no por el resplandor pasajero del entusiasmo,
encontraremos al final a María, José y a Jesucristo, Luz y Esperanza de las
naciones. “Mientras los Magos -dice S. Juan Crisóstomo- estaban en Persia, no
veían sino una estrella; pero cuando dejaron su patria, vieron al mismo Sol de
Justicia”.</span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Juan Ramón Domínguez Palacios</span></p></div>
Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-21980167334443312792024-01-05T10:42:00.008+01:002024-01-05T10:43:07.814+01:00Carter Griffin: “La esencia del celibato es la entrega”<p> </p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXssCsxIRLUyYYJnq59RJBFfBLAtR-yg-7txA_tMiLB1jhDvdumJvLElRTfXMWitK7zYhp-n27cXU01qDFcxuZvzQ_QcU3TIGrcJJ-TD1OjavIIEl1GRSVxJo01HHtGVqtwPD2iVdsW8lRyt4vCVspI61q68Cp-Tnkj12HZSBuWLrTYgrKoEp-kshA4EmO/s920/Rev-Carter-Griffin-1.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="920" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXssCsxIRLUyYYJnq59RJBFfBLAtR-yg-7txA_tMiLB1jhDvdumJvLElRTfXMWitK7zYhp-n27cXU01qDFcxuZvzQ_QcU3TIGrcJJ-TD1OjavIIEl1GRSVxJo01HHtGVqtwPD2iVdsW8lRyt4vCVspI61q68Cp-Tnkj12HZSBuWLrTYgrKoEp-kshA4EmO/s320/Rev-Carter-Griffin-1.jpeg" width="320" /></a></div><p><span style="background-color: white; letter-spacing: -0.55px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Carter Griffin, director de seminario y autor de "¿Por qué el celibato? Reclamando la paternidad espiritual del sacerdote" habla en esta entrevista sobre la esencia de la entrega de las personas célibes y el impacto que tiene este estilo de vida en la sociedad actual.</span></span></p><div class="meta" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #979797; margin-bottom: 1em; position: relative;"><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El sacerdote Carter Griffin es el rector del seminario San Juan Pablo II en Washington. Durante su estancia en la universidad de Princeton se convirtió al catolicismo y, tras ejercer como oficial naval, entró en el seminario.<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Desde hace años habla sobre temas de antropología y teología, consciente de que actualmente “hay mucha confusión”, algo que por supuesto alcanza también al celibato. Con el fin de aportar luz y profundidad teológica en este aspecto, escribió su libro “<a href="https://www.casadellibro.com/libro-por-que-el-celibato/9781949013962/12410285" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">¿Por qué el celibato? Reclamando la paternidad del sacerdote”.</a></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En esta entrevista desarrolla algunos de los puntos más importantes para comprender la paternidad espiritual, el sentido del celibato y su valor dentro y fuera de la Iglesia católica.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Qué es exactamente la paternidad sobrenatural, de la que usted habla con frecuencia?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La <a href="https://omnesmag.com/foco/ceriotti-paternidad/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">paternidad</a> sobrenatural es un modo de dar la vida en el orden de la gracia, lo que significa que tomas parte en el cuidado de las almas. Implica sanar, proteger, alimentar… Todos los aspectos que se encuentran en la maternidad y paternidad naturales, pueden encontrarse en la paternidad espiritual.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Puede que a algunas personas les sorprenda encontrar vinculada la idea de sacerdocio y paternidad, ¿cómo se relacionan estos conceptos?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Probablemente sea una cosa del idioma, porque en inglés tenemos la costumbre de llamar “padre” al sacerdote. Por eso, incluso si las personas no han pensado realmente la razón por la que lo hacen, sí hay cierta idea de que el sacerdote es padre. Supongo que supone más un choque para aquellos que no estén habituados, pero la realidad es que en los países angloparlantes esta costumbre no tiene ni doscientos años.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La paternidad y la maternidad consisten en dar la vida a otros y, normalmente, hacemos esto de modo biológico y natural. Con todo, las personas tenemos un alma inmortal que se genera y requiere un acto de Dios. Así, al igual que un padre y una madre se unen para generar a un tercero a través de la acción de Dios, también nosotros generamos vida en el orden de la gracia. El celibato del sacerdote le permite llevar una vida completamente dedicada a ese nivel de paternidad.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Los seres humanos estamos hechos para el amor, un amor que debe ser fructífero. Todo ser humano está llamado a un amor fructífero, incluso las personas que no están casadas. Y el modo que tiene un sacerdote de vivir esto es a través de esa paternidad espiritual.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hoy el celibato está considerado como algo radical, al igual que en la época de Jesús, en la que era extraño que un maestro no estuviera casado. ¿Cree que quienes piensan que el celibato no es natural tienen una parte de razón?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">No es “antinatural” en un sentido negativo, porque no daña nuestra naturaleza, pero sí que es sobrenatural. Es algo que normalmente no somos capaces de vivir sin la ayuda de la gracia.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Dicho esto, también quiero clarificar la idea un poco porque siempre ha habido gente en la historia que no se ha casado, aunque no eran necesariamente célibes por el Reino de los Cielos, puede que estuvieran cuidando de la familia o que nunca encontraran cónyuge.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Tendemos a ver el sexo y el matrimonio a través de las lentes de la revolución sexual, que dice que el sexo es una necesidad indispensable, lo cual no es verdad. Las personas pueden tener vidas perfectamente buenas, independientemente de que estén casadas o no.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por tanto, por un lado es una vocación sobrenatural que se vive en el orden de la gracia. Por otro lado, creo que le damos demasiada importancia al papel del sexo en el mundo actual, tanta que nos olvidamos de que se pueden tener una vida satisfactoria y buena sin que haya sexo en ella.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Tiene hoy el celibato el mismo valor que tenía en los inicios de la Iglesia?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El mismo o más. En los inicios de la Iglesia muchos veían el celibato como una continuación de la entrega total de uno, paradigmática en el martirio. Cuando el cristianismo se legalizó, comenzaron a organizarse las comunidades de hombres y mujeres que hoy conocemos como vida religiosa o consagrada. Hay mucha historia, en este sentido.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pero pienso que algo que nos conecta con los inicios de la Iglesia culturalmente es el malentendido que hay en lo referente a la persona. Hay mucha confusión antropológica hoy, relacionada con lo que es ser hombre o mujer, el sexo, el matrimonio… Hay mucha confusión acerca de lo que es una sexualidad sana e integrada, al igual que la hubo hace siglos. Y pienso que el celibato, cuando se vive de la manera adecuada, ayuda a destronar la idolatría del sexo.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Pienso que las personas célibes son “amenazadoras” para nuestra cultura no porque a la gente le interese realmente si me caso o no, sino porque si es verdad que se puede tener una vida plena sin sexo, entonces se cae uno de los elementos esenciales del modo de ver el sexo en la actualidad.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Aparte de todas las razones relacionadas con la paternidad espiritual, incluso en un plano meramente sociológico el celibato enseña algo indispensable para nosotros. Nos recuerda que tenemos una dignidad como personas, que no somos animales en busca de la siguiente experiencia sexual, sino que somos hijos e hijas de Dios. El celibato nos ayuda a recuperar esto de una manera especial.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Es importante el celibato en la Iglesia católica?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sí, y la principal razón se entiende desde el nivel sobrenatural del que ya hemos hablado. El celibato está ordenado al bien de los miembros de la Iglesia, se dirige a la edificación del Reino de Dios.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Como rector del seminario, ¿cómo ayuda a los alumnos a entender e integrar el celibato en sus vidas?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Una parte importante de ello es entender que el celibato no está dirigido a crecer en disciplina o a tener mayor disponibilidad de tiempo, sino que su esencia es la entrega de la vida. La manera en que crecemos en virtudes para el celibato y la paternidad espiritual es muy similar al modo en que se forman los maridos y padres naturales.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Si uno piensa en las virtudes que hacen de un hombre un buen marido y padre, se da cuenta de que son las mismas que las del sacerdote. Cuando ponemos esto en el contexto no solo del mero ascetismo o la disciplina, sino del amor, nos damos cuenta de que gran parte de nuestra formación viene de manera natural.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Sí que diría que hay cierto sentido de disponibilidad en el corazón célibe, pero no se refiere necesariamente al tiempo, es más bien una disponibilidad emocional. Un marido tiene que estar, en primer lugar, disponible para su mujer y sus hijos, y después los demás obtienen lo que queda. Mientras que una persona célibe está disponible para la persona que acuda a él en el momento.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¿Puede explicar la idea principal de su libro “¿Por qué el celibato? Reclamando la paternidad del sacerdote”?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La idea original vino de mi tesis doctoral, que escribí acerca de la paternidad espiritual y el celibato. El tema surgió porque me fui a Roma para hacer el doctorado, pero con una idea original distinta. Quería escribir sobre san Juan de Ávila y su influencia en el Concilio de Trento, pero las únicas dos personas que podían dirigir mi tesis acababan de retirarse, por lo que tuve que buscar un tema nuevo. Hablé con un amigo que había trabajado con el Papa Benedicto XVI y le pregunté si sabía qué le gustaría al Papa que escribiera. De inmediato me contestó: “Sobre la teología del celibato”. Benedicto era consciente de que había una auténtica necesidad de entender y profundizar en este tema.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Después llegó la idea de convertir la tesis en un libro. Creo que hay un entendimiento muy superficial sobre el celibato, por lo que el objetivo era hacer algo que recalcara su plano teológico.</span></p><h2 class="wp-block-heading" style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Si pudiera expresar tres ideas breves acerca de lo que es realmente el celibato, ¿cuáles serían?</span></span></h2><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El celibato es, ante todo, una forma de renunciar al matrimonio y al amor y la sexualidad humanos, en aras de un amor superior.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El celibato es un testimonio de una realidad que está más allá de nosotros mismos y por encima de nosotros mismos. Es un testimonio de que Dios existe y de que tenemos otra vida para la que vivimos.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Y creo que el celibato es algo que nos ayuda, a los que somos célibes, a entregarnos más completamente. No es sólo para las personas a las que servimos, sino también para nosotros, para expandir nuestros corazones.</span></p><p style="box-sizing: border-box; color: black; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">omnesmag.com</span></p></div>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-52427509529125920222024-01-01T11:22:00.009+01:002024-01-01T11:23:20.409+01:00Madre de Dios<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwegQq5NAmwXoT_mP9I1PqxlKWuKk5GYQeTRLDEiDxx0lVj8L3QEhyphenhyphen2TF4Nr2mzm-aQB78_Y__mPDkzAU3AM7I1XbA3a5is1AfIq9thrM2VwY6kzba6mFgUKqeHg0LdFxTxStHBtYOu19Z8m0F-zIzSNP8gf3yT3YQnCSgY0X9FbMObCV5hvtTdQvN9vU8/s252/images%20(3).jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="252" data-original-width="168" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwegQq5NAmwXoT_mP9I1PqxlKWuKk5GYQeTRLDEiDxx0lVj8L3QEhyphenhyphen2TF4Nr2mzm-aQB78_Y__mPDkzAU3AM7I1XbA3a5is1AfIq9thrM2VwY6kzba6mFgUKqeHg0LdFxTxStHBtYOu19Z8m0F-zIzSNP8gf3yT3YQnCSgY0X9FbMObCV5hvtTdQvN9vU8/s1600/images%20(3).jpeg" width="168" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Día de felicitar a la Virgen, agradecerla lo que nos quiere y seguir siempre de su mano. Acompaño mis reflexiones. </span><p></p><p><span style="color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">"Envió Dios a su Hijo, nacido de mujer" (2 lect). Todo hombre tiene una madre que lo ha concebido en su seno. Pero el Altísimo al dar la persona divina de su Hijo para ser envuelta en el seno de una mujer y ésta le permitiera hacerse hombre, eleva esa maternidad a una dignidad casi infinita. </span></span></p><p><span style="color: #333333; font-family: verdana; text-align: justify;"><span style="font-size: medium;">María alumbró al hijo más perfecto que pudiera nacer. La maternidad divina de María nos lleva al corazón del misterio cristiano. Como se declaró en el 2º C. de Constantinopla, no es que un ser humano naciera de María y, luego, descendiera el Verbo a tal hombre, sino que fue del seno de María de donde nació el Verbo hecho hombre. Desde entonces los Padres de la Iglesia declararon solemnemente lo que en la Sgda Escritura y en la Tradición se enseñaba: María es Theotókos.</span><br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El título de Madre de Dios lo encontramos en esa oración que se remonta al año 300 y que todavía hoy rezamos: "Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desoigas nuestras súplicas... Es el privilegio más alto concedido a un ser humano por ser madre de una criatura prodigiosa: Cristo, creador de una humanidad nueva.</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">María es aquella Mujer prometida en el paraíso; la Mujer de las bodas de Caná; la Mujer del Calvario; la Mujer del Apocalipsis; la que reúne en torno suyo a sus hijos para orar, preparando así la venida del Espíritu Santo. Ella ha introducido lo humano en el Reino de los Cielos el día de la Ascensión de su Hijo. Ella misma fue llevada en cuerpo y alma a los cielos con gran alegría de los ángeles.</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Hagamos nuestras estas palabras de Juan Pablo II: ¡Salve, María! Pronuncio con inmenso amor y reverencia estas palabras, tan sencillas y a la vez tan maravillosas. Nadie podrá saludarte nunca de un modo mejor que como lo hizo un día el Arcángel en el momento de la Anunciación...son las palabras con las que Dios mismo, a través de un mensajero, te ha saludado a Ti, la Mujer prometida en el Edén, y desde la eternidad elegida como Madre del Verbo".</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Es <span style="box-sizing: border-box;">una gran cosa que el año comience con esta Solemnidad que nos habla del comienzo, gracias a María, de una vida nueva en Jesucristo. Toda una invitación a vivir con una fe y un amor nuevo, más vibrante, el año que hoy estrenamos.</span></span></span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><strong style="box-sizing: border-box;">“En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción”</strong> (Lucas 2,16-21).</span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-40055065714728846262023-12-31T00:02:00.001+01:002023-12-31T00:02:09.461+01:00Domingo de la Sagrada Familia (B)<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMGA4TtyvODBMvqrB9gk_QzIKLkd5h8Z2RfKhREy7VwLvqOXnd5AiHL-NyQZtnD7HMemOR64rsRxgIgqdvNP2WdhhyphenhyphenYHsRx4M-0lW7AUFo7WIRRDwOGHLTqoQaVojbAiOaXuDKCZJaz3TsgYvNVwJLOawofiKT0yXRFP94VhaYcLrE_t4O5VUQUFOFUJg1/s227/images%20(2).jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="166" data-original-width="227" height="166" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMGA4TtyvODBMvqrB9gk_QzIKLkd5h8Z2RfKhREy7VwLvqOXnd5AiHL-NyQZtnD7HMemOR64rsRxgIgqdvNP2WdhhyphenhyphenYHsRx4M-0lW7AUFo7WIRRDwOGHLTqoQaVojbAiOaXuDKCZJaz3TsgYvNVwJLOawofiKT0yXRFP94VhaYcLrE_t4O5VUQUFOFUJg1/s1600/images%20(2).jpeg" width="227" /></a></span></div><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><div style="text-align: left;"><span style="color: #333333; text-align: justify;">Pedimos a la Sagrada Familia la bendición para todas las familias de la tierra. Feliz año nuevo a todos. Acompaño mis reflexiones.<br /></span><span style="color: #333333; text-align: justify;"><br />“El Niño iba creciendo...” La mayor parte de su vida terrena la pasó Jesús en el hogar de Nazaret y en el taller de José. Tras los sucesos extraordinarios que acompañaron su llegada a la tierra, vino una calma prodigiosa. <br /><br />El anuncio del ángel, la aparición a los pastores de un coro celestial, la estrella que guió a los Magos, la irracional saña de Herodes... todo eso quedó lejos en el tiempo para dar paso a una existencia similar a la que llevamos casi todos. Y así un año y otro, hasta treinta.</span><span style="color: #333333; text-align: justify;"> <br /></span><span><a name='more'></a></span></div></span><p></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Jesucristo, al quedarse treinta años en Nazaret, nos obligó a reparar en la grandeza de la vida ordinaria. Cuando se piensa que tan sólo una pared separaba la casa de la Sagrada Familia de la de sus vecinos o que Jesús, María y José no se ocupaban de cosas distintas a las de sus paisanos, empezamos a intuir la importancia que Dios concede a la fatiga cotidiana.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Necesitamos una fe robusta, madura, porque “cuando la fe flojea el hombre tiende a figurarse a Dios como si estuviera lejano, sin que apenas se ocupe de sus hijos. Piensa en la religión como algo yuxtapuesto, para cuando no queda otro remedio; espera, no se sabe con qué fundamento, manifestaciones aparatosas, sucesos insólitos... Me gusta hablar de camino, porque somos viadores, nos dirigimos a la Casa del Cielo, a nuestra patria. Pero mirad que un camino, aunque puede presentar trechos de especiales dificultades, aunque nos haga vadear alguna vez un río o cruzar un pequeño bosque casi impenetrable, habitualmente es algo corriente, sin sorpresas. El peligro es la rutina: imaginar que en esto, en lo de cada instante, no está Dios, porque ¡es tan sencillo, tan ordinario!” (San Josemaría Escrivá).</span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡Cuánto bien nos puede hacer contemplar a la familia de Nazaret ocupada en un quehacer aparentemente sin relieve! Ese trabajo diario que se nos antoja excesivo y cuya finalidad se nos escapa; o el de las madres de familia que cada mañana se levantan más agotadas que cuando se acostaron para realizar la tarea de siempre: limpiar el polvo, hacer la comida..., todo eso recupera su sentido humano y divino cuando miramos a Nazaret. Las mismas cosas realizadas bajo la luz de Dios son capaces de transformar la vida de una persona, una familia, una sociedad.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Jesucristo, a quien el universo está sujeto, estaba sujeto a los suyos”, dice S. Agustín. Pidamos al Señor en esta celebración por la mediación de María y José, que nos aumente la fe para que descubramos el valor que delante de Dios tiene la vida hogareña, el quehacer diario, los apuros económicos, el cansancio, una sonrisa, un favor, una caricia, el dolor, los contratiempos..., en una palabra, la vida de cada día con sus sinsabores y sus alegrías.</span></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></p><p style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“<strong style="box-sizing: border-box;">Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al Señor (…) Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba</strong> (Lucas 2,22-40).</span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-48012981225980776972023-12-30T10:43:00.002+01:002023-12-30T10:43:24.805+01:00Mamela Fiallo, una “revolucionaria” de la belleza<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhHcwG2cKXt2R9bwiAk27qbtzqCcE_UwCCwhku8zqS0-J0HxY-WdK_j__LDOJPyK6irBBeZMOBHDJXp7idx_RxqkJve5c34eB12F14iBykRpff27Xzz-FOZ5VPs3e_eP_WCi4S5ua0wT-d1HXncUmR_SClbOM_mADk5vr_5p-W2n-b_rJQPDqjlb1KEHn-/s920/mamela-1.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="920" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjhHcwG2cKXt2R9bwiAk27qbtzqCcE_UwCCwhku8zqS0-J0HxY-WdK_j__LDOJPyK6irBBeZMOBHDJXp7idx_RxqkJve5c34eB12F14iBykRpff27Xzz-FOZ5VPs3e_eP_WCi4S5ua0wT-d1HXncUmR_SClbOM_mADk5vr_5p-W2n-b_rJQPDqjlb1KEHn-/s320/mamela-1.jpeg" width="320" /></a><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: white; letter-spacing: -0.55px;">Mamela Fiallo Flor nació en Ecuador y mide apenas un metro y medio. Pequeña de estatura pero de ideales grandes, esta profesora de historia y lengua y, además, influencer, utiliza sus redes sociales para llenar el mundo de mensajes positivos sobre la feminidad, la defensa de la vida y contra la cultura de la cancelación.</span></span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mamela Fiallo Flor nació en <a href="https://omnesmag.com/actualidad/entrevista-adalberto-jimenez-ecuador/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">Ecuador</a> y mide apenas un metro y medio. Pequeña de estatura pero de ideales grandes, esta profesora de historia y lengua y, además, influencer, utiliza sus redes sociales, en las que acumula decenas de miles de seguidores, para llenar el mundo de mensajes positivos sobre la feminidad, la defensa de la vida y contra la cultura de la cancelación.<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“Soy influencer y profesora” nos cuenta Mamela, que explica de este modo cómo cómenzó su andadura en las redes sociales: “Nos dijo el Papa Francisco que hiciéramos lío y eso es, ciertamente, lo que más hago. En redes sociales, en los medios que escribo y en las clases de Historia que doy, procuro sacudir almas y mentes para llegar a la verdad, aun que genera tensión porque altera la narrativa imperante”. </span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mamela creció en una familia algo fría religiosamente, como relata ella misma: “A Dios gracias, tuve una abuela muy piadosa que ha sido siempre mi guía y la mujer más culta y amorosa que conocí. Mis padres siempre fueron más alternativos y mi resurgir en la fe fue de adulta, de la mano de la causa provida”. </span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En efecto, Mamela comenzó a participar en la causa provida por una motivación política y no religiosa: “Entendí la importancia de no darle al César lo que es de Dios: la potestad de dar y quitar la vida, a la par de la caridad. No quise limitar el ser provida a ser antiaborto. Me dediqué de lleno a apoyar iniciativas en orfanatos, hospitales infantiles, alimentando a gente en situación de calle y lo más crudo: acompañar retiros post-aborto”.</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Esas iniciativas estaban llevadas por personas cristianas y se fue involucrando, cada vez más, en esta lucha por la vida. “Cuanto más me comprometí en estos empeños sociales, mayores fueron los ataques que recibí” recuerda. En esa brega se dio cuenta de “que la ‘batalla’ es cultural, pero la guerra espiritual. Me fui acercando a la fe, y tuve apoyo sobrenatural en varias personas que me han ido guiando a profundizar en mi formación católica”. </span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Ahora Mamela ha encontrado un altavoz en las redes sociales: “Con mis publicaciones consigo que otros se animen a levantar la voz ante la injusticia y si son tímidos que sepan que pueden acudir a otros para que lo hagan. Procuro sembrar la idea que debemos reconocer cuál es nuestro rol en esta batalla, acorde los dones que hemos recibido. No pretender ser como el otro, sino dar lo mejor de sí”. </span></p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.38; margin: 1em 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Defensa de la belleza </span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Mamela es firme defensora de la máxima de Dostoievski “la <a href="https://omnesmag.com/actualidad/la-belleza-roger-scruton/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">belleza</a> salvará el mundo”. Ella lo concibe como “el resurgir de las musas que despertará a los héroes” y señala cómo “en una era donde el arte tiende a la decadencia, es hermoso saber que hay artistas que nadan a contracorriente”, resaltando valores como la sana masculinidad y la verdadera feminidad. Entre sus acciones también está la de conferenciante. Recientemente, fue invitada a dar una ponencia en Brasil ante una prominente audiencia: “Era la única mujer en cartelera”. Ante su audiencia “di una charla sobre la feminidad como contrarrevolución y tuvo gran acogida. Procuro motivar, amar, ser mujer y proyectarlo externamente. Es un acto de sana rebeldía”. </span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Su labor no es siempre un camino de rosas, también le llegan mensajes en contra. Cuando recibe estos ataques, nos confiesa Mamela: “Pienso en aquel ‘bienaventurados los perseguidos’ e intento, aunque no es fácil, responder al odio, con amor y buenas dosis de humor y picardía”. </span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Su positividad y educación son algunas de las características de su forma de actuar. Mamela lo tiene muy claro: “Se trata de un contraste con la vulgaridad imperante. Es importante siempre dejar una huella positiva. Exteriorizar el mundo en el que queremos vivir y que se vea quienes son los verdaderamente violentos”. </span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Entre las anécdotas o sucesos que más recuerda hay algunas verdaderamente sorprendentes, como el día que fue atacada físicamente por defender una estatua de Isabel la Católica. “Aquello fue un antes y después en mi vida”, afirma, “viví en carne propia el odio que hay contra nuestras raíces, sobre todo hacia la verdad que nos hace libres. Lo cual a su vez afirmó mi necesidad de no doblegarme ante los ataques. Es lo que más ha potenciado mi fe”. </span></p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.38; margin: 1em 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Más de un legado </span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Al preguntarle qué legado le gustaría dejar contesta: “Me encantaría dejar un legado sanguíneo, siendo madre y esposa. Sospecho que mi lápida dirá: “Aquí yace la defensora de estatuas, mientras vivió ninguna se derribó” porque han sido varios los incidentes de este tipo. Pero, mientras en otros países derriban estas estatuas, en mi ciudad natal no”.</span></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">omnesmag.com</p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-56499117091948430112023-12-29T11:16:00.006+01:002023-12-29T11:16:45.698+01:00Holly Ordway: “Tolkien decía que desde el principio se enamoró de la Eucaristía”<p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> </span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi1OXW6x98TBOKNBo4l9VY6dxTdoaXjOSDS9KvHDkWCjxdESdxK4gn-DeaeAoW6TUDQNqEgBq0WWhfuY4wJgtMH1Ikpmu_zxn9-w-FfDuaHOFyjxUlHiCSu6Ja0Aip5gc7EdEXaJVL0ApfazEgRBHEK7TqiX_h1-LBMFQrSwbY24DXVXoeMi8MVk-EEmA_/s920/tolkien.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="526" data-original-width="920" height="183" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgi1OXW6x98TBOKNBo4l9VY6dxTdoaXjOSDS9KvHDkWCjxdESdxK4gn-DeaeAoW6TUDQNqEgBq0WWhfuY4wJgtMH1Ikpmu_zxn9-w-FfDuaHOFyjxUlHiCSu6Ja0Aip5gc7EdEXaJVL0ApfazEgRBHEK7TqiX_h1-LBMFQrSwbY24DXVXoeMi8MVk-EEmA_/s320/tolkien.jpeg" width="320" /></a></span></div><span style="background-color: white; font-family: verdana; font-size: large; letter-spacing: -0.55px;">Con motivo del 50 aniversario de la muerte de J. R. R. Tolkien, la investigadora Holly Ordway ha publicado el libro "La fe de Tolkien", la primera biografía espiritual del autor. Además, estas Navidades se cumplen 120 años de su ingreso en la Iglesia católica. La profesora Ordway ha respondido a las preguntas de Omnes sobre la fe del famoso escritor.</span><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Este año se conmemora el 50 aniversario de la muerte de Tolkien, que tuvo lugar el 2 de septiembre de 1973. Con este motivo se publicó el 2 de septiembre el libro “<a href="https://bookstore.wordonfire.org/products/tolkiens-faith" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">La fe de Tolkien</a>”, de la investigadora y doctora en Literatura Inglesa Holly Ordway, colaboradora de <a href="https://www.wordonfire.org/es/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">Word on Fire</a>. La historia de esta autora está ligada a la obra de Tolkien, ya que su proceso de conversión al catolicismo se apoyó también en la lectura del autor de “El señor de los anillos” y de C. S. Lewis, tal y como narra en su libro “<a href="https://omnesmag.com/actualidad/cultura/holly-ordway-dios-no-va-conmigo/" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">Dios no va conmigo</a>”.<br /></span><span></span></p><a name='more'></a><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">En este libro, “<a href="https://bookstore.wordonfire.org/products/tolkiens-faith" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">Tolkien’s faith: A Spiritual Biography</a>”, que será publicado en español en 2024, la profesora Ordway analiza una parte de la historia de Tolkien que no estaba estudiada: el proceso de su fe católica a lo largo de su vida, un tema por el que se pasa de puntillas en la conocida biografía de Humphrey Carpenter.</span></p><div class="omnes-block-ficha-horizontal" style="background-color: white; border-left: 2px solid rgb(30, 73, 253); box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 16px; margin-bottom: 2em; margin-left: 2em; margin-top: 2em; padding-left: 1em;"><div class="clearfix" style="box-sizing: border-box;"><div class="left" style="box-sizing: border-box; float: left;"><img class=" lazyloaded" data-src="https://omnesmag.com/wp-content/uploads/2023/11/Tolkien-s-Faith-ShopifyFront.png" decoding="async" src="https://omnesmag.com/wp-content/uploads/2023/11/Tolkien-s-Faith-ShopifyFront.png" style="border-style: none; box-sizing: border-box; height: auto; max-width: 100%; opacity: 1; transition: opacity 0.4s ease 0ms; vertical-align: middle; width: 9.375em;" /></div><div class="right" style="box-sizing: border-box; float: left; margin-left: 1em; width: 14.75em;"><h2 style="box-sizing: border-box; color: #1e49fd; font-size: 1.1875em; line-height: 1.56; margin: 1em 0px;">La fe de Tolkien: una biografía espiritual</h2><div class="v" style="box-sizing: border-box; font-family: GTWalsheimPro; font-size: 1.125em; line-height: 1.56;"><span style="box-sizing: border-box; font-weight: 600;">Título</span>: La fe de Tolkien: una biografía espiritual</div><div class="v" style="box-sizing: border-box; font-family: GTWalsheimPro; font-size: 1.125em; line-height: 1.56;"><span style="box-sizing: border-box; font-weight: 600;">Autora</span>: Holly Ordway</div><div class="v" style="box-sizing: border-box; font-family: GTWalsheimPro; font-size: 1.125em; line-height: 1.56;"><span style="box-sizing: border-box; font-weight: 600;">Fecha de publicación</span>: 2023</div><div class="v" style="box-sizing: border-box; font-family: GTWalsheimPro; font-size: 1.125em; line-height: 1.56;"><span style="box-sizing: border-box; font-weight: 600;">Editorial</span>: Word on Fire</div></div></div></div><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Tolkien no fue siempre católico. Nació en Sudáfrica en el año 1892, en el seno de un matrimonio inglés y de fe anglicana, aunque su madre venía en origen de una familia unitaria. Su padre, Arthur Tolkien, enfermó y falleció repentinamente mientras su mujer e hijos se encontraban de visita en Inglaterra, y Tolkien, que entonces contaba cuatro años, nunca regresó a Sudáfrica.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Poco después, en 1900, su madre, Mabel Tolkien, se convirtió al catolicismo. A consecuencia de esto, la mayoría de sus familiares cortaron la relación con ella, así como las ayudas económicas, imprescindibles para una viuda en aquella época. Pocos años después, en las Navidades de 1903, Tolkien y su hermano Hilary ingresaron también en la Iglesia católica. La fecha exacta se desconoce, pero estas Navidades se cumplirán 120 años.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">A pesar de las dificultades económicas y el rechazo de su familia, Mabel Tolkien permaneció fiel al catolicismo (no así su hermana, que se convirtió a la vez que ella pero regresó al anglicanismo debido a la presión familiar). Como comenta en sus cartas, Tolkien siempre consideró a su madre una mártir de la fe, porque pensaba que la enfermedad que la llevó a la muerte fue consecuencia directa de la presión bajo la que se encontraba y la pobreza en la que la había sumido la falta de apoyo familiar. Mabel Tolkien falleció aproximadamente un año después de que sus hijos abrazasen la fe católica, en noviembre de 1904. Tolkien tenía 12 años. Su madre nombró como tutor legal de los niños al padre Francis Morgan, un sacerdote católico del Oratorio de Birmingham, de madre española y nacido en Cádiz, donde se le conocía como “<a href="https://www.todostuslibros.com/libros/el-tio-curro-la-conexion-espanola-de-j-r-r-tolkien_978-1-911143-37-6" style="background-color: transparent; box-sizing: border-box; color: #1e49fd; opacity: 1; transition: opacity 0.5s ease 0s;">el tío Curro</a>”. De hecho, Tolkien menciona en sus cartas que el español fue una de sus muchas inspiraciones para la creación de las lenguas de la Tierra Media: “Mi tutor era en parte español, y yo, a comienzos de mi adolescencia, cogía sus libros e intentaba aprender esa (…) lengua romance” (Carta 163).</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Las cartas son una fuente fundamental para conocer la profunda fe de Tolkien. Habla en ellas sin ambages de su amor por la Eucaristía, por ejemplo, su ángel guardián (sobre este tema es especialmente interesante consultar la carta 89 a su hijo Christopher) y su fe.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Sin embargo, no existía hasta ahora un estudio metódico y académico sobre su fe y su evolución a lo largo de su vida. Enriquecido por muchas fuentes diferentes, con aportaciones de la propia Priscilla, hija del famoso escritor, “La fe de Tolkien” se ha convertido en otro imprescindible para todo el que quiera explorar este interesante tema.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">La historia del catolicismo en Inglaterra no está exenta de persecuciones. ¿Qué dificultades había en la época de Tolkien para los católicos?</span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Tolkien nació en 1892, y su madre se hizo católica en 1900. En esa época Inglaterra era muy anticatólica, había todavía unas secuelas muy grandes de la época posterior a la Reforma, que había sido extremadamente represiva: duras leyes penales, derechos limitados, el catolicismo había sido ilegal,… y aunque la mayoría de esas cosas habían desaparecido ya antes de que Tolkien naciese, ser católico conllevaba todavía muchos inconvenientes.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Por ejemplo, no fue hasta 1871 cuando se les permitió a los católicos regresar a la Universidad de Oxford. Ni los católicos ni los “no conformistas” (con los 39 artículos anglicanos) podían entrar en Oxford. Y eso no es mucho antes de la época de Tolkien. Había otras desventajas civiles, algunas de ellas no desaparecieron hasta que Tolkien fue adulto, y la atmósfera de Inglaterra era completamente anglicana, porque era literalmente la religión establecida por el Estado. Así que ser católico significaba que estabas marginado social y económicamente, y a menudo mirado con mucho recelo por otras personas de Inglaterra. Creo que todo esto es importante para entender a Tolkien y a su madre, porque muestra que la decisión de ser católico era muy deliberada. Hacerse católico no era para Mabel un paso sentimental, en el sentido de “me gusta más”. Significaba renunciar a muchas cosas, e incluso que su lugar de culto no fuera tan atractivo, porque durante la Reforma la Iglesia de Inglaterra se hizo con todas las parroquias, así que los católicos no tenían ningún sitio para celebrar su culto, y, para cuando se les permitió construir nuevas iglesias, los católicos tenían mucho menos dinero que los anglicanos. Así que la típica iglesia católica que Tolkien conocería en su juventud era más desgastada, simple y no tan bonita como las preciosas parroquias antiguas.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Eso era algo que quería subrayar cuando escribí “La fe de Tolkien”, porque su biógrafo, Humphrey Carpenter, recalca mucho el cariño de Tolkien hacia su madre. Quería mucho a su madre, y su fe obviamente significaba mucho para él, y Carpenter básicamente sugiere que la fuente principal de la devoción de Tolkien a la fe católica era su amor por su madre, y que debido a la fe de su madre continuó siendo católico.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Creo que eso es muy inadecuado para entender toda la vida de fe de Tolkien, porque, por un lado, podría haber sido al contrario, podría haber desarrollado mucha amargura hacia su madre, porque su elección de convertirse al catolicismo les sumió en la pobreza. Él estaba muy orgulloso de ella, pero podría no haber sido así, una cosa no se sigue necesariamente de la otra. Cuando ella murió, le presionarían mucho para que regresase al anglicanismo: a sus abuelos les habría encantado, y, en años posteriores, habría hecho su carrera profesional y su vida social más sencilla, incluso su matrimonio habría sido más fácil, porque su mujer, Edith, aunque se convirtió al catolicismo, siempre tuvo cierto conflicto interno sobre ello. Así que creo que conocer ese contexto en el que era difícil y desventajoso hacerse católico nos ayuda a ver que Tolkien no era católico solo por un vínculo emocional o por hábito, sino que era una decisión, y de alguna manera tuvo que estarlo eligiendo una y otra vez durante toda su vida.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">En una carta, Tolkien habla de que considera que su madre fue una mártir de la fe católica. ¿Qué influencia tuvo la fe de su madre en su vida? ¿Y la de su tutor al quedar huérfano, el padre Francis?</span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Su madre obviamente le dio un ejemplo muy grande, porque eligió hacerse católica por convicción, y se mantuvo firme. Tolkien era un chico muy inteligente, reflexivo y observador, tenía 8 años cuando su madre se convirtió al catolicismo y 12 cuando murió, lo suficientemente mayor para ser consciente de las decisiones de su madre, y vería todo el sacrificio que conllevaba tener esta fe, y que tuvo que pagar un precio: la pobreza y la separación de sus parientes. Vivió todos estos obstáculos porque creía que su fe era verdad. Eso dejó una gran huella en Tolkien, y él lo llama en sus cartas un asesinato (un asesinato “blanco”), y creo que esto subraya su entendimiento del precio que su madre pagó. Ella murió de diabetes, que no tenía tratamiento en esa época, no tuvo una persecución directa en la forma en que la habían tenido los católicos de épocas pasadas, pero ciertamente su salud quedó afectada por la presión bajo la que vivía, por la pobreza que vivió, que era una consecuencia directa de que sus padres desaprobaban que se hubiese convertido al catolicismo. Así que creo que Tolkien vio que ella estaba dispuesta a pagar el precio último para conservar su fe y legársela a sus hijos.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Y luego, cuando ella muere, Tolkien pasa a estar bajo la tutela del padre Francis Morgan, un sacerdote del Oratorio de Birmingham, que se convierte en lo que Tolkien llama su “segundo padre”. Tenía exactamente la misma edad que habría tenido el padre de Tolkien, que murió cuando este tenía cuatro años. El padre Francis tuvo una gran influencia en él, y le introdujo en toda la vida del Oratorio de Birmingham. Esto también es algo que cuento en el libro, porque no fue solo el padre Francis, sino toda la comunidad del Oratorio, tuvo muchos modelos diferentes, lo que creo que es importante.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Creo que una de las contribuciones que el padre Francis aportó al desarrollo de Tolkien fue que no le permitió sumirse en la amargura ni aislarse: era huérfano, su familia no aprobaba que fuese católico, ¿y qué hace? El padre Francis podría fácilmente haber apartado a los niños (Tolkien y su hermano), impedir que mantuviesen contacto con sus parientes, pero no es lo que hizo. Intenta incentivar la relación con ellos. Forma a Tolkien y su hermano Hilary en la fe católica, pero también les anima a pasar tiempo con sus abuelos, con sus tíos y tías, y Tolkien acaba teniendo bastante pronto relaciones con su familia, pasando las vacaciones del colegio con ellos, etc. Esto es muy relevante. Porque había que superar grandes dificultades para ello, no era natural que ocurriese, y creo que esto nos ayuda a entender lo que más adelante diría Tolkien: que el padre Francis le había enseñado la caridad y el perdón. Creo que parte de ello sería el perdón a su familia, por haber sido hostiles a la fe de su madre. Excepto uno, ninguno de ellos se hizo católico, siguieron siendo anglicanos, y él católico, y aprendió a tener una relación con ellos a pesar de todo.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Además, el padre Francis le permitió estudiar en King Edward’s School, que es un colegio protestante, y era muy poco común que a un chico católico de Inglaterra se le permitiese hacer esto, porque la mayoría de los padres o tutores católicos habrían temido que le adoctrinasen y le alejasen de la fe en el colegio, y era un temor razonable, porque había una atmósfera muy anticatólica en Inglaterra y la presión de grupo es muy fuerte a cualquier edad. Así que el padre Francis estaba demostrando una confianza en Tolkien dejándole estudiar allí, y también muestra que le formaba en la fe en casa además de en el Oratorio. Tolkien comentó posteriormente que creía que esta decisión le había hecho mucho bien, y que le capacitó para funcionar en un entorno profesional no católico.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">El padre Francis era católico de nacimiento, pero muchos de los sacerdotes del Oratorio de Birmingham eran conversos, así que había mucha más familiaridad con el mundo protestante de lo que es común en una comunidad católica. Y creo que una de las lecciones que le enseñaron a Tolkien desde el principio fue un ecumenismo de base: “Estos son nuestros hermanos en Cristo, separados, pero aun así cristianos”. Le enseñaron a no tenerles miedo, a estar seguro de su propia fe, pero también a ser capaz de interactuar con ellos. Y es relevante también que King Edward’s School era de hecho un colegio interreligioso, había también estudiantes judíos, y creo que esto sentó las bases de las relaciones tan amistosas que mantuvo con sus colegas judíos en años posteriores.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">Tolkien tuvo un papel importante en la conversión de C. S. Lewis al cristianismo, pero su amistad mutua también aportó mucho a la vivencia de la fe de Tolkien, que decía que Lewis era “un enamorado del Señor”. ¿Qué supuso para ambos esta amistad?</span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Sí, esta es una de las amistades literarias más famosas de todos los tiempos, pero en cierto modo no empezó con buen pie. Se conocieron en 1926, cuando Tolkien acababa de ser nombrado profesor de Anglosajón en Oxford, en una reunión del claustro de Lengua Inglesa. Lewis no pensó mucho en él, en realidad. Escribió en su diario que era un “chaval pálido y hablador… No hay nada malo en él: solo necesita una torta o algo así”. Lewis en aquella época era ateo, así que quizá lo esperado no era que se forjase una amistad entre ellos, pero ocurrió, por su amor mutuo a la literatura y los idiomas. Sabemos que Tolkien, con el tiempo, ayudó a Lewis a convertirse al cristianismo, con la famosa conversación en Addison Walk, cuando él y Hugo Dyson ayudaron a Lewis a ver el cristianismo como el mito verdadero. Pero Lewis también tuvo una influencia muy positiva en Tolkien. Cuando se conocieron, Tolkien estaba saliendo de un periodo muy árido de su fe, que duró varios años, no sabemos exactamente cuántos. Como dijo posteriormente: “Casi dejé de practicar mi religión”. Continuó practicándola, pero obviamente fue una época muy árida, y empezó a salir de ella más o menos a finales de los años 20. Creo que uno de los factores que reforzó su fe de nuevo fue el hecho de que hablaba con su amigo Lewis sobre ello. Porque Lewis era inteligente, reflexivo, y preguntaría cosas como: “Bueno, Tollers, ¿por qué crees eso?”. Y la pregunta daría lugar a que Tolkien pensase: “¿Por qué creo eso?”. Y luego tendría que dar la respuesta, quizá buscarla, leer la Biblia un poco más… Creo que el modo en que Tolkien ayudó a Lewis a convertirse al cristianismo le estaba al mismo tiempo ayudando a reforzar su propia fe. Por eso fue una amistad beneficiosa para ambos.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">En muchas cartas, Tolkien habla de la Eucaristía y de lo importante que era en su vida. ¿Cómo fue su relación con este sacramento?</span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Tenía una devoción eucarística muy grande, decía que desde el principio se enamoró de la Eucaristía y que, por misericordia de Dios, nunca se alejó de ese amor. Y creo que esta es una de las cosas que aprendió en su juventud en el Oratorio de Birmingham, porque la congregación del Oratorio de san Felipe Neri tenía una espiritualidad eucarística muy desarrollada. Los oratonianos llevaron la devoción de las 40 horas a Inglaterra, 40 horas de continua adoración al Santísimo Sacramento, que era algo relativamente nuevo en la devoción inglesa.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Y, como sabemos, es una devoción que Tolkien menciona en sus cartas, tiene un sentimiento muy fuerte de Cristo en el Santísimo Sacramento y esa fue un poco la piedra angular de su fe, que permaneció con él toda su vida. Incluso cuando estaba en su periodo de aridez decía que podía sentir la presencia de Dios en el tabernáculo llamándole suavemente.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">Usted comenta en el libro que había una diferencia al enfrentarse a la guerra entre los ingleses anglicanos y los católicos. ¿Cuáles eran las principales diferencias?</span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Fue una parte fascinante de mi investigación, porque conseguí encontrar informes de los capellanes escritos inmediatamente después de la guerra, en 1919, uno sobre católicos y otro de anglicanos. Así que no tuve que recurrir a análisis retrospectivos, sino a lo que dijeron in situ. Fue muy interesante, porque los capellanes anglicanos estaban muy preocupados por que sus hombres no tenían formación en la fe cristiana, y no eran capaces de lidiar con las cuestiones morales que se les ponían delante con los horrores de la guerra. No tenían recursos, no sabían cómo enfrentarse a ello, mientras que los capellanes católicos se encontraron con que, aunque sus hombres estaban sufriendo, eran capaces de enfrentarse a las grandes preguntas (el problema del mal, del sufrimiento), no diré que más fácilmente, porque sería una palabra incorrecta para tratar este tema, pero no les turbaba, porque la enseñanza católica en aquella época hablaba mucho del problema del dolor, y hacía un gran énfasis en la Cruz y el sufrimiento que todo católico tiene que sobrellevar, mientras que la enseñanza anglicana no tenía un énfasis equivalente en el sufrimiento de la vida cristiana, el significado de la Cruz, o el misterio del mal. Por tanto la mayoría de los católicos estaban más equipados para enfrentarse a la realidad de la guerra.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Ese es uno de los factores, pero el otro, muy diferente, tiene sus orígenes en lo que suponía ser católico en Inglaterra en aquella época. Nadie era católico solo por hábito, eras católico porque querías serlo. Puede que no estuvieses bien formado, los capellanes católicos notaron que muchos de sus hombres no tenían una formación muy buena, pero sabías que eras católico. Dado que el anglicanismo era la religión estatal, cualquier soldado reclutado era registrado como anglicano a menos que especificase lo contrario, así que el resultado era que alguien que era anglicano por cultura quizá ni siquiera era creyente, podía ser agnóstico o ingluso ateo, y eso les ponía las cosas mucho más difíciles a los anglicanos que realmente tenían una fe cristiana sincera, porque no había ninguna garantía de que sus correligionarios compartiesen su fe. Así que en ese sentido era más difícil ser anglicano en las trincheras que católico.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">El escritor Clyde S. Kilby, que ayudó a Tolkien a recopilar los materiales del Silmarillion, comentó que Tolkien le había dicho que el “fuego secreto” (que Gandalf menciona en “El señor de los anillos”) era el Espíritu Santo. ¿Cómo se conjuga este significado tan específico co</span>n el rechazo de Tolkien a la alegoría?</h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Esta es una muy buena pregunta. Creo que en primer lugar hay que entender que la mayoría de la gente no conoce el significado pleno de la palabra “alegoría” tal y como Tolkien la entendía. En términos literarios, una alegoría es una historia en la que cada parte tiene un equivalente de significado: “Esto es igual a esto”, y ocurre a lo largo de toda la historia. Y este no es en absoluto el caso de “El señor de los anillos”. Por supuesto, Tolkien habla de aplicabilidad: puedes establecer relaciones entre lo que encuentras en la historia y otras cosas.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Pero cuando nos encontramos con que dijo que el “fuego secreto” es el Espíritu Santo, eso en realidad no es alegoría, porque no es parte de un sistema que se le pone al texto. En parte, es una imagen. Pero, en realidad, responde al concepto fundamental que Tolkien tenía de su mundo. Porque la Tierra Media es nuestro mundo, y el Dios de la Tierra Media es Dios. Tolkien fue muy claro a este respecto.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Se molestó mucho cuando alguien le dijo que no había Dios en la Tierra Media, y dijo: “Por supuesto que lo hay”. El que le entrevistaba preguntó: “¿Cuál?”. Y respondió: “El único”. Esto nos ayuda a entender que, aunque el mundo es imaginario, la realidad espiritual es la misma. De hecho, Aragorn dice (parafraseo) que lo que es verdad es verdad para los elfos y los hombres, no hay dos verdades diferentes para diferentes personas. Los fundamentos morales básicos del mundo son los que son. Así que Eru Ilúvatar, el Dios de la Tierra Media, es Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, tal y como lo conocemos. Ahora bien, el mundo de la Tierra Media es un mundo precristiano, está ambientado en un pasado lejano, así que obviamente no hay una figura de Cristo, no hay un equivalente a Aslan, como tenemos en “Las crónicas de Narnia” de C. S. Lewis. Así que todo lo que supone una conexión con una realidad espiritual está de algún modo oculto. Por ejemplo, en este mundo, Tolkien explica que los Valar son ángeles y arcángeles. Por supuesto, la gente de la Tierra Media los llama “dioses”, porque es un mundo de teología natural, en realidad no saben lo que son, pero Tolkien lo explica, son ángeles.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Y con esto es igual: sabemos por lo que Tolkien le dijo a su amigo Kilby que concibió el fuego secreto como el Espíritu Santo, porque la Tierra Media es parte de nuestro propio mundo, así que el Espíritu Santo tiene que existir de algún modo. Pero, por supuesto, dado que es un mundo que ocurre antes de Pentecostés, los habitantes de la Tierra Media no tienen ni idea, no serían capaces de expresar quién es el Espíritu Santo, así que está todo bajo la superficie. Nosotros como lectores podemos mirarlo y decir: “Lo reconozco”. Está ahí para que lo veamos si queremos, pero es muy sutil, está muy muy en el fondo de los cimientos de la Tierra Media.</p><h2 class="wp-block-heading" style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.38; margin: 1em 0px;"><span style="box-sizing: border-box;">Usted ha tenido la oportunidad de hablar con Priscilla, hija de Tolkien, y con otras personas que le conocieron. ¿Qué es lo más relevante que le han comentado sobre el profesor?</span></h2><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">Estoy muy agradecida de haberle podido preguntar a Priscilla una cosa sobre su padre y obtener una respuesta muy importante. Tenía curiosidad sobre el nombre de Confirmación de Tolkien, que fue Philippe. ¿Pero qué “Philippe”? Quería saberlo. Así que le pregunté: “¿Lo escogió por san Felipe Neri, el fundador del Oratorio?”. Y me dijo: “Sí”. Tener esa confirmación tan sólida y rotunda de que su padre escogió Philippe por san Felipe Neri fue genial, porque eso realmente nos ayuda a establecer otra relación con la espiritualidad de san Felipe Neri y los oratonianos, que es muy importante para entender la espiritualidad de Tolkien. Así que esa breve conversación fue estupenda, estoy muy agradecida de que respondiese a mi pregunta.</p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: Georgia; font-size: 1.1875em; line-height: 1.47; margin-bottom: 1em; margin-top: 0px;">omnesmag.com</p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-17406125630543760692023-12-24T14:19:00.000+01:002023-12-24T17:35:10.121+01:00Navidad<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr6nPydDlWvkBxJ7LCf-MmDM-lH2wBHoqUxfYZR5suIBN0xS6CjfbHQ3q0g2QGCbSpjc9MkUdhfkXi54oEH-fb3fIwRg33vu8JwRexrcFl0DFOzkCaOP10yNYpopJxBO-i45EL-ms0XoI-acVXxy3l3UgGRyY6Ca9AVCkqIrNSg3vWsugTy6YM4NwutKsV/s1600/navidad%202023bis.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1137" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr6nPydDlWvkBxJ7LCf-MmDM-lH2wBHoqUxfYZR5suIBN0xS6CjfbHQ3q0g2QGCbSpjc9MkUdhfkXi54oEH-fb3fIwRg33vu8JwRexrcFl0DFOzkCaOP10yNYpopJxBO-i45EL-ms0XoI-acVXxy3l3UgGRyY6Ca9AVCkqIrNSg3vWsugTy6YM4NwutKsV/s320/navidad%202023bis.jpg" width="227" /></a></div></span></span>Navidad. Dios no se cansa de llamar a la puerta de nuestro corazón para inundarnos de paz y alegría. Acompaño mis reflexiones.</div>Es Navidad. La Palabra de Dios está en el mundo. Innumerables sentimientos y afectos atravesados de un gozo inmenso se agolpan en los creyentes. Dios se presenta en la atractiva forma de un Niño y en el seno de una familia. Aleluya. Os traigo la buena noticia: os ha nacido el Salvador. Canta la Iglesia en la Solemnidad de hoy.</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium;">Por la Encarnación del Hijo de Dios se produjo la unión entre lo divino y lo humano, lo temporal y eterno, la Santidad absoluta y la imperfección humana, proporcionando a toda criatura, desde ese momento, una dignidad de escalofrío. La Omnipotencia de Dios unida a la debilidad humana: Emmanuel, Dios con nosotros y para nosotros, porque para nuestra salvación bajó del Cielo. Sí, "Dios amó tanto al mundo que la ha dado su propio Hijo Unigénito" (Jn 3,16).<br /></span><span><a name='more'></a></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium;">Nadie ha hecho tanto por la Humanidad, ni ha elevado la dignidad de toda criatura, ni dado un valor al trabajo, al sufrimiento y a los mil sinsabores y alegrías de esta vida, como la Encarnación del Hijo de Dios. También el cuerpo ha sido santificado. Al ser asumido por el Verbo, ese cuerpo nuestro resucitará un día para que vea la gloria del Creador del Universo.</span></span></div>
<!--more--><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br />
</span><div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium;">El Verbo se hizo carne y puso su tienda, su tabernáculo, entre nosotros. Dios está en los sagrarios de nuestras iglesias. La alegría por esta llegada de Dios a la tierra ha de traducirse en una acogida a ese Dios distinta a la que tuvo el año 15 del reinado de Tiberio y que Lucas describe así: "No hubo sitio en el mesón". Cristo debe tener un lugar de privilegio en el mesón de nuestra alma, eliminando los huéspedes que le dificultan el alojamiento: la indiferencia, la ignorancia, la comodidad egoísta...</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡Hagamos el propósito de mostrar al Señor nuestra gratitud acudiendo con la frecuencia que nos sea posible a la Sta Misa, recibiéndole en la Eucaristía y acogiéndole también en quienes nos rodean, porque Él está en cada uno, en los más necesitados.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif" style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box;">Hay que hacer un sitio de honor a Dios en nuestra vida. Él no es un huésped extraño, molesto, inoportuno... Es nuestro Padre, nuestro Liberador. Él no llega rodeado del aparato de poder que acompaña a los poderosos, llega como un niño inerme al que es fácil querer, pero también no hacer caso. Llega en la predicación de su Iglesia, en los Sacramentos... Yo, ¿salgo al encuentro del Señor con alegría, abriéndole las puertas de mi corazón o el mesón del alma está abarrotado de preocupaciones, excusas o de una helada indiferencia? ¡Recibamos al Señor que llega con la apertura y el calor que</span><span style="box-sizing: border-box;"> merece Aquel de quien lo hemos recibido todo!</span><span style="box-sizing: border-box;"> </span></span></div><div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif"><span style="box-sizing: border-box; font-family: verdana; font-size: medium;">“<strong style="box-sizing: border-box;">En aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, para que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento fue hecho cuando Quirino era gobernador de Siria, y todos iban a inscribirse, cada uno a su ciudad. José, como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba en cinta. Y sucedió que estando allí, le llegó la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en la posada.<br style="box-sizing: border-box;" /></strong><strong style="box-sizing: border-box;">En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche. Y un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo; porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.<br style="box-sizing: border-box;" /></strong><strong style="box-sizing: border-box;">Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.<br style="box-sizing: border-box;" /></strong><strong style="box-sizing: border-box;">Y de repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y diciendo: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace.<br style="box-sizing: border-box;" /></strong><strong style="box-sizing: border-box;">Y aconteció que cuando los ángeles se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos, pues, hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, que el Señor nos ha dado a saber. Fueron a toda prisa, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y cuando lo vieron, dieron a saber lo que se les había dicho acerca de este niño. Y todos los que lo oyeron se maravillaron de las cosas que les fueron dichas por los pastores.<br style="box-sizing: border-box;" /></strong><strong style="box-sizing: border-box;">Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón.<br style="box-sizing: border-box;" /></strong><strong style="box-sizing: border-box;">Y los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había dicho</strong>” (Lucas 2,1-14).</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin-bottom: 10px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box;"><em><span style="line-height: 115%;"><span face=""arial" , "helvetica" , sans-serif">Juan Ramón Domínguez-Palacios /
www.lacrestadelaola2028.blogspot.com</span></span></em></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6494870713660399197.post-50303668118833562782023-12-16T22:03:00.004+01:002023-12-16T22:03:25.824+01:00El día del Señor: domingo 3º de Adviento (B)<p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; text-align: start; white-space: pretty;"><br /></span></span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"></span></span></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9a_2xmmk-iDAs16v80xYX4W_RB8ixFU3WbP9pzVNQwWH8bUy04CQqRanBqR6Z33te6CR2WAJG3yL8egWIvlOriJwlQt9tYEbLPESUKn9KPYHFr2OM84Q8tGN67sTLzVvpmlYB2J8ZFEZ9XuX_y6DQoVzQqGqM5nJQQmYsfZUeRupc4szMlrWjP9dW7sJs/s393/III-ADVIENTO.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="266" data-original-width="393" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9a_2xmmk-iDAs16v80xYX4W_RB8ixFU3WbP9pzVNQwWH8bUy04CQqRanBqR6Z33te6CR2WAJG3yL8egWIvlOriJwlQt9tYEbLPESUKn9KPYHFr2OM84Q8tGN67sTLzVvpmlYB2J8ZFEZ9XuX_y6DQoVzQqGqM5nJQQmYsfZUeRupc4szMlrWjP9dW7sJs/s320/III-ADVIENTO.jpg" width="320" /></a></span></div><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;"><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;">La alegría del Adviento es profunda porque el Señor viene a nuestro corazón. Acompaño mis reflexiones.</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;"><br /></span></span></span></span></p>«Jerusalén, alégrate con una gran alegría, porque vendrá tu Salvador»</span><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;">. La Iglesia anticipa hoy el gozo de la Navidad y recuerda insistentemente la recomendación de san Pablo: «Alegraos siempre en el Señor; os lo repito, alegraos. El Señor está cerca» (Flp 4,4-5). </span><p></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span></span></span></span></span></p><a name='more'></a><p></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;">Estas palabras, dirigidas a la iglesia de Filipos, son como un resumen de la liturgia de este tercer domingo de Adviento, conocido como </span><em style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start; white-space: pretty;">Gaudete</em><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;"> por ser la primera palabra que se menciona en la celebración litúrgica: «</span><em style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start; white-space: pretty;">Gaudete</em><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;">», ¡alegraos! La palabra de Dios y los textos propios de hoy están perfumados con la alegría que brota de la cercanía de nuestro Salvador. En la oración colecta de la Misa, le pedimos al Señor que nos mire y nos conceda «un corazón nuevo y una inmensa alegría»</span><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; font-family: verdana; font-size: large; text-align: start; white-space: pretty;">. Además, por este motivo y siempre que sea posible, el color litúrgico correspondiente a este día es el rosado.</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; text-align: start; white-space: pretty;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La alegría a la que nos invita la palabra de Dios no es un optimismo dulzón. Es algo más sólido, con cimientos profundos. Se trata de una alegría que se edifica sobre la certeza de que, mientras aguardamos su venida, el Señor está aquí, a nuestro lado, cuidando amorosamente de su pueblo. Él sabe mejor que nosotros lo que necesitamos y está dispuesto a pelear a nuestro lado. Jesús viene una vez más, por tanto, «ya no tengáis miedo» (Is 35, 4).</span></span></span></span></span></p><div><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="background-color: white; color: #4d4d4d; text-align: start; white-space: pretty;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></span></span></span></div><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">La figura del Bautista tiene un gran protagonismo en el Adviento como presentador de la figura de Cristo. En el Evangelio de la Misa de hoy nos pide que pongamos la mirada en Jesús. “En medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia”. ¡Cómo se parece la predicación del Bautista a la tarea del cristiano de testimoniar a Jesucristo! Debemos dar a conocer a Jesús con nuestra actuación y nuestra conversación, pero al que no conocemos bien por desidia o poco interés.</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">El propio S. Juan Bautista no fue ajeno a esta conversión que proponía. Recordemos aquel episodio en que desde la prisión donde lo ha encerrado Herodes envía a sus discípulos a preguntar a Jesús si es él el que había de venir o hay que esperar a otro. Las tinieblas de las largas noches de la prisión no fueron las más oscuras que el Bautista padeció. La oscuridad le envuelve en la incertidumbre sobre la misión de aquél a quien él había preparado el camino. Iba a llegar la claridad y el mundo no estaría rodeado ya de la niebla pegajosa del mal. Pero Jesús va de un lado para otro enseñando y haciendo el bien, aceptado por unos y rechazado por otros, y la vida seguía siendo el misterio de luces y sombras, de bien y de mal, que todos conocemos y que hace vacilar la fe.</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Han pasado más de 2.000 años y muchos se hacen hoy también la misma pregunta: ¿Eres Tú la salvación del mundo, quien iba a traernos la paz que pusiera fin a tantos enfrentamientos? Jesús en su respuesta nos remite al profeta Isaías que había anunciado un Mesías que padece con el hombre y le enseña a entregarse, incluso hasta la muerte, por la salvación del género humano. Un Mesías que no tendría un éxito puramente terreno, dando así cumplimiento a sus palabras: “Dichoso el que no se escandalice de Mí”. Esto es, dichoso el que no se desconcierte ni se desanime ante la aparente debilidad con la que el cristiano ha de hacer frente a la formidable exhibición de fuerza del poder de las tinieblas.</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">¡Dichoso quien sabe orientarse en la oscuridad, lleno de fe y de esperanza! ¡Dichoso el que no exige certezas y resultados inmediatos a la hora de influir cristianamente en la sociedad en que vive: los hijos, los familiares y amigos, los compañeros de profesión, los vecinos, sino que descubre a Dios en la opacidad del mundo y de la propia vida! El cristiano hoy, como el Bautista entonces, será profundamente bienaventurado si realiza esta conversión que permite ver a Dios en medio de la noche terrena. Así se entiende el profundo significado de aquella sentencia del Precursor: “Conviene que Él crezca y que yo mengüe”; es decir, es preciso fiarse del Señor, aceptar sus modos de hacer y abandonar los nuestros, sustituir nuestra lógica por la suya.</span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="box-sizing: border-box; color: #333333; margin: 0px 0px 10px; text-align: justify;"><span style="box-sizing: border-box;"><span style="box-sizing: border-box;"><span lang="ES-TRAD" style="box-sizing: border-box;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”. Conoceremos a Dios en la medida en que nos liberemos de nosotros mismo. Aquí está lo medular del Adviento, la profunda conversión que nos reclama. Conoceremos a Dios, su modo de operar en el mundo, en la medida en que le hagamos un sitio en nuestra cabeza y en nuestro corazón; cuando le aceptemos como es. Quien no haga un hueco en su corazón para la llegada de Dios, permitiendo que Él crezca y disminuya nuestra mal entendida suficiencia, gastará sus días buscándole en vano. Supliquemos al Señor que esto no nos suceda.</span></span></span></span></p><p><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><br /></span></span></p><p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">“Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: —¿Tú quién eres? El confesó sin reservas: —Yo no soy el Mesías. Le preguntaron: —Entonces ¿qué? ¿Eres tú Elías? Él dijo: —No lo soy. —¿Eres tú el Profeta? Respondió: —No. Y le dijeron: —¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo? Él contestó: —Yo soy "la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor" (como dijo el Profeta Isaías). Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: —Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió: —Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando</span><span style="box-sizing: border-box; color: #333333; text-align: justify;">” (Juan 1,6-8.19-28).</span></span></p>Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://www.blogger.com/profile/17870502195713186174noreply@blogger.com0