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martes, 22 de mayo de 2018

Descifran cómo funciona el genoma de la leucemia más frecuente

Elías Campo (1º por la izq.), junto a Renée Beekman
 (2ª por la izq.) e Iñaki Martín-Subero (2ª por la dcha.)
Científicos españoles ofrecen un mapa en alta resolución de las alteraciones genéticas que causan el tumor. 

 Usando técnicas de secuenciación de última generación y herramientas de biología computacional avanzadas, la ciencia ha puesto finalmente luz a la zona oscura del genoma de la leucemia linfática crónica, la más frecuente de todas las leucemias, logrando así descifrar, por primera vez, el funcionamiento completo del genoma de esta enfermedad, de la que aparecen 1.000 nuevos casos cada año en España. 

Al alumbrar esta zona hasta ahora ignota del genoma, que supone el 98% del material genético, un equipo internacional de investigadores, liderados por el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) de Barcelona, han dibujado un mapa en alta resolución de las funciones del genoma de este cáncer y lo han comparado con el mapa funcional de las células sanas. 

A raíz de la comparativa, los autores de la investigación han identificado más de 500 nuevas alteraciones moleculares específicas de la leucemia linfática crónica que ayudan a comprender mejor la enfermedad y abren la puerta al desarrollo de nuevas dianas terapéuticas. «El cáncer es una revolución molecular en toda regla. La leucemia se produce porque hay alteraciones epigenéticas de base y, como tales, son reversibles con la ayuda de la medicina molecular», apuntó Iñaki Martín-Subero, responsable del grupo de Epigenómica Biomédica del Idibaps. El investigador señala la importancia del estudio: «Antes se habían analizado capas de información molecular por separado. 

Ahora, por primera vez, gracias a la biología computacional, hemos podido hacer un análisis integrador de diez capas epigenéticas y tener una visión completa de cómo funciona el genoma», aseguró. «De manera similar a un mapa de geografía, donde se representan núcleos urbanos, montañas, ríos, etc., hemos cartografiado el mapa completo de las funciones del genoma de la leucemia, definiendo genes activos, inactivos, desiertos inactivos del genoma, entre otras. 

En total, hemos identificado doce funciones diferentes», señaló Martín-Subero, que forma parte del equipo que dirige el doctor Elías Campo, director del Idibaps. Renée Beekman, primera autora del estudio, explicó, por su parte, que comparando el mapa de la leucemia con el de las células sanas se ha «podido observar cómo las leucemias son capaces de crear una infraestructura molecular eficiente para crecer sin control. Por así decirlo, donde en las células sanas había un desierto, las células de cáncer crean núcleos industriales». 

 Otro hallazgo es que, «solo tres familias de proteínas se encargan de dichos cambios. Se podría decir que tan solo tres empresas se encargan de construir y mantener todos los núcleos industriales», dijo Martín-Subero. Este es, según los investigadores, un aspecto importante del estudio, ya que la acción de estas tres familias de proteínas puede ser inhibida con fármacos en desarrollo. «El estudio ofrece una perspectiva mediante la cual se puedan revertir las alteraciones funcionales en la leucemia», apuntó Campo. Según MartínZubero, la investigación abre dos caminos terapéuticos: encontrar fármacos epigenéticos capaces de regular las alteraciones moleculares; y otro, que pasaría por hallar inhibidores para las tres familias de proteínas responsables de reprogramar la funcionalidad de la leucemia. La finalidad última es mejorar el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes.

abc.es
Juan Ramón Domínguez Palacios / http://lacrestadelaola2028.blogspot.com

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