La cartelera de este viernes 29 de septiembre no da la razón a quienes llevan años empeñados en firmar el acta de defunción de Dios y la marginalidad de la Iglesia católica en España. Se estrenan dos películas –Converso y La llamada– protagonizadas por Dios y dirigidas además por cineastas muy jóvenes… y que se confiesan no creyentes.
En el primer caso, un joven realizador navarro ha rodado un magnífico documental para tratar de explicarse a sí mismo qué demonios le pasó a su familia para abandonar el ateísmo en el que militaba y convertirse en fervientes católicos. El resultado es una interesantísima producción que no ha dejado de recibir premios y excelentes críticas allí donde se ha proyectado.
Mientras “Converso” es una película muy abierta que plantea un interrogante, “La llamada” está cerrada en cuanto al mensaje
La llamada es otra cosa. Y no solo porque no es un documental sino un musical, aunque ya solo esta diferencia de géneros dice mucho. La llamada es otra cosa, en primer lugar, porque el punto de partida no es la vida real sino una ficción y el acercamiento a la religión no es tan visceral y auténtico como el de Converso. En La llamada, como sus propios directores –los también jovencísimos Javier Calvo y Javier Ambrossi– reconocen, la religión es más un escenario, una excusa, para desarrollar el tema de la película: que cada uno elija su camino y haga lo que realmente le haga feliz. Y que si luego deja de hacerle feliz, deje de hacerlo…