La próxima clausura del Año de la Misericordia centra la Carta de este mes: sugiere el Prelado que, como fruto de este tiempo, podamos "acogernos personalmente a la misericordia de Dios, y así acoger a los demás: vivir inclinados hacia ellos"
Se refiere Mons. Javier Echevarría al comienzo de su Carta pastoral a la próxima conclusión, el próximo día 20 de noviembre, del Año jubilar, acontecimiento que trae a nuestra memoria los eventos que han tenido lugar en todo el mundo; los más importantes, sin duda, han sucedido en la intimidad de cada uno con el Señor, y asegurando que sólo Dios conoce cuántas personas han vuelto a reconciliarse con Él, quizá después de muchos años de alejamiento o de tibieza, afirmando que hemos advertido la misericordia divina también en nuestra vida: basta una ojeada a la propia existencia para redescubrir, maravillados, la cercanía con que el Señor nos ha tratado y nos trata, desde que nos incorporó a la Iglesia mediante el bautismo, y aun antes.