Benigno Blanco (Olloniego, Asturias, 1957) es un abogado comprometido desde hace décadas en defensa de la familia y de la vida. Fue presidente del Foro Español de la Familia hasta 2015 −ahora pertenece a su Junta Directiva−, es vicepresidente de la Fundación Red Madre y pertenece al Comité Ejecutivo de la Fundación MasFamilia
Antes de su incorporación a la vida política −fue secretario de Estado, primero de Aguas y luego de Infraestructuras, de 1996 a 2004−, ya se había convertido en líder de las Familias Numerosas en España y de la Defensa de la Vida. Es padre de 3 hijos. Activo conferenciante y contertulio en los medios de comunicación, es autor de los libros Familia: los debates que no tuvimos y En defensa de la familia.
Benigno Blanco ha pasado unas horas en Valencia. Sigue muy de cerca los acontecimientos de la Comunidad Valenciana, donde el tripartito de izquierdas desea aprobar la Ley de ideología de género, convirtiéndose en una comunidad autónoma más que lo aprueba, con la pretensión de que una Ley Orgánica lo haga a nivel nacional, algo que “no le dio tiempo a Zapatero, después de aprobar la ley del aborto libre y del matrimonio homosexual”, afirma. Tiene experiencia en asociacionismo familiar y a favor de la vida, es reflexivo y rápido al contestar, todo ello más fácil mientras comemos una fideuá riquísima, pues le digo que habrá abundado más la paella cuando viene a Valencia. No esquiva ninguna pregunta, se muestra muy seguro de sus opiniones y no rehúye nunca el diálogo con nadie.

La Comunidad Valenciana va a aprobar próximamente la Ley de Ideología de Género, como han hecho otras comunidades autónomas recientemente, pero en tierras valencianas en medio de críticas sociales y políticas −el PP−, pero ¿piensa que el ciudadano de a pie conoce suficientemente la ideología de género?
No ha habido casi tiempo para que los ciudadanos sepan con una mínima precisión en qué consiste la ideología de género, en buena parte porque los partidos interesados en sacarla adelante en un tiempo récord están dándose mucha prisa para aprobarla. Si se explicara bien, la mayoría social estaría en contra muy probablemente, ya que es un auténtico tsunami impuesto desde arriba. Al menos se podría lograr que se respete como opción quien no esté de acuerdo con la ideología de género
Lo de “tsunami” tiene evidentes connotaciones devastadoras ¿tan grave es la ideología de género?
Es un tsunami demoledor para la familia, las personas y la sociedad: cada uno puede ser hombre o mujer, con independencia de que nazca siendo hombre o mujer. El sexo se asigna al nacer como mero acto administrativo, pero luego cada uno elige, con independencia de lo que digan los padres en el caso de los menores de edad, ignorando que ser hombre o mujer da una identidad biológica, psicológica y de personalidad que no puede ni debe estar sujeto a fluctuaciones, sentimientos u ocurrencias, que además pueden ser distintas a lo largo de la vida.
Si se denominara “Ley de elección de sexo” ¿quedaría más claro?
Quedaría más claro, pero evidentemente se juega a la confusión. Se presenta como una ley que evita la discriminación de la mujer, que defiende el feminismo, que evita la discriminación a los homosexuales, pero son falacias, puesto que para defender a la mujer ya hay normas españolas y europeas suficientes.
Usted habla de que es algo impuesto, autoritario, cuando la imagen que se intenta transmitir es de un avance de la libertad…
La ideología de género es un ataque a la libertad en toda regla: se impone a toda la sociedad y se obliga a enseñar cómo tratar en los centros educativos, instituciones y empresas a los que quieran ser tratados de acuerdo con esa ideología. Estamos renunciando a razonar, unos por actitud de dictador político y otros por complejos.
Usted afirma que se ha introducido esta ley en un tiempo récord, ¿cuál ha sido el origen?
La ideología de género se nutre de la ideología del Mayo francés del 68 sobre la libertad sexual, de la paulatina aprobación de leyes del aborto libre, de la homosexualidad, y con la financiación de poderosos grupos económicos mundiales que buscan dominar el mundo convirtiéndolo en un “mercado único”, en el que interesa que desaparezca la ética y la religión. La banalización del sexo también ha contribuido. Los sectores laicistas se han sumado a la ofensiva, pues esta ideología de género no hubiera salido sólo con la acción de los grupos de Gays y Lesbianas (LGTBI). Y a eso se ha sumado una decadencia del humanismo cristiano, que por complejos o poca responsabilidad ha claudicado bastante. Basta ver la denuncia enérgica que hace el Papa Francisco de la ideología de género, de su maldad.
¿Se está extendiendo esta ideología en el ámbito internacional?
Sí, no es un problema exclusivo de España, aunque estamos a la vanguardia por desgracia. Está extendida por los países de Europa Occidental, Estados Unidos…, pero no en la Europa del Este, porque allí han conocido la dictadura del marxismo, y ven en la ideología otra forma de imposición dictatorial, y se rechaza. Tampoco en los países de América Central y del Sur, donde la familia tiene más fuerza. Podríamos decir que es una ofensiva en el “primer mundo”.
¿Es una filosofía la ideología de género o una ideología?
Es una ideología, pues busca instaurarse en la sociedad, tiene una agenda política, como estamos comprobando, que se está cumpliendo.
Volvamos a su expresión de “tsunami” ¿tan grave lo ve?
La ideología de género es el principal debate moral en estos momentos en España. Un niño de 6 años puede decir que es niña, y que quiere que se le trate hormonalmente como tal para evitar el desarrollo masculino. En la familia y en la escuela será un problema grande. Además, tener ciertas tendencias homosexuales no es ser homosexual: está comprobado que el 90% de los niños que tienen ciertas tendencias distintas a su sexo con 4-6 años, en la pubertad ya no las tienen. ¡No se ha pensado en los ingentes problemas psicológicos de los niños, con manuales de texto promoviendo la ideología de género a edades en que se forma el cuerpo y la personalidad! Está en juego la felicidad de muchos niños menores de edad, de mucha gente, y no se debate sobre lo que hace más feliz a las personas.
¿Perdurará mucho la ideología de género, el tsunami?
Es tan perversa que creo que no durará mucho tiempo, pero desde luego ahora no basta agarrarse a un árbol, sino que hay que estar preparado a nivel social y, sobre todo, educativo y familiar. Y prever cómo reconstruir dentro de un tiempo los fundamentos racionales de la familia, del matrimonio, de la sexualidad.
¿La ideología de género es una prueba o se basa en datos científicos?
¡Es un experimento! Y además ocultando datos. Ser hombre o mujer es una realidad que define a la persona.
¿Qué defensa cabe de las familias y de los centros educativos ante la ideología de género?
Según las normas legales, habrá que estar al tanto para defender en los tribunales los derechos vulnerados por la aplicación o normas de la ideología de género. Pero hay que ahondar en la educación sexual, tanto en la familia como en los centros escolares, porque la sexualidad como algo muy digno y responsable da sentido al amor humano, al matrimonio, y no se cae en simplificaciones o deformaciones. Y los padres han de abordar la sexualidad en la familia, sin miedo, dando confianza a los hijos y a sus dudas, que van a tener en aumento con la aplicación de las leyes de ideología de género. Un reciente documento destaca que en Estados Unidos se estima que el 90% de los jóvenes menores de 12 años son adictos a la pornografía. ¿Qué pasa en España? Son datos, estudios pendientes, que se están ocultando.
Animo a Benigno Blanco a que comamos la estupenda “fideúá”, y más para coger fuerzas para el ‘tsunami’ de la ideología de género. Por él, continuaríamos, pero habrá otras ocasiones. Las décadas que lleva defendiendo la familia, la vida, le suponen muchas peticiones de entrevistas y debates en medios de comunicación, que acepta con facilidad, como yo he comprobado. Que crezcan los que no tienen miedo a los periodistas.
Entrevista de Javier Arnal, en javierarnal.wordpress.com.