ACTUALIDAD

viernes, 9 de junio de 2017

Testigo

Tras perder su empleo en una situación de mucha exigencia y estrés, Duval es contratado por una misteriosa organización. Se le pide transcribir en un apartamento y trabajando en solitario, algunas conversaciones telefónicas grabadas en cinta magnetofónica. 

Utilizará para ello una máquina de escribir, y entregará los folios mecanografiados según un procedimiento previamente establecido. Al mismo tiempo, acude a unas reuniones de alcohólicos anónimos, donde los avances realizados hacen que se le invita a tutelar a una recién llegada.

Digno debut en la dirección del también coguionista Thomas Kruithof, que arma una intriga tal vez no redonda pero entretenida, un ejercicio de estilo intrigante que se inspira claramente en títulos como La conversación y La vida de los otros, en que el gris trabajador que no se plantea el sentido de lo que hace se ve obligado a hacerlo, impelido por las circunstancias. No deja de resultar curioso, en tal sentido, que en los tiempos de internet y los móviles se acuda a tecnología retro, cintas de cassette y mecanografía.

François Cluzet compone bien al protagonista sobrepasado por lo que ocurre a su alrededor, y al que tal vez le haya llegada la hora de madurar, el restablecimiento de su conexión con el mundo real.

Año: 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario