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martes, 19 de febrero de 2019

Jaime Mayor Oreja: «Hay una moda dominante que se dedica a destruir los valores de la civilización cristiana»

Jaime Mayor Oreja presenta en el Senado de París el primer «think tank» para recuperar los valores y principios que dieron lugar a Europa.  El exeurodiputado popular  (San Sebastián, 1951) está dispuesto a librar la batalla cultural que se disputa en Europa. 

One of Us, la federación que preside desde el año 2014, presentará el próximo 23 de febrero en el senado de París el primer «think tank» europeo con el objetivo de analizar la situación del continente desde la óptica de la crisis moral que padece y unir esfuerzos para conseguir una renovación de «Europa, fiel a la dignidad humana». 

Esta inédita plataforma cultural, integrada por intelectuales y pensadores, tendrá como principal referente al historiador y profesor emérito de la Univesidad de la Sorbona, Rémi Brague. 

—¿Le va costar más a Europa salir de su crisis moral que de su crisis económica?
—No hay una crisis económica, ni financiera, ni política, ni institucional. La crisis es una crisis cultural, de la civilización pero también de la conciencia y de la actitud personal ante la vida. Todos y cada uno somos parte de la crisis. Vivimos en el extremo desorden, vemos cómo se van troceando todas las naciones, los espacios políticos. Esto no es una casualidad, tiene una causa y es que hemos ido destruyendo un orden a fuerza de destruir todas las referencias permanentes. Ese es el diagnóstico. La razón es la que nos lleva a esta conclusión.

—Su federación lanzará una plataforma cultural europea formada por intelectuales, ¿qué objetivos pretenden alcanzar?
—Hacer lo que hasta la fecha no se ha hecho y es estar en el ámbito cultural, prepolítico, de las ideas, en el campo de los valores y de las convicciones, involucrando e implicando a pensadores e intelectuales europeos. El objetivo es existir desde la convicción de que los partidos políticos cristianos que fueron los encargados hace 30 años de defender nuestros valores en Europa se ven ahora un poco dominados por una moda ambiental que ya no defiende esos valores. Por eso tenemos que buscar otras plataformas distintas. Los partidos están para ganar las elecciones pero para eso hay que adaptarse a la sociedad en la que se vive. Por eso hacen falta otras plataformas, otro tipo de acción. Algo que esté en la prepolítica. No pretendemos competir con los partidos. Convocamos en otro nivel en el que la política no ha estado y es el ámbito cultural. Con esta plataforma tratamos de suplir nuestra ausencia en ese ámbito durante demasiadas décadas.

—¿Cuál ha sido la respuesta de los intelectuales?
—Creo que la cuestión no es de cantidad sino de autenticidad. Esto es el arranque de un proceso. Vamos a tratar de hacer lo que no hemos hecho hasta ahora. Vamos a cohesionarnos por los principios, por los valores. Cada partido político tiene múltiples concepciones de la vida, de la familia, del matrimonio, de la eutanasia. Nosotros vamos a tratar de cohesionarnos por los valores y los principios.

—¿Puede esta plataforma ayudar a concienciar de que estar en contra del aborto o de la eutanasia no es una cuestión religiosa?
—La tarea es de concienciación. No se puede pedir a los partidos políticos que adopten decisiones si antes no ha habido una concienciación social previa. Hay una moda dominante que es la causa de lo que hoy padecemos y que desde hace décadas está dedicada a socavar y a destruir todos los valores de nuestra civilización cristiana. No es un orden mundial inocuo; trata de reemplazar una sociedad fundamentada en los valores cristianos.

—Ustedes consideran la reforma de la educación como un punto clave para que Europa recupere la senda, pero la escuela se ha convertido en un laboratorio de las ideologías en España, ¿cómo se puede romper este círculo vicioso?
—Para nosotros la educación reglada es importante pero la primera educación se recibe en la familia. Lo que hay que hacer es entender que esa educación en valores tiene que ser el gran objetivo. En la familia, en la reforma educativa, en todo.

—La ideología de género se acaba de cobrar su primera víctima con la retirada de la utilidad pública a Hazteoir, ¿qué más se llevará por delante esta «nueva ortodoxia asfixiante» que ustedes denuncian? —Creo que traerá una cierta persecución. Eso no va a menos, va a más y es consecuencia de lo que el Papa Benedicto ha llamado «la dictadura del relativismo». Por eso es necesario comprender que estamos en una batalla de David contra Goliat. Pero no se trata en ningún caso de extremar las posiciones, sino de ir a la raíz de la crisis. La solución nunca está en los extremos pero tampoco en la superficialidad, sino en la búsqueda de la verdad, en ser capaces de ir a la raíz de lo que sucede. Ese es la línea básica argumental de nuestra plataforma.

—La sociedad civil sigue trabajando en defensa de la vida, pese a que esta causa está en vía muerta en la agenda política, ¿cree que el ámbito cultural e intelectual puede ayudar a relanzar esta causa?
—La crisis, que ha significado la pérdida de referentes permanentes, empezó el día que se legalizó y se legitimó el aborto. Ese debate no lo podemos perder porque no es la expresión de un tiempo nuevo, sino de una terrible decadencia moral. Cuando los que se consideran a sí mismos como «modernos o progres» afirman que la defensa de la vida es «un debate del pasado» es la expresión más clara de la frivolidad, de la mediocridad y de la incapacidad de entender la crisis que vivimos hoy. ¿Por qué no vas a matar a una persona que tiene un mes de vida si tú has legitimado que puedes matarlo un mes antes porque está en el seno de su madre? ¿Solo porque nazca tiene derechos pero se los niegas todos mientras está en el vientre de la madre? Eso no es lógico y no es por la fe. Es por la razón. Por eso este debate no lo podemos perder.

abc.es
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://lacrestadelaola2028.blogspot.com

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