L.S. Lowry fue una de las figuras artísticas más importantes del Reino Unido de mediados del siglo XX y sus obras triunfaron por su visión única del noroeste industrial de Inglaterra. La película nos muestra la complicada relación que mantiene con su madre, una mujer que trató activamente de disuadir a su hijo soltero de perseguir sus ambiciones artísticas y criticó cualquiera de sus gustos.
Lowry es un hombre sensible, que pinta lo que ve, poniendo ahí todos sus sentimientos. Son cuadros sencillos, algo naïf, que representan motivos urbanos como la salida de los trabajadores de una fábrica, plasmando su soledad.
Estamos ante un estupendo film de actores, están soberbios Timothy Spall y Vanessa Redgrave, que imprimen mil y un matices a sus personajes, de modo que no se cae en simplificaciones a la hora de mostrar las contradicciones de una relación sin duda de hijo y madre mutuamente amorosa, pero en la que hay puntos oscuros: él no escatima esfuerzos para agradar a su madre, empapados de una ternura quizá demasiado complaciente; ella le agradece sus atenciones, pero no deja de mostrar un comportamiento castrador, arrojando jarros de agua fría a la pasión del otro por su dedicación artística, que apagan sus expectativas. (Almudí JD). Decine21: AQUÍ
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