Tanto en la vida de la Iglesia como en la nuestra se desencadena en ocasiones una tormenta que amenaza con hundirla como a la barca de Pedro en el lago. Cuando, como a Job, nos visita el dolor, la desgracia; cuando la muerte nos arrebata a un ser querido; cuando sentimos la mordedura de la injusticia, la traición de colaboradores y amigos; cuando la Iglesia y su misión redentora del mundo es azotada por el mar enfurecido de las críticas y las burlas y parece que Dios duerme ajeno al peligro, brota esta queja: “¿Señor, no te importa que nos hundamos?”
sábado, 22 de junio de 2024
El día del Señor: domingo 12º del T.O. (B)
sábado, 15 de junio de 2024
El día del Señor: domingo 11º del T.O. (B)
Nos podemos preguntar: ¿para qué han servido tantos años de esfuerzos por difundir el mensaje de Jesucristo cuando observamos a tantos que no le conocen o viven como si no le conocieran? Querríamos disfrutar ya de un mundo más humano y justo, más cristiano, y al no ser así aunque es mucho lo que se ha hecho en todos estos años, nos impacientamos y el desaliento nos quita la esperanza.
viernes, 7 de junio de 2024
El día del Señor: domingo 10º del T.O. (B)
Contemplamos en la 1ª Lectura el relato del origen del mal en el mundo. La original armonía de la persona humana, entre el hombre y la mujer y entre estos y toda la creación que Dios había establecido, quedó rota por un uso equivocado de la libertad y de la legítima autonomía del hombre al desear ser como Dios, legislador del bien y del mal. Pero Dios no abandona a sus criaturas y Cristo, que es más fuerte que el mal, con su victoria pascual nos renueva interiormente y resucitaremos con Él un día aunque nuestro cuerpo se vaya desmoronando(2ª Lectura).