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lunes, 24 de octubre de 2016

El ciberataque sufrido por EE.UU. revela su vulnerabilidad digital

   
Los expertos alertan de un riesgo de caída total del sistema. «Esto es como el Salvaje Oeste», dicen. Al menos, se produjeron tres oleadas de ataques a lo largo del viernes sobre la empresa Dyn con sede en New Hampshire (EE.UU.). Comenzaron en la costa este de Estados Unidos, antes de propagarse a otras parte del país y Europa, y provocar la caída de los grandes sitios web del mundo.

No ha sido un ataque más. La creciente sofisticación de los «hackers» en sus asaltos al sistema ha disparado la alarma entre los investigadores y las compañías afectadas. El FBI intenta determinar quién está detrás de uno de los ciberataques más complejos y efectivos de la corta pero intensa historia de internet, con la mente puesta en las actividades criminales y en un jaque a la seguridad nacional. La sistemática arremetida de los piratas se produce después de que el presidente Obama anunciara una respuesta de Estados Unidos a los últimos ataques de Rusia, que han acaparado parte de la campaña electoral bajo la sombra de un supuesto intento del Vladímir Putin de influir en el resultado, con ayuda de WikiLeaks.
¿Chinos, rusos?
En las redes se apuntaba ayer a un grupo de ciberdelincuentes de origen ruso y chino como responsables del último ataque masivo, pero no hay ninguna confirmación oficial. La única constatación hoy es el creciente temor de las autoridades y las grandes compañías estadounidenses a la creciente fragilidad a un sistema digital del que depende buena parte de su economía y su seguridad.
A las siete de la mañana del pasado viernes en Nueva York (las cuatro en la costa oeste estadounidense), un ejército de «decenas de millones de IP (direcciones de ordenador) infectados» lograban colapsar los servidores centrales de Dynamic Network Services Inc., conocida como Dyn, esencial proveedor de webs de compañías tecnológicas. No fue la única oleada. Después de que la compañía hubiera defendido sus posiciones con todas las armas a su alcance en las primeras dos horas y media, otras dos ofensivas, aparentemente calculadas en tiempo y forma, se cebaron con la compañía que opera los sistemas DNS, esenciales en su labor de redirigir el tráfico en internet.
El resultado de la operación de asalto informático empezó a contarse por webs de grandes compañías afectadas, PayPal, Airbnb, Spotify, Twitter, Kayak, GitHub, eBay.., entre otras muchas, junto a los grandes periódicos, «The New York Times», «The Wall Street Journal», «Financial Times», inaccesibles para millones de usuarios, primero en Estados Unidos, después en Europa y en Asia. Para entender la efectividad del ciberataque, es necesario radiografiar la interconexión digital y situarla en el mapa. La compañía Dyn tiene su base en New Hampshire, en el este de Estados Unidos. Los sistemas DNS (Sistemas de Nombre de Dominio, en sus siglas en inglés), se centralizan en California, en el oeste. Dyn gestiona los DNS, que a su vez funcionan como una centralita para el tráfico de internet. La relevancia de los DNS es tal que, por ejemplo, convierte de manera amistosa direcciones de web como la del FBI, fbi.gov, en direcciones numéricas que permiten a los ordenadores hablarse entre ellos. Sin esa operación de colaboración mutua, internet no podría funcionar. Así ocurrió el viernes, cuando los piratas informáticos regaron los servidores de IP con virus, como si de una manguera se tratara, y provocaron lo que en la jerga es conocido como DDoS (Denegaciones de Servicio Distribuidas), en sus siglas en inglés
Aunque la capacidad tecnológica de las grandes compañías determina también su dependencia y su capacidad de autonomía. A pesar del salto de calidad de los «hackers», que llevó ayer a los responsables de Dyn a calificar el ataque de «inteligente», la gigante Amazon fue capaz de resolver el problema en pocos minutos.
Sofisticado asalto
Según los especialistas, el salto de calidad de los «hackers» estriba en haber utilizado cientos de miles de aparatos conectados a internet, como cámaras, monitores para bebés, grabadores y enrutadores caseros, infectados sin el conocimiento de sus propietarios, con software que les permitían el control suficiente para después llevar a cabo el lanzamiento masivo de los virus. Kyle York, jefe de estrategia de Dyn, además de alertar sobre la dimensión de lo sucedido, advirtió de que el futuro puede ser aún peor: «El número y los tipos de ataques y su complejidad van en aumento». Llamó la atención sobre el peligro de que las grandes compañías tecnológicas «puedan sufrir una caída total del servicio. Es el Salvaje Oeste el que está ahí fuera»

abc.es

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