En su reciente viaje al Congo, el Prelado del Opus Dei visitó el
Centro Médico Monkole, un hospital en las afueras de Kinshasa. Allí, una
trabajadora le preguntó cómo compatibilizar el trabajo con su familia. Podéis conocer la labor de Monkole AQUÍ
- Padre, me llamo Matondo, pero todos me llaman "Mama zii". Soy
cooperadora del Opus Dei, trabajo en la administración y estoy muy
contenta y orgullosa de mi trabajo.
En la formación que recibo en los centros del Opus Dei se nos habla
mucho de la familia. En la administración del hospital intentamos vivir
un ambiente de familia y el espíritu de servicio. Y eso me gusta mucho.
Sabiendo que eso es fruto del espíritu del Opus Dei, querríamos darle
las gracias. Además, hemos preparado un regalo para usted. Es un cuadro
que muestra a una mujer de campo yendo a trabajar, con su azada al
hombro, la cesta sobre la cabeza, y su hijo a la espalda. Combina de ese
modo la vida profesional y familiar.
- Gracias, muchas gracias.
- Aprovecho para pedir dos cosas, Padre. La primera, una pregunta: ¿Qué
nos recomienda a quienes no podemos llevar a nuestros hijos al trabajo
como esa mujer, pero nos gustaría combinar como ella la vida profesional
y familiar?
La segunda cosa es una petición: como se habrá dado cuenta, quienes
trabajamos en la administración hemos venido a la tertulia con nuestros
uniformes, aunque la jornada ha terminado ya. Nos gustaría hacernos una
foto con usted al final.
- Creo que sí será posible. Quería deciros que es muy importante que la
vida de vuestras familias -que son familia nuestra: ¡yo quiero mucho a
vuestra familia!-, que esa vida familiar la cuidéis. Que respetéis los
horarios.
En Monkole y en Erisi el trabajo será duro, exigente, pero no tenéis
derecho a llegar a casa con la cara cansada. Antes de entrar en casa,
miraros en el espejo, -vosotras, que os gusta tanto- y sonreid. Y luego,
saludad: "¿Cómo estás, cariño?". A veces, ocurre en todos los
hospitales, el trabajo médico requiere más horas de las inicialmente
previstas. Por ejemplo, no se hacen aún, pero llegará un momento en que
aquí se harán trasplantes, y a veces podréis no llegar a la hora
prevista a casa. En esos casos, tened detalles: llamad a vuestros
maridos, a vuestras mujeres, y les decís: "Hay un caso importante que no
puedo dejar de asistir, por lo tanto, llegaré un poquito más tarde;
pero pienso mucho en todos vosotros". Y ofreceis al Señor ese retraso
por la familia.
Es importante que Monkole sea también familia, como la familia de
vuestros hogares. Ayudaos a vivid los horarios durante todo el día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario