Un campesino chino ciego ha dado al mundo una lección sobre la fuerza
de uno. Chen Guangcheng se convirtió en uno de los más conocidos
activistas pro derechos civiles tras defender en su provincia a mujeres
que fueron obligadas a abortar bajo la política del hijo único.
Su dramática huida del arresto domiciliario, y su solicitud de asilo
político en la embajada de EE.UU., ha estado perfectamente pensada para
coincidir con las conversaciones en Pekín entre la secretaria de Estado
Hillary Clinton y el secretario de Comercio Timothy Geithner con sus
homólogos chinos.
ACEPRENSA
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