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viernes, 31 de enero de 2014

Prelado del Opus Dei: Álvaro del Portillo renunció al éxito profesional para ayudar a las almas

   El Prelado del Opus Dei invita a pedir ayuda a monseñor del Portillo en algo muy concreto: "Que nos haga sencillos, descomplicados. Fue en su vida un hombre muy a la mano de todos los demás pero sobre todo, muy a la mano de lo que Dios le pidiera. Ese era el mensaje que transmitía: que Dios está muy cerca de nosotros, y que hay que saber responder con generosidad y con alegría a lo que nos vaya pidiendo en todas las circunstancias”





El próximo 27 de septiembre será beatificado Álvaro del Portillo, primer sucesor de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Para conocerle mejor, visitamos en Roma al actual prelado del Opus Dei, que trabajó a su lado durante más de 40 años.
"El mensaje suyo es que hay que saber estar en el sitio de cada uno, santificando las distintas circunstancias, el trabajo, las relaciones familiares, las relaciones de amistad, las relaciones de trato con las personas que se encuentran en cualquier momento”.
La ceremonia de beatificación será en Madrid, su ciudad natal. También Roma acogerá algunos actos como una Misa de acción de gracias y un encuentro con el Papa durante la audiencia general del miércoles 1 de octubre.
"Nos ha parecido que era muy coherente precisamente con este año 2014, centenario del nacimiento de don Álvaro que fuese en su ciudad natal, en Madrid. Y por eso se ha decidido escoger esa ciudad, a la que podrán acudir muchísimas personas”.
En 1935, cuando Álvaro del Portillo estudiaba Ingeniería en Madrid, conoció a San Josemaría y se hizo del Opus Dei. También en esta ciudad se ordenó sacerdote en 1944.
"Siendo un hombre tan sencillo, tan simpático, tan cercano, al mismo tiempo era de una gran categoría extraordinaria en el sentido intelectual, porque cumplió varios estudios con gran lucidez, y también porque fue un gran profesional. Al mismo tiempo, desde que fue sacerdote pues dejó todo ese posible éxito humano para dedicarse a servir a las almas con tanta o más alegría que había desarrollado su labor personal y profesional para santificarse”.
Dicen que cada santo tiene una especialidad. Javier Echevarría invita a pedir ayuda a monseñor del Portillo en algo muy concreto.
"Que nos haga sencillos, descomplicados. Fue en su vida un hombre muy a la mano de todos los demás pero sobre todo, muy a la mano de lo que Dios le pidiera. Ese era el mensaje que transmitía: que Dios está muy cerca de nosotros, y que hay que saber responder con generosidad y con alegría a lo que nos vaya pidiendo en todas las circunstancias”.
Pocas personas llegan a ver en los altares a alguien con quien han trabajado durante 40 años. Pedimos al prelado del Opus Dei que nos diga qué significa para él la beatificación de su predecesor.
"Como sucesor lo que pienso es con qué fidelidad hizo todas las cosas pensando en la necesidad de estar cerca del Romano pontífice, de la Iglesia y de todas las almas, y quiero que mi vida se traduzca también en este afán de servir a la Iglesia, de servir al Papa, a las almas”.
También nos cuenta que Álvaro del Portillo tenía "debilidad” por África y que allí lanzó muchos proyectos sociales. Por eso, para celebrar la beatificación se están recaudando fondos para impulsar tres proyectos en Nigeria, Congo y Costa de Marfil, y para costear los estudios de futuros sacerdotes africanos.

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