El Papa mantuvo un encuentro con el jefe de la comunidad yazidí en el mundo, Tahsin Said Ali Beg, y su jefe espiritual supremo, Skeikh Kato.
Ambos viajaron desde el Kurdistán iraquí para informar a Francisco sobre la dramática situación que viven los yazidíes, la minoría étnica con la que se han ensañado los radicales del Estado Islámico en Irak.
Hablaron con el Papa de las cerca de 50.000 mujeres yazidíes esclavizadas por los terroristas. También le agradecieron su preocupación por esta minoría perseguida.
"Ha venido de Siria y le visita diciendo "el Papa es nuestro padre, de todos nosotros, el padre de los pobres”.
El Papa les dijo que reza por ellos y les deseó que pronto puedan recuperar su vida normal.
La comunidad yazidí está formada por un millón y medio de personas. Medio millón viven en Irak y el resto se reparten en Turquía, Georgia y Armenia principalmente.
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