¿Qué ocurriría si yo hubiera ido a mis padres diciéndoles que en realidad era blanca y que la raza de mi cuerpo simplemente no encajaba con la de mi mente? Es el punto de partida de la reflexión de una joven afroamericana sobre el movimiento transgénero. Nuriddeen Knight, Máster en Psicología por la Universidad de Columbia, escribe en un artículo publicado en Public Discourse (4-06-2015) que cuanto más nuestra sociedad intenta liberarse de los estereotipos de género, más esclava se vuelve de ellos.
Mis padres nunca me compraron Cenicienta, La Sirenita o Blancanieves. No eran las historias que se contaban en mi casa ni las películas que veíamos en la tele. No había entonces una princesa Tiana, pero mis padres solo nos pusieron películas con princesas ‘coloreadas’: Mulan (asiática), Pocahontas (una nativa americana) y Jasmine (árabe). También nos encariñamos con los animales africanos de El Rey León. Nunca idealizamos la “blancura” en casa. Y nada de esto fue de modo patente, aunque sí pudo haber sido de manera intencionada. Únicamente mirando atrás me doy cuenta del tipo de autoestima que nuestros padres nos estaban inculcando.
Sin embargo, esto no fue suficiente. En torno a los 13 años, me di cuenta de que el mundo me decía que la piel clara y el “pelo bueno” eran mejores, que estar delgada era mejor, y que la blancura era mejor. En algunos momentos, hubiera deseado ser blanca. Rogué a mi madre que me alisara mi pelo, y lo hizo; tomé, en algunos momentos, algunas medidas irracionales para perder peso, y traté de mantener mi piel más o menos clara poniéndome a resguardo del sol.
Si hubiera ido a mis padres diciéndoles que quería ser blanca, pienso que quizás se hubieran reído, hubieran llorado, me hubieran confortado, y se habrían preguntado en qué habían fallado como padres. Pero ¿qué habría pasado si les hubiera dicho no solo que yo quería ser blanca, sino que yo era blanca en realidad? ¿Qué habría ocurrido si les hubiera dicho que la raza de mi cuerpo simplemente no encajaba con la de mi mente? Pienso que los habría trastornado profundamente.
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