Conforme se acerca el 7 de octubre y con esta fecha, el 450 aniversario de la batalla de Lepanto, cada vez son más las organizaciones que celebran el acontecimiento con prestigiosos especialistas en diversas materias.
En el marco de estas efemérides y con el objetivo de dar a conocer “el mundo anterior a Lepanto” como introducción a las jornadas celebrarán en octubre, Instituto Lepanto ha invitado a la historiadora María Saavedra al colegio Stella Maris de La Gavia para conversar sobre la hispanidad y su misión evangelizadora.
1º Los visigodos y el controvertido nacimiento de España
Frente a una corriente cada vez más extendida que pretende retrasar el origen de España, Saavedra no dudó en afirmar que “como unidad política independiente, nace con los visigodos”.
A su juicio, España no nace con los Reyes Católicos, casi de forma simultánea al propio descubrimiento –“descubrimiento, si, y no encuentro”, afirma– de América. “Los visigodos crean un ente político que es independiente, que se llama España, que tiene capital en Toledo y que tiene conciencia de ser algo. Hay una lengua, el latín, y una religión, el arrianismo, que fue sustituido por la religión de la inmensa mayoría de los habitantes peninsulares”.
“Hay una realidad que existe”, confirma Saavedra, “y existe antes de que el año 711 los musulmanes invadan la península aprovechando las guerras civiles internas”.
2º La realidad española pervivió a la conquista islámica
En la misma línea, la historiadora continuó refiriéndose a la “conquista islámica”. “Invadieron y construyeron al-Ándalus, pero sobre algo que ya existía, y pese a que permeó muchas de las realidades que existían, sigue subyaciendo la realidad española, la conciencia de pertenecer a algo que nos ha sido arrebatado”.
Citando el De Laude Hispaniae/Spaniae de San Isidoro, la historiadora encuentra “muchos datos que nos hacen ratificar esta idea de la existencia de España”.
“Tú eres, oh España, sagrada y madre siempre feliz de príncipes y de pueblos, la más hermosa de todas las tierras que se extienden desde el Occidente hasta la India. Tú, por derecho, eres ahora la reina de todas las provincias, de quien reciben prestadas sus luces no sólo el ocaso, sino también el Oriente… Tu eres el honor y el ornamento del orbe y la más ilustre porción de la tierra en la cual grandemente se goza y espléndidamente florece la gloriosidad fecunda de la nación goda”.
3º "Reconquista", un término preciso y adecuado
Por ello, la historiadora se muestra favorable a tratar el periodo que transcurre entre el 711 y el 1492 como la reconquista que fue. “Esta tendencia historiográfica en la que tendemos a negar la existencia de una reconquista en el fondo se basa en negar, precisamente, que existía algo antes. Claro que existía, y lo que recuperan los reinos cristianos conforme avanzaban es la antigua Hispania”.
4º Una supuesta unidad prehispánica a recuperar
Explica Saavedra que uno de los tópicos más extendidos por la Leyenda Negra sobre la presencia hispánica en las Indias es el de la existencia de una supuesta e idílica unidad indígena, quebrada por los españoles. “Recuerdo que en Bolivia Evo Morales decía: `volveremos a vivir quechuas y aymaras en paz´, pero eso no se vivía desde hacía muchísimo tiempo: los incas habían masacrado al pueblo aymara para someter lo que hoy es Bolivia al Imperio incaico”.
Es tan solo un ejemplo de que “no había una América. Desde hace algunos años están en auge los movimientos indigenistas que hablan de recuperar una identidad americana anterior a la llegada de los españoles.
Y esto”, dice, “es una falsedad histórica: esas américas que los españoles encuentran fueron los indios del Caribe, en un nivel de civilización comparable a nuestra prehistoria. O los mayas, en decadencia a la llegada de los españoles. Los aztecas, que tenían a los estados sometidos a los impuestos en especies, trabajo o prisioneros para los cada vez más frecuentes sacrificios humanos. Los incas, por último, hicieron unas campañas de conquista que llegaron a establecer un imperio desde los actuales Colombia o Ecuador hasta Chile”.
5º En América, todo se hizo con la misión de evangelizar
Otro de los grandes clichés negrolegendarios es el de la evangelización como mera excusa de los españoles para encontrar oro y plata. Y siendo cierto “que había interés en ello”, “todo se hizo bajo la misión de evangelizar.
“Los reyes asumieron esa evangelización, ya que para Roma y el Papado no era posible encargarse de las grandes dimensiones del nuevo mundo. Los reyes pusieron en marcha el proceso evangelizador con todo lo que llevaba consigo, porque realmente en América todo era misión”.
La experta en evangelización de América incidió en que, pese a los errores que pudieron cometerse, "en América todo era misión".
6º Se respetaron elementos de las culturas previas
¿Cómo lo hicieron? “Improvisando una serie de métodos y técnicas muy novedosas. Tenían que explicar lo que era la Trinidad, la Eucaristía y las verdades de la fe a una serie de pueblos que en su mayoría eran panteístas. Tuvieron que enseñar que Dios es trino, pero que eso no significaba que hubiese tres dioses, complicado de asimilar para un pueblo de estas creencias. Y que en la Eucaristía se come el cuerpo de Cristo pero que eso no es un sacrificio humano”.
“Para ello emplearon, por ejemplo, un catecismo pictográfico o el teatro evangelizador, con fórmulas sencillas que van calando y que pudiesen ir comprendiendo”. Todo ello fue parejo a una “inculturación” por la que, “en la medida de lo posible, se respeta la cultura de los pueblos previos a la llegada de los españoles siempre que sea compatible con la práctica del catolicismo”. No lo eran, explica, “los sacrificios humanos, la simonía o la poligamia”.
7º Los indígenas, “plantas verdes en la fe”, exentos de ser jugados por la Inquisición
Otro de los grandes mitos vertidos en torno a la evangelización de América fue el de los procesos inquisitoriales sobre los indígenas.
Como explica la doctora, en América, algunos obispos fueron con cierta capacidad inquisitorial. Esto significaba que dentro de su diócesis, la inquisición tenía potestad para velar por que solo los bautizados –el Santo Oficio solo tenía jurisdicción sobre católicos– vigilasen la fe y las costumbres, y con todo, los autos de fe en América fueron en extremo aislados y reducidos.
Uno de ellos fue el de Juan de Zumárraga, primer obispo y arzobispo de México que en 1535 fue investigo del cargo de inquisidor por delegación, y en 1539 ejecutó el proceso contra el cacique don Carlos de Tezcoco. Sabido esto por el rey Felipe II, descubre Saavedra, emitió una fulminante cédula reprobando lo realizado por Zumárraga en la que ordena “que los indios quedan exentos de ser juzgados por la inquisición” y condenados a la pena capital “por ser `plantas verdes en la fe´, en palabras literales del monarca, debido a que “no pueden tener la misma responsabilidad que tienen los cristianos viejos de la península: no hay tribunales que juzguen a las poblaciones nativas”, sentencia.
Especialmente reveladoras de este mito son las Instrucciones para la formación de la Inquisición en la Nueva España, que advierte a los tribunales “que no han de proceder contra los indios, porque es nuestra voluntad que solo uséis de ellos contra los cristianos viejos, y con toda templanza y consideración, porque así conviene que se haga”.
María Saavedra, durante un momento de la conferencia tratando el desarrollo social y económico de la América española.
8º El cardenal rodríguez de Fonseca, condenado por la serie "Isabel"
El siguiente punto que se abordó fue en relación a la esclavitud en América, un aspecto de la Leyenda Negra tan refutado que la historiadora lo abordó de forma tangencial y anecdótica para refutar las calumnias de la serie española Isabel sobre el cardenal Rodríguez de Fonseca.
“Se ha dicho mucho que la reina Isabel le encarga devolver a los esclavos indianos y lo que él hace es venderlos. Esto es una falsedad brutal y el cardenal Fonseca ha quedado para el imaginario colectivo español como lo peor. Y no fue así”, afirma del cardenal, que ordenó “hacer orros e libres a todos nuestros esclavos y esclavas” con los que, al margen de la ley, se había comerciado.
Los indígenas, como habitantes y súbditos libres de la Monarquía Hispánica, “no podían ser esclavizados”, concluye.
9º No hubo un expolio: 1000 hospitales, 30 universidades y cientos de escuelas
Antes de finalizar su ponencia, Saavedra compartió sus recuerdos de Perú. “Estando en Lima, muy cerca del palacio de gobierno, un señor me estuvo explicando los detalles del desfile. Al saber que era de España me dijo: `¿Has podido ver bien nuestra ciudad? ¿Ve todo esto tan bonito? Es lo que nos legaron ustedes los españoles´”.
Aquel recuerdo le valió para una de sus últimas refutaciones. “Es verdad que había mucho oro y mucha plata. Pero cuando América se independiza, se calcula que el número de hospitales fundados por España en sus dominios americanos fue de más de 1000, destaca la historiadora, así como 30 universidades, colegios para niños, para caciques, para mestizos y, también, para mujeres y niñas.
¿Es eso un expolio?, se pregunta la doctora. “Es una inversión. La red de hospitales y escuelas que se construyó por toda América es inmensa y todo el continente americano está repleto de este tipo de realidades”.
10º El mayor monumento de los españoles en las Indias
La autora de Indigenismo y Evangelización. La primera expansión del cristianismo en América (Digital Reasons) deja para el final lo que considera “el gran monumento que construyeron los españoles en las Indias”: el derecho indiano.
Indigenismo y Evangelización, un repaso de María Saavedra a toda la obra evangelizadora de la Iglesia en respuesta a la Leyenda Negra que puede adquirir aquí.
“Era la manera de adaptar el derecho castellano a la realidad indiana, y siempre en favor del indígena americano”, explica. “Había delitos que tenían mayor pena q si los cometía un español que si los cometía un indio y desde el primer momento se plantea como proteger a ese indígena” comenta antes de citar las ordenanzas de 1501 y 1503.
Estos documentos “afirman que los indios van a trabajar a cambio de un salario, se marcan unas horas máximas de trabajo, no se pueden exigir más”. Entre otras de sus medidas garantistas, ordenan que “los domingos se les dará una olla de carne a los indios, las mujeres embarazadas trabajarán como máximo hasta el cuarto mes o que los niños no irán a trabajar. Los trabajadores de las minas”, concluye, “transcurrido un tiempo, recibían un descanso de seis meses antes de regresar”.
Puede ver aquí la conferencia completa.
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