Quienes desde el principio sostuvieron que esta reforma no suprime el aborto como derecho mantienen su decisión de no votar a favor, a pesar de los intentos de Rafael Hernando por conseguir la unanimidad.
Tras la multitudinaria marcha del sábado en Madrid 'Por la vida, la mujer y la maternidad', la voz de quienes exigen al Gobierno la reforma completa de la 'ley Aído' llegará al Congreso de los diputados, previsiblemente el próximo día 24 de marzo, y luego al Senado porque varios parlamentarios del Partido Popular (PP) han confirmado a Gaceta.es que no votarán la reforma parcial que plantea que su propio grupo porque 'no suprime el aborto como derecho'.
Tras la multitudinaria marcha del sábado en Madrid 'Por la vida, la mujer y la maternidad', la voz de quienes exigen al Gobierno la reforma completa de la 'ley Aído' llegará al Congreso de los diputados, previsiblemente el próximo día 24 de marzo, y luego al Senado porque varios parlamentarios del Partido Popular (PP) han confirmado a Gaceta.es que no votarán la reforma parcial que plantea que su propio grupo porque 'no suprime el aborto como derecho'.
Estuvieron en la manifestación y, "por coherencia política", no apoyarán la proposición de ley que el grupo parlamentario del PP llevará al Parlamento sólo para evitar que las menores de 16 y 17 años puedan abortar sin consentimiento paterno. Ofrecen diferentes argumentos, pero todos coinciden en que esta modificación parcial da por bueno el resto de la vigente ley del aborto.
Javier Puente es diputado por Cantabria, ingeniero de Telecomunicaciones, amante de la tecnología y del marketing, y no ha cumplido los cuarenta, pero tiene muy claras algunas cosas. Entre otras que no puede votar la reforma del aborto que plantea su grupo parlamentario porque considera que "esta modificación no va a reducir el número de abortos".
Y explica su postura -"cuestión de conciencia y coherencia particular"- en este asunto con cifras: de los 108.000 abortos que producen al año, menos de 150 son de menores de 18 años por lo que la necesidad del consentimiento paterno apenas va a incidir. Y con el convencimiento personal de que "aprobar la minireforma supone avalar la 'ley Aído' en su conjunto". “Considero que se está a tiempo de introducir modificaciones a la propuesta que mejoren la protección de la vida del nasciturus”.
Javier Puente sostiene que no se ha movido de la posición que siempre ha tenido el PP, a cuyas siglas mantiene fidelidad aís como al programa y a los estatutos. "Seguiré defendiendo el artículo 3 de nuestros estatutos y la página 108 de nuestro programa electoral porque no me he movido de donde siempre ha estado el PP", argumenta el diputado, que alaba con entusiasmo la "excelente labor de gobierno del PP en materia económica, de empleo, de sanidad, de educación... pero en este punto no puedo estar de acuerdo".
Una lealtad de la que también hizo gala en su entrevista con Gaceta.es la diputada del PP por Murcia Lourdes Méndez que también defiende no haberse movido un milímetro de la posición que desde sus orígenes ha mantenido el PP en lo que a la defensa de la vida se refiere.
El tercer diputado del Partido Popular que confirma a Gaceta.es que no apoya esta iniciativa esJosé Eugenio Azpíroz. En su opinión, lo que se plantea es “un cambio de la titularidad del derecho a abortar, que se pasa de las niñas de 16 y 17 años que hasta ahora sólo tenían que informar a sus padres o tutores legales a esos padres y tutores de los que necesitarán consentimiento para abortar”. Considera Azpíroz que apoyar esa reforma supondría “consolidar yratificar el derecho al aborto porque lo que se hace es trasladar la titularidad de ese derecho a los padres”.
Este diputado del PP, que el sábado se manifiestó contra el aborto como siempre ha hecho y “ojalá no tuviera que hacer”, subraya el respeto a sus compañeros de partido que han decidido apoyar la proposición de ley: “Es un asunto muy delicado, sé que hay situaciones límite, pero lo más importante es el derecho a la vida”.
Azpíroz argumenta también su decisión de no apoyar la modificación legislativa en “la coherencia política con todo lo ha venido haciendo el PP hasta ahora: el voto particular en la subcomisión, el recurso de inconstitucionalidad contra la ‘ley Aído’, nuestro programa electoral, los estatutos del partido, todos los congresos celebrados, la aprobación del anteproyecto de la ‘ley Gallardón' en Consejo de Ministros en 2013, el voto contra la propuesta socialista de retirar ese anteproyecto hace un año…”. Y explica gráficamente que “apoyar esta reforma sería como aceptar que te den una rueda de repuesto cuando lo que vas a comprar es un coche nuevo: el coche del aborto seguirá dando vueltas por ahí”.
En el Senado, el Partido Popular también cuenta con parlamentarios que, desde el respeto a las decisiones de voto adoptadas por el resto de sus compañeros, no se han movido un ápice del ideario, estatutos y programa del partido y han decidido que “lo más razonable es no votar” la reforma del aborto que su grupo llevará a la Cámara. En opinión de uno de estos senadores, Luis Peral, el grupo parlamentario “debería permitir votar en conciencia, dar libertad de voto en este asunto como el portavoz en el Congreso, Rafael Hernando, ha pedido que haga el resto de los grupo parlamentarios y como se hace para estas cuestiones en Europa”.
Luis Peral considera, en declaraciones a Gaceta.es, que no votar la proposición de ley de reforma de la ley del aborto para que las menores de 16 años necesiten del consentimiento paterno para poder abortar es lo más razonable porque “los del PP recurrimos nueve artículos de la ley del aborto, pero en la reforma sólo se contempla uno, de forma que permanecerán cuestiones tales como el aborto como derecho hasta la semana 14 de gestación, el aborto eugenésico en caso de enfermedad incompatible con la vida o incurable (no tener un brazo es incurable), la formación de profesionales sanitarios para la investigación y práctica del aborto, la información por escrito a las embarazadas y no verbal y personalizada, o la objeción de conciencia sólo para los profesionales que participan directamente en el aborto”.
El senador del PP aporta además otros argumentos contra la vigente ley del aborto y subraya el compromiso de su partido con la protección del derecho a la vida adquirido en la página 108 de su programa electoral. En su opinión, tras la llamada ‘minireforma’, el aborto seguirá como una forma de “violencia de género contra las mujeres, de discriminación laboral que los hombres jamás sufrirán, como agresión a la ecología humana y como discriminación a los discapacitados”. Además, “hoy que tanto se mira el dinero público, cada año se gastan más de 21 millones de euros -el equivalente a 55.000 comedores escolares- en abortos”.
Otra senadora del PP, Gari Durán, también ha hablado con este periódico para expresar su confianza en que los dirigentes de su grupo parlamentario reflexionen sobre lo que se les ha planteado por parte de algunos de sus integrantes: “Aprobar esta reforma es dar por bueno el resto de la ‘ley Aído’”. Y por eso, si la modificación llega tal cual al Senado, sin cambios sustanciales, no la votará. “En primer lugar, por una cuestión jurídica, porque una ley es un todo y, si sólo modificas una parte, das por bueno el resto”.
Durán ha explicado a Gaceta.es que el “argumento del mal menor” no se sostiene porque la reforma “no incide en ningún punto relativo al derecho al aborto, sino que e refiere a una cuestión colateral, que no es poco importante, pero es colateral, es decir, las niñas, con consentimiento paterno, podrán abortar libremente hasta la semana 14 de gestación, en algunos supuestos hasta la semana 22, y en caso del aborto eugenésico, hasta el final del embarazo”.
Los parlamentario que comparten con Durán este punto de vista insisten, “con todo el respeto a los compañeros”, en que “ninguno que haya votado contra la ‘ley Aído’, que haya firmado el recurso ante el Tribunal Constitucional o que sostuviera el voto particular del PP en la Subcomisión del aborto la pasada legislatura, puede votar esta reforma”. Y añade que “no ha habido un debate interno sobre esta cuestión pese a que se ha alegado la falta de consenso interno y en la sociedad”. “Se ha dicho que el PP no ha cambiado, que sigue pensando lo mismo, pero hay unos hechos y yo, como legisladora, debo ser coherente”.
Gari Durán quiere destacar que quienes no van a votar la reforma de la ley del aborto no son “una corriente dentro del PP porque estamos donde siempre ha estado el partido; corriente eran los que se manifestaron -muy pocos- contra la ‘ley Gallardón’ y ahora, por la vía de los hechos, se pretende modificar el ideario del PP”.
En opinión de la senadora ‘popular’ por Mallorca, “es sorprendente la lentitud del Tribunal Constitucional, que lleva cinco años para fallar sobre un recurso cuyo aspecto fundamental se refiere a algo que es básico en nuestra Constitución: la defensa del derecho a la vida”.
Un poco previsible fallo antes de que acabe la legislatura del Tribunal Constitucional sobre el recurso contra la ‘ley Aído’ presentado en 2010 por el PP salvaría la cara del partido frente a quienes le sacan los colores por incumplir su promesa electoral de reformar el aborto y liberaría las conciencias de los muchos parlamentarios ‘populares’ que van a votar con la nariz tapada la ‘minireforma’ por fidelidad a las siglas -que no al ideario- o por las sutiles presiones que todo año electoral implica. Pero ese salvavidas no parece que vaya a caer antes de las próximas elecciones generales.
la gaceta
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