The Good Traitor (El embajador Kauffmann)

 1939. El presidente Franklin Delano Roosevelt recibe en la Casa Blanca a Charlotte, hija de un amigo de toda la vida, que ha acudido con sus dos hijas acompañando a su esposo, el diplomático Henrik Kauffman, que presenta sus credenciales como nuevo embajador de Dinamarca en Estados Unidos. Cuando los nazis toman su país, Kauffman tratará de erigirse como legítimo gobernante en el exilio para ayudar a la liberación, y tramará un plan con ayuda de Povl Bang-Jensen, su consejero personal, para lograr financiación y que los estadounidenses le apoyen. 

La danesa Christina Rosendahl debutó con The Idealist, que reconstruía el accidente de un bombardero estadounidense que transportaba cabezas nucleares en Groenlandia, cuando aún Dinamarca no le había concedido la autonomía. Esta vez lleva al cine otro episodio histórico importante en la relación entre ambos países, aunque se notan las limitaciones de presupuesto, pues no se puede permitir exteriores con grandes despliegues de producción, y recurre a una puesta en escena muy academicista.

El film intenta explicar que la vida personal del protagonista no se puede disociar de su labor profesional, pues los vínculos de su esposa con Roosevelt le fueron de gran ayuda. Pero no acaba de funcionar la subtrama de la atracción que éste siente por su cuñada, Zilla, pues está filmada como un torpe melodrama. En cualquier caso, las intrigas de trastienda durante el conflicto armado, poco conocidas fuera de Dinamarca, tienen suficiente interés como para que el visionado resulte grato. Además, la realizadora logra alguna secuencia brillante, como cuando Kauffman y Bang-Jensen dibujan un mapa con tiza en el suelo, para narrar su teoría de que Groenlandia puede ser un lugar estratégico crucial para los Aliados, sin que el espectador profano se pierda. Ulrich Thomsen realiza una composición aceptable del estoico Kauffman, y en general está bien acompañado, aunque quizás Denise Gough resulte un tanto exagerada como Charlotte. 

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