A diferencia de la gran
manifestación del pasado 24 de marzo que consiguió reunir en la capital
francesa a más de un millón de personas, en esta ocasión se ha querido
limitar la oposición a la ley al nivel puramente regional, sin
movilización de medios de transporte, en un gesto que solo ha pretendido
mantener la continuidad y validez de su postura. También se han querido
evitar actos de violencia como los sucedidos anteriormente e, incluso,
se ha prohibido la asistencia de partidarios de formaciones de
ultraderecha.
Al mismo tiempo, los partidarios de
la ley han vuelto a concentrarse en defensa de lo que consideran una
campaña homófoba para expresar su fuerza, si bien en esta ocasión han
sido muchos menos al dar por ganada la batalla. En todo caso, los
manifestantes contrarios a este tipo de “matrimonio” han declarado su
intención de proseguir su campaña en contra del mismo; incluso han
anunciado que se presentarán a las elecciones municipales del próximo
año para insistir en su mensaje: la ley patrocinada por el presidente
François Hollande es contraria a la naturaleza humana y atenta
directamente contra la familia.
Los movilizaciones anti-matrimonio
homosexual, reunidos ahora bajo el lema de “Manifestación para todos” en
contraposición al adoptado por los partidarios de “Matrimonio para
todos”, tienen como cabezas más visibles a una católica conversa de
cincuenta años, Frigide Barjot, que se ha ganado el apelativo de “La
Pasionaria cristiana”, y a un católico “tradicional”, de la misma edad
pero de carácter mucho más sereno, llamado Tugual Derville, secretario
general de una asociación de defensa de la vida. Entre ellos apenas ha
existido hasta ahora la menor relación y, culturalmente no tienen nada
en común aunque defiendan las mismas ideas.
El diario laicista “Le Monde”
destacaba ayer a este respecto que se trata de dos personalidades
contrapuestas. Mientras Frigide Barjot ha demostrado una impresionante
capacidad de movilización y hace gala de su conversión al catolicismo al
extremo de presentarse a sí misma como “portavoz de Jesús”, Tugdual
Derville rechaza toda mezcolanza entre política y fe y confiesa que no
es ni integrista ni tradicional sino un simple católico “clásico”; es un
experto en temas de bioética y lleva muchos años de militancia en
defensa de la vida además de ocuparse de atender a niños con
deficiencias físicas.
En declaraciones a la prensa
regional, Frigide Barjot anunciaba ayer una nueva y masiva manifestación
para el próximo 26 de mayo como antesala de otras que seguirán para
expresar su oposición a otros aspectos legislativos que atentan contra
la vida y la familia. Lo que ahora se plantea, por tanto, es hasta donde
irá el movimiento anti-matrimonio homosexual una vez aprobada la ley,
pero nadie duda de la fuerza motriz que ha surgido de esta llamativa
unión entre la fogosa Frigide Barjoy y el tranquilo Tugdual Derville. Su
lucha continuará adelante para promover lo que algunos llaman ya “una
ecología humana” frente a una cultura de laicismo que hoy se muestra
todopoderoso. Para Frigide lo más importante introducir en la sociedad y
en la vida pública, sobre todo en las formaciones de la derecha, lo que
ha dado en llamar la “poli-ética”, en defensa de los valores sociales
de la Iglesia. Y, después, ´como apostilla “Le Monde”, Dios dirá…
ANÁLISIS DIGITAL
Jamás pensé que diría esto, pero dan un poco de envidia estos Franceses, como han salido a la calle en masa en defensa del matrimonio entro hombre y mujer y en conta del homosexual, porque estos si salían en contra del homosexual. Dudo que consigan nada, pero desde aquí mi apoyo. Un abrazo
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