En su intervención en el informativo diocesano de COPE, este domingo, el Cardenal Antonio Mª Rouco Varela, Arzobispo Emérito, Administrador Apostólico de Madrid, habló entre otros temas de la próxima beatificación de Don Álvaro del Portillo, que se celebrará este sábado en Madrid.
En su intervención en el informativo diocesano de COPE, este domingo, el Cardenal Antonio Mª Rouco Varela, Arzobispo Emérito, Administrador Apostólico de Madrid, habló entre otros temas de la próxima beatificación de Don Álvaro del Portillo, que se celebrará este sábado en Madrid. así, afirmó que supone “una gran alegría para Madrid. Es un sacerdote que nació y vivió en Madrid su vida de niño, de joven, y de joven apóstol, de universitario laico pero apostólicamente movido por el fervor que llegaba también a esa forma de apostolado que es la de ir a los sitios más pobres de Madrid, donde las personas vivían más en pobreza física y espiritual en los años de la primera mitad del siglo XX, después de nuestra guerra. Y desde ahí, y a través de su cercanía con el fundador del Opus Dei, de su relación íntima con él, de ser discípulo e hijo de San Josemaría, llegó al sacerdocio. Y fue un gran sacerdote, en los años que estuvo en Madrid y en los años que sirvió a la Iglesia en Roma, como vicario del prelado del Opus Dei, como prelado de la Obra”.
"MOVIDO POR EL FERVOR QUE LLEGABA TAMBIÉN A ESA FORMA DE APOSTOLADO QUE ES LA DE IR A LOS SITIOS MÁS POBRES DE MADRID"
En este sentido, destacó que “su labor en el Concilio, en comisiones de estudio en el Vaticano II, sobre todo en lo relacionado con los laicos, pero también con los sacerdotes, fue muy destacada. Y su campo de realización personal, tanto desde el punto de vista del pensamiento, de la doctrina, como de la acción directa, antes y después de haber sido Prelado de la Obra, ha sido el mundo entero”.
“Por lo tanto, aseguró, Madrid se goza de saber que la Iglesia reconoce a un hijo suyo, a un sacerdote suyo, como Beato, primer paso del reconocimiento definitivo de ser un santo: alguien que ha vivido su vida personal, cristiana, sacerdotal, episcopal, en la heroicidad y con la heroicidad de la caridad, en su grado máximo y en sus formas de entrega completa a Dios y a los hermanos”.
TODOS LOS FIELES DE MADRID ESTÁN INVITADOS TAMBIÉN A PARTICIPAR EN ELLA, O A UNIRSE EN ORACIÓN A LO QUE AHÍ SE CELEBRA
En este sentido, aseguró que “la participación de fieles de todo el mundo” en la ceremonia de beatificación “va a ser muy alta. Todos los fieles de Madrid están invitados también a participar en ella, o a unirse en oración a lo que ahí se celebra, pensando siempre en el bien de la Iglesia y, más concretamente, en el bien de la archidiócesis de Madrid, del arzobispo que va a venir, de los obispos auxiliares, de los sacerdotes, de los fieles, de los religiosos y también del Cardenal arzobispo que les habla”.
Además, hizo alusión a las Jornadas Sociales Católicas por Europa celebradas en Madrid, y que se iban a clausurar esa mañana con una Misa en la Catedral. En concreto, señaló que el lema de las mismas, ‘La fe cristiana y el futuro de Europa’, traía “resonancia del diagnóstico que ha hecho Benedicto XVI en el contexto del Año de la Fe sobre la crisis de Europa. Decía que la crisis de Europa es una crisis de fe. Yo creo que de ese diagnóstico ha surgido la idea de las II Jornadas Sociales Europeas, organizadas por las Conferencias Episcopales Europeas y por la Comisión de las Conferencias Episcopales Europeas de la UE, para entrar en los problemas de la Europa actual y del futuro con profundidad a la hora de reconocer lo que pasa y sus causas, para conocer el origen de la crisis, y para ofrecer que, al menos en los ámbitos internos de la iglesia, pero sobre todo para los seglares que trabajan en distintas instituciones europeas y que se mueven en el campo del testimonio cristiano en el mundo, sepan por dónde hay que ir y hasta dónde hay que llegar en la búsqueda de las soluciones del futuro”.
En este sentido, explicó que “una cuestión a la que había que responder de entrada era qué es el hombre. La dignidad de la persona humana siempre ha sido el tema de los grandes debates del siglo XX, y sigue siéndolo ahora: qué es el hombre, la persona, cómo hay que organizar la sociedad, la economía, cómo hacer surgir cultura, cómo hay que vivir la dimensión religiosa, espiritual, del hombre. Todo lo que es institución, realidad social, debe encaminarse al respeto, a la salvaguardia, a la salvación de la persona humana, de cada uno, dentro de un contexto de bien común”.
Así, prosiguió, “las Jornadas partieron del estudio de la persona humana, de dar a conocer lo que es el hombre en su condición de varón, mujer. Después, han tocado los grandes temas que han afectado a las sociedades europeas, sobre todo los que tienen que ver estrechamente con el futuro del hombre, de la persona, como el derecho a la vida, el problema del matrimonio y de la familia, la Europa social y solidaria, la crisis económica vista desde la problemática del paro, sobre todo juvenil, y también desde qué caminos tienen que elegir los católicos en la vida social para avanzar en la solución de estos problemas”. En este sentido, destacó que el Cardenal Marx, presidente de la COMECE, se fijó “en ese aspecto tan fundamental y decisivo para la dignidad del hombre como es el derecho a vivir desde que es concebido en el vientre de su madre”.
Por último, afirmó que desde que es obispo “no ha habido ocasión producida o causada por iniciativas legislativas, por prácticas administrativas o debates culturales, éticos, en torno al derecho a la vida” en la que éste quedara cuestionado, “sobre todo en la vida del que nace, de los que están llegando a su ocaso, de los que eran objetos y víctimas de atentados terroristas” y en que “los obispos españoles dejaran de hablar” sobre el tema. Así, en la nota del Comité Ejecutivo de la CEE del pasado jueves “se ve y valora positivamente todo lo que se haga de demostración, promoción y defensa del derecho a la vida, pública y privadamente”, aseguró.
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