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martes, 12 de mayo de 2015

Padre Douglas:“El ISIS piensa que puede matar nuestro cuerpo, pero jamás acabará con nuestra fe”

   Un sacerdote nigeriano, uno iraquí y una consagrada china explicaron sus experiencias como cristianos perseguidos en un acto organizado por Ayuda a la Iglesia necesitada junto a la Delegación de Jóvenes del Obispado de Barcelona
Lluís Llaquet

"Todos los cristianos deberíamos ser testimonios de Jesucristo. Los mártires son los mayores testimonios de Jesucristo. Unos testigos coherentes que han dado su sangre, su vida por Él". Así abrió el pasado viernes la oración por los cristianos perseguidos en todo el mundo el Cardenal de Barcelona Lluís Martínez Sistach en un acto organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada junto a la Delegación de Jóvenes del Obispado de Barcelona al que asistieron varios centenares de personas en la famosa Iglesia del Pi.
La concentración contó con las experiencias de tres cristianos que han vivido la persecución en sus propias carnes. El primero en contar su historia fue el Padre Kenneth, un joven sacerdote que llegó a España en patera como inmigrante después de que en su Nigeria natal lo engañaran prometiéndole un futuro mejor. Kenneth narró la difícil situación en la que viven los cristianos en su país, un lugar donde "viven un infierno, pero a pesar de todo siguen creyendo en Dios, confiando en él sin miedo a la muerte". Todo a pesar de que "cada día ven morir a sus hermanos" y compañeros: "aunque en una iglesia haya un atentado, al día siguiente la gente vuelve a la misma parroquia para rezar", recalcó el sacerdote.

Una experiencia que pudo vivir él mismo en sus propias carnes. Estando en Nigeria de visita, a Kenneth, en medio de la eucaristía, le dijeron que habían recibido un mensaje de que iban a atacar esa parroquia esa misma noche. "Estuve allí muerto de miedo, quise terminar la misa para que la gente se fuera a su casa, pero me dijeron que había que terminar la misa, si hacía falta moriríamos juntos", relata el africano. "Acabamos la misa y enviamos a todo el mundo a casa, al día siguiente fuimos al funeral de 11 hermanos que habían sido asesinados en una iglesia cercana. Habían pasado por delante de la nuestra pero decidieron ir a la otra", destacó.


Padre Kenneth, sacerdote nigeriano
Padre Kenneth, sacerdote nigeriano

Kenneth también explicó su vocación como sacerdote, una historia que empezó cuando se embarcó en una patera para poder llegar a Europa. El nigeriano cuenta como "estando en medio del mar, viendo cómo la patera que nos acompañaba se había hundido muriendo más de 100 compañeros y zarandeados por unas olas gigantes, le dije a Dios que si me salvaba le entregaría la vida". "Cuatro años después, estando ya en España y después de muchas dudas, me hice sacerdote", explicó entre lágrimas de emoción.


Cristianos perseguidos en Irak: en medio de dos fuegos

También dio su testimonio el padre Douglas, un sacerdote iraquí que fue secuestrado por los yihadistas del Estado Islámico (EI). Actualmente vive en la ciudad de Erbil, capital kurda iraquí, donde asiste a centenares de miles de cristianos que huyen de las fuerzas de EI. Douglas aseguró que los cristianos de su país "estamos siempre en medio de dos fuegos, cuando se pelean los musulmanes entre ellos, estamos en medio, cuando Irak se pelea con Estados Unidos, estamos en medio, no pasa nada en el mundo sin que nosotros paguemos las consecuencias".

Douglas también explica cómo, con la llegada del EI, todo se ha complicado mucho más. "Una noche recibimos más de 120.000 personas que fueron obligadas a dejar sus hogares por la entrada de los yihadistas", explicaba el sacerdote. Una situación muy difícil a la que, desgraciadamente "ya estamos acostumbrados", y es que, "pertenezco a una iglesia de sangre, de mártires, una tierra en la que, si cavas un hoyo para buscar petróleo, antes encuentras la sangre de nuestros mártires cristianos", constató el padre Douglas.

Además, el sacerdote también contó cómo estuvo secuestrado durante 9 días por el Estado Islámico, "unos 9 días que nunca olvidaré". Pero también dejó un mensaje de esperanza: "el ISIS piensa que puede matar nuestros cuerpos, pero jamás acabará con nuestra fe", explicó Douglas.

El acto también contó con la experiencia de Josefina, una consagrada china que contó cómo se vive la fe en su país. Un lugar en donde el gobierno "sigue infiriendo con mano de hierro en asuntos religiosos". China, aunque reconoce religiones como la católica, las controla de tal forma que "tienes que asumir dictámenes que van en contra de la conciencia de los católicos". Cosa que hace que "las personas que no quieren someterse a la autoridad del partido, estén fuera de la legalidad y, por ello, tengan que vivir su fe en la clandestinidad". Por esta razón, en China hay una Iglesia "católica oficial" reconocida y controlada por el Estado, y una clandestina, que se reúne a escondidas. De hecho, recalca Josefina, "en China algunos jóvenes rezan y viven su fe a través de internet, no hay libertad para hacerlo de forma normal".

La celebración también contó con una oración por los cristianos perseguidos delante del Santísimo donde se pidió por aquellos que, día a día, mueren por su fe. Por "tantos jóvenes que en Oriente están muriendo por Cristo", "para que las familias cristianas sean luz en medio de tanta oscuridad" y "por todos los niños perseguidos por su fe, para que sean motivos de esperanza para sus familias", rezaron delante del Cuerpo de Cristo algunos de los presentes.

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