El cardenal Baldiserri recordó que ya sucedió con el Concilio Vaticano II, Aparecida y otras asambleas. Existe un sínodo mediático que es diverso del sínodo real, “como sucedió en el Concilio Vaticano II, en Aparecida y en otras asambleas, que se centra en algunos temas y olvida otros”.
Lo indicó el cardenal Lorenzo Baldiserri, respondiendo en la conferencia de prensa de este martes en la que se ha presentado el 'Instrumentum Laboris', la hoja de ruta del próximo sínodo de los obispos, sobre el tema de la familia.
“Es claro que los periodistas y los medios en general están interesados en los temas candentes y los ponen en evidencia, y a otros menos. Claramente tenemos que reconocer que los medios de comunicación han subrayado algunos temas en el último sínodo”. En cambio, prosiguió el purpurado, "la 'Relatio Synodi' demuestra que los temas han sido tratados todos y con la debida amplitud".
Confirmando lo dicho por el secretario general del Sínodo, diversos medios al presentar hoy el Instrumentum Laboris, un documento de casi 80 páginas que aborda el tema de la familia a 360 grados, centraron todo su interés en la comunión a los divorciados y vueltos a casar, y en el tema de la homosexualidad y el 'matrimonio gay', como si el resto no existiera.
“El Sínodo: apertura sobre gay, parejas de hecho y divorciados y vueltos a casar”, tituló el Corriere della Sera; mientras la agencia Ansa ponía: “El Sínodo quiere abrir a los divorciados y vueltos a casar, proyectos para familias homosexuales”. La Repubblica por su parte abrió con: “Acogida a gay, a divorciados y vueltos a casar, aquí el documento que guiará al Sínodo”. Y Il Giornale indicó: “El Sínodo abre a los gay y a los divorciados”.
En cambio en los artículos, a no ser en algunos medios muy ideológicos, queda bastante claro que abrir a los divorciados significa ayudarles a que no se sientan fuera de la Iglesia y que puedan entrar en un camino de purificación, y por lo que se refiere a la homosexualidad quiere decir no discriminar.
En concreto, el documento indica que “cada persona independientemente de su tendencia sexual va respetada en su dignidad y acogida con sensibilidad y delicadeza, sea en la Iglesia que en la sociedad”, así como es necesario dar acompañamiento a las familias en las que viven personas con dicha tendencia. Si bien queda claro en el documento que “no existe fundamento alguno” para crear analogías “ni siquiera remotas entre uniones homosexuales y el designo de Dios sobre matrimonio y familia”.
Sobre la readmisión a la comunión de los divorciados y vueltos a casar, el Instrumentum Laboris deja claro que no se tocará la doctrina sobre la indisolubilidad del matrimonio, y si bien en los cuestionarios se ve un “común acuerdo sobre la hipótesis de un itinerario de reconciliación o vía penitencial”, esto lo deberá estudiar el Sínodo para después someterlo al papa Francisco.
La primera hipótesis es que el camino penitencial requiera “la toma de conciencia del fracaso y de las heridas producidas” por el matrimonio fallido, y por lo tanto que el arrepentimiento sea acompañado “de la verificación de la eventual nulidad del matrimonio”. Es claro que la eventual nulidad resuelve el caso ya en la raíz. Y si bien se han simplificado los procedimientos sobre nulidad, la posibilidad de realizar procedimientos fuera de los tribunales eclesiásticos y confiarlo a los obispos fue rechazada. Si no existen las condiciones de nulidad matrimonial, el camino penitencial llevaría a “la comunión espiritual, y a la decisión de vivir en continencia” la segunda unión.
La segunda hipótesis sugiere que el camino penitencial “bajo la responsabilidad del obispo diocesano” pueda llevar al acceso a los sacramentos con el seguimiento “un presbitero encargado”. O sea “una acogida no generalizada a la comunión", vale a decir, "en algunas situaciones particulares y con condiciones bien precisas, especialmente cuando se trata de casos irreversibles y relacionados a obligaciones morales hacia los hijos que acabarían teniendo sufrimientos injustos”. El Instrumentum Laboris señala también que la presencia de hijos en estas segundas uniones, y en los casos en que se haya contraído matrimonio civil, como en otras situaciones irreversibles, es necesaria una actitud de mayor acogida.
De otro lado el Sínodo podría pedir al Papa que las personas en situación irregular puedan ser padrinos, testigos de bodas, etc. puesto que “estos fieles no están fuera de la Iglesia”.
Por lo que se refiere a los matrimonios civiles o los convivientes, el documento reconoce que la decisión “en muchos casos no está motivada por prejuicios” sino por “situaciones culturales contingentes”, y sugiere una estrategia pastoral para acompañarlas con paciencia y respeto hacia “la plenitud del sacramento del matrimonio”. Y recuerda que en este ámbito desarrolla un rol importante la familia cristiana, que da testimonio con la verdad y el evangelio”.
religionconfidencial.com
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