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martes, 16 de julio de 2019

El cuento de las comadrejas

Comedia negra, que retrata a la sociedad a través de los ojos de una gran dama de la época dorada del cine, un actor en el ocaso de su vida, un guionista cinematográfico frustrado y un viejo director que conviven hace años entre risas y sarcasmos recordando los buenos tiempos que pasaron cuando el éxito estaba de su parte. 
Son cínicos, tramposos, perversos, adorables y están dispuestos a hacer lo imposible por conservar el mundo que han creado en una vieja mansión ante la llegada de dos jóvenes que pretenden arrebatarles todo por lo que han luchado durante años. Ingeniosa fábula sobre la vejez y la amistad que gustará más a espectadores maduros.

Retrato del enfrentamiento intergeneracional, en un mundo despiadado donde sólo triunfa el más fuerte, proclama que la veteranía es un grado, y advierte de que no se puede subestimar al adversario por su edad, ni relegar al olvido a los ancianos. Abundan las réplicas mordaces, y el humor negro, y pese a que el noventa por ciento de la trama transcurre en la misma mansión, algunos planos resultan brillantes.
Campanella obliga al espectador a mirar hacia el futuro próximo a imaginarse lo que está por llegar y a sumergirse a lo largo de 126 minutos en la desagradable visión de la propia decadencia.
Lo bueno de esa cruel experiencia es que, según el director argentino, la vejez tiene sus alicientes.  Queda la amistad y la camaradería, y ahí está la primera moraleja de la fábula: la importancia de conservar a los amigos que nos han acompañado. Queda la capacidad de comprensión y la magnanimidad de la que carecen los jóvenes. Queda la libertad, la frescura, el atreverse del que ya no tiene nada que perder, y quedan finalmente las cosas que se han aprendido gracias a los fracasos del camino. Las interpretaciones son muy buenas.  (Almudí JD). Decine21: AQUÍ
Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://lacrestadelaola2028.blogspot.com

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