El cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, ha ordenado esta mañana a 29 sacerdotes de la prelatura del Opus Dei, en la basílica de San Eugenio. Se leyó una carta enviada por el Papa Francisco
La filmación de la ceremonia, que ha concluido a las 12:40, se encuentra disponible en este enlace.
Al inicio de la liturgia se leyó una carta del Santo Padre al cardenal Parolin en que felicita a los 29 sacerdotes y a sus familias, “de modo particular, a quienes por causa de la emergencia sanitaria no pueden estar presentes en la ordenación".
Papa Francisco: “Lleven a todos al Cristo doliente y misericordioso”
En la carta del Papa se lee: "Pido a los nuevos sacerdotes que consideren junto a la grandeza del don del sacerdocio, el significado de recibirlo precisamente en estos momentos de tanto dolor en el mundo, en el que se hace especialmente palpable la presencia de Cristo doliente y misericordioso; una presencia que el Señor quiere que se realice a través de su ministerio. Al igual que los discípulos, experimentaremos que, con Él a bordo, no se naufraga. Porque esta es la fuerza de Dios: convertir en algo bueno todo lo que nos sucede, incluso lo malo”. El Santo Padre concluye pidiendo a los nuevos sacerdotes que "por su unión con el Papa hagan siempre realidad aquella aspiración de san Josemaría: Todos, con Pedro, a Jesús por María".
El Papa Francisco también envía la “afectuosa felicitación al querido Monseñor Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, con mi deseo de que el Señor lo siga ayudando a cumplir su servicio fiel y alegre a la Prelatura y a la Iglesia entera, de modo especial en este año de preparación para su jubileo sacerdotal”.
Card. Pietro Parolin: “La Iglesia os acompaña y os agradece vuestro sí”
Durante la homilía, el cardenal Pietro Parolin ha desmenuzado la figura del buen pastor, que inspira a cada sacerdote a ser “fuente de vida, de misericordia, de sencillez”.
Ha recordado que “ser pastor no consiste en una serie de tareas sino en asumir un estilo de vida”. El pastor, por ejemplo, “no vive donde desea, sino donde es mejor para el rebaño”. El pastor “no es tanto quien guía a los demás sino quien comparte su vida con las ovejas”. La idea del pastor “no se refiere al gobierno sino a la vida, y por eso Jesús caracteriza al buen pastor como aquel que da la vida por las ovejas”.
“El ministerio que asumís, queridos ordenandos, es una cuestión de vida, no lo olvidéis nunca”, ha dicho el cardenal. No se os llama “a hacer cosas sino a dar y a compartir la vida y así podréis realizar plenamente la llamada a actuar ‘en la persona de Cristo’”. Así “podréis encarnar el ‘estilo de Jesús’. Porque, como escribe san Josemaría Escrivá, el sacerdote −sea quien sea− es siempre otro Cristo”.
Ser pastores hoy “significa ser testimonios de misericordia”. “Sé cuánta importancia concedéis en vuestra vida al sacramento de la reconciliación y no puedo más que exhortaros a continuar haciéndolo, para ser dispensadores de la gracia y el perdón del Señor: el mundo de hoy tiene gran necesidad”. “Que las palabras de vuestra predicación sean palabras de vida (...): antes que exhortar, proclamad siempre la belleza de la salvación; esta belleza nos atrae para vivir luego una vida moral a la altura de la llamada”.
Otra característica del pastor −ha explicado el cardenal− es la sencillez, de la que nos habla la santa que se celebra hoy en el calendario litúrgico (santa Teresa de Calcuta) y que se obtiene, entre otras cosas, “en el silencio de la oración”. La sencillez nace de la transparencia de la oración y se manifiesta en opciones concretas como “llevar una vida ordenada, sin dejarse involucrar en mil cosas, que podrían poner en riesgo la simplicidad de un corazón dedicado plenamente al Señor”.
Por último, el cardenal se refirió a la necesidad de tener presentes la misión de “llevar a todos la voz del buen pastor, para que se sientan amados por Cristo”. Esto requiere “no ser introvertidos sino extrovertidos; no ansiosos de tener relevancia sino dar a conocer a Jesús”. Además, “requiere conjugar caridad pastoral y sana creatividad, fidelidad y flexibilidad, fe y corazón disponible; ir en busca de los otros más que esperarlos; acoger y no rechazar los interrogantes más complejos de hoy, especialmente los de los jóvenes”.
“La Iglesia os acompaña, todos os acompañamos con nuestra oración; y la Iglesia os agradece vuestro sí, el ofrecimiento de toda vuestra vida”, ha agregado el cardenal Parolin.
Mons. Frenando Ocáriz, a los padres: “Gracias
por haber colaborado con Dios”
Al concluir la ceremonia, el prelado del Opus Dei ha agradecido la presencia del cardenal Parolin, que justamente ayer estuvo en el Líbano para llevar la cercanía y la solicitud del Papa: “Su presencia nos lleva inmediatamente a la del Santo Padre Francisco, quien envía la Bendición Apostólica a los nuevos sacerdotes, a sus familias y a todos los presentes en esta celebración. Sigamos apoyando al Papa y a sus colaboradores con nuestra oración”.
“Deseo transmitir, especialmente a los padres de los nuevos sacerdotes, unas palabras de agradecimiento −ha añadido el Prelado−: gracias por haber colaborado con Dios para hacer germinar en vuestros hijos la vocación al sacerdocio. Que Dios, también por vuestra oración, llene de fruto el ministerio sacerdotal que vuestros hijos desempeñarán de ahora en adelante, con la mediación materna de Santa María”.
Los nuevos sacerdotes
Entre los nuevos presbíteros se encuentra Andrej Matis, de 31 años, que es el primer sacerdote de la prelatura de Eslovaquia. Antes de estudiar teología en Roma, Andrej era músico profesional y trabajó varios años como violinista del cuarteto de cuerdas "Mucha Quartet", con el que ofreció conciertos en Suiza, República Checa, Italia, Polonia, Francia, Austria, Luxemburgo... “La belleza puede abrir puertas y, a veces, mostrar el camino −explica−. Yo también pensaba que estas consideraciones eran solo palabras bonitas, pero cambié de opinión”.
Otro de los nuevos sacerdotes es el joven médico chileno Juan Esteban Ureta, de 37 años, que trabajó como internista en un centro médico de Concepción. Afirma que ahora, como sacerdote, le ilusiona “poder ser instrumento para que a muchas personas les llegue el perdón y la misericordia del Señor. Me gustaría saber transmitir la buena nueva del Evangelio, que todos somos amados por Cristo”.
Entre los recién ordenados hay varios africanos, como el ugandés Andrew Ekemu. Nacido en Kapchorwa en 1981, Andrew estudió veterinaria en la Makerere University de Kampala. Trabajó varios años en la vacunación de vacas contra la nagana y en tratamientos de marabú africano en el zoológico nacional de Uganda. Durante sus estudios de teología previos a la ordenación sacerdotal ha concluido su tesis doctoral sobre “La visión de la historia en el libro del profeta Daniel”. Afirma que “en Uganda somos una población joven, y por eso les pido oraciones para que muchos jóvenes de mi país descubran la grandeza de una vida vivida con Cristo y al servicio de los demás”.
Al pensar en su ministerio como sacerdote, el italiano Giovanni Vassallo desea “que en estos tiempos de pandemia sepamos acompañar a las personas”. Giovanni es natural de Palermo y, antes de los estudios de teología en la Pontificia Università della Santa Croce, cursó Filología Clásica en la Università della Sapienza de Roma. Durante 10 años, formó parte del equipo directivo de la Residenza Universitaria Internazionale, en la que viven universitarios de numerosos países, y fue profesor de latín y literatura en una escuela de Roma.
En este momento especial, el mexicano Roberto Vera, agradece a Dios “la familia maravillosa en que me hizo nacer, dentro de la cual aprendí a amarlo sobre todas las cosas”. Y añade: “Dios me pide ahora que sea sacerdote para celebrar la misa, reconciliar a través de la confesión, administrar otros sacramentos, hablar de Jesús a los demás, acompañar a quienes me lo pidan y un largo etcétera. Se trata de una misión muy grande, así que me apoyo en las oraciones de todos los que lean estas palabras”.
Guillermo Bueno, otro de los presbíteros, nació en Sevilla (España) en 1983. Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidad de Sevilla, se especializó en Robótica y Automática. Antes de plantearse el sacerdocio, se dedicó a la enseñanza y a la ingeniería, especialmente al desarrollo de sistemas de identificación biométrica. En 2013 se trasladó a Roma para realizar la licenciatura y el doctorado en teología moral en la Universidad de la Santa Cruz. “Yo tengo como ejemplo estupendo de sacerdote a san Josemaría Escrivá −explica Guillermo−, un hombre que supo hacerse todo para todos, tratando de querer como le querría Dios a todo el que se encontrara con él”.
Los 29 nuevos sacerdotes proceden de España, México, Guatemala, Chile, Uruguay, Costa de Marfil, Eslovaquia, Argentina, Costa Rica, Holanda, Uganda, Perú e Italia. Estos son sus nombres:
Santiago Altieri Massa Daus (Uruguay), Alejandro Armesto García-Jalón (España), José Luis Benito Roldán (España), Guillermo Jesús Bueno Delgado (España), Juan Luis Orestes Castilla Florián (Guatemala), José Luis Chinguel Beltrán (Perú), José de la Madrid Ochoa (México), Andrew Rowns Ekemu (Uganda), Pablo Erdozáin Castiella (España), Felipe José Izquierdo Ibáñez (Chile), Kouamé Achille Koffi (Costa de Marfil), Santiago Teodoro López López (España), Martín Ezequiel Luque Marengo (Argentina), Andrej Matis (Eslovaquia), Carlos Medarde Artime (España), José Javier Mérida Calderón (Guatemala), Claudio Josemaría Minakata Urzúa (México), Andrés Fernando Montero Marín (Costa Rica), Ignacio Moyano Gómez (España), Miguel Agustín Mullen (Argentina), Miguel Ocaña González (España), Ricardo Regidor Sánchez (España), Antonio Rodríguez Tovar (España), Manel Serra Palos (España), Juan Esteban Ureta Cardoen (Chile), Giovanni Vassallo (Italia), Roberto Vera Aguilar (México), Juan Ignacio Vergara (Holanda) y José Vidal Vázquez (España)
Fuente: opusdei.org.
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