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miércoles, 26 de mayo de 2021

La pandemia no doblega el deseo de ampliar horizontes y superar fronteras

 

A pesar del evidente impacto del Covid en la movilidad internacional, el hambre por derribar fronteras y ampliar horizontes permanece intacto entre los estudiantes. La estancia en el extranjero durante la etapa universitaria es muy atractiva para los jóvenes españoles. Les seduce una nueva experiencia de vida, la inmersión lingüística y el sueño de un futuro con más oportunidades

Europa y Estados Unidos siguen siendo los dos destinos más habituales para quien decide emprender esta aventura. Estudiar fuera de España no siempre está asociado a un importante desembolso económico ya que son muchas las fórmulas para que los jóvenes puedan cumplir su sueño. Las becas Erasmus facilitan los estudios en una universidad europea entre tres meses y un año mientras que para las universidades americanas existen distintas becas que cubren parte o la totalidad de los gastos.

Las ayudas europeas son una de las mejores conocidas por los universitarios. El programa Erasmus+ concedió cerca de 400.000 estancias de movilidad a las universidades españolas entre 2014 y 2020. Una de las ventajas es que el centro de cada alumno se ocupa de los trámites burocráticos para la estancia y más tarde de las convalidaciones. A pesar de la pandemia, el programa Erasmus+ no ha parado. «Continúa y con más fuerza que nunca, debido al lanzamiento del nuevo y renovado programa Erasmus+ para los próximos siete años, de 2021 a 2027, presentado por la Comisión Europea con un presupuesto de algo más de 28.000 millones de euros, casi el doble que el programa anterior», afirma Alfonso Gentil Álvarez-Ossorio, director del Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (SEPIE).

Las prioridades del nuevo programa pasan por ser «más inclusivo, digital y sostenible» e incluso más internacional ya que habrá cooperación con terceros países. Y ya para el próximo curso «esperamos volver a los niveles y números de participación de antes de la pandemia, donde España se ha situado desde 2001 de manera ininterrumpida como el primer país de destino Erasmus+ o receptor de estudiantes de Educación Superior en toda Europa, así como segundo país de envío de estudiantes Erasmus+ de Educación Superior», subraya el director del SEPIE. A pesar de las restricciones en muchos países los estudiantes Erasmus han podido seguir con sus programas formativos y explorando las ciudades y países de destino. Moverse siempre con sus grupos burbuja ha sido una de las claves para evitar los contagios.

Más allá del currículo

En los últimos años también ha aumentado el número de estudiantes que se marcha a estudiar toda la carrera al extranjero, algo que requiere una mayor preparación y donde la experiencia académica y extracurricular de cada alumno tiene un peso muy importante a la hora de elegir el centro. Cada universidad exige un determinado nivel del idioma que puede ser excluyente. Y el currículo académico, al contrario de lo que muchas veces se piensa, acaba por no ser tan decisivo para lograr una plaza. «En las universidades top de EE.UU., como puede ser Harvard o Yale, el dato académico pesa un 30% y en otras un 55%. Cuenta la entrevista personal, las actividades extracurriculares de los candidatos, las cartas de recomendación… Alumnos con buenas notas tienen muchos, buscan perfiles distintos», explica David Moreno, director general de Five Lands, una consultora que acompaña a los estudiantes para que puedan estudiar en el extranjero con la mejor beca posible.

En el 90% de los casos los candidatos necesitan ayudas económicas para poder estudiar fuera y en el caso de EE.UU., por ejemplo, resulta más accesible para los alumnos poder entrar en las universidades a través de una beca. Moreno aconseja a los estudiantes empezar a prepararse en 1º de Bachillerato «e incluso hay alumnos con ciertas capacidades que conviene hacerlo antes, en 3º de la ESO». En este tipo de consultoras se realiza un plan de acción de desarrollo y se propone a los alumnos, según sus perfiles, distintas universidades a las que pueden acceder. «Eligen cinco y les ayudamos con la aplicación, las transcripciones y las cartas de recomendación», indica el consultor. Y muy importante, subraya, también con el ESSAY (el ensayo que se exige al alumno antes de entrar en la universidad).

Esfuerzo económico

Estudiar en el extranjero implica un esfuerzo económico, pero es algo que ocurre también si el movimiento de los estudiantes es dentro del país o se opta por universidades privadas. Hechas las cuentas, y con las becas existentes, no siempre salir de España es la opción más cara. Si hablamos de Reino Unido, «la matrícula es de 9.250 libras por año, a lo que hay que sumar el alojamiento y el resto de gastos que ronda las 15.000 libras. Este presupuesto será menor si el alumno logra alguna beca», indican desde el Kensignton School. No obstante, con el Brexit, los alumnos españoles pasarán a pagar más del doble de matrícula. En el caso de EE.UU., desde Five Lands indican que la media que pagan los alumnos al año, solo en matrícula, es de 18.000 euros, a los que hay que sumar unos 9.000 euros de coste de vida. En el caso de los Erasmus, reciben ayudas mensuales, que difieren según el nivel de vida del país. Están exentos de pagar la matrícula de la universidad de destino, que en muchos casos es más cara que en España.
abc.es

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