Giovanna Parravicini , investigadora de la Fundación Russia Cristiana, directora de la edición rusa de la revista “Nuova Europa” y colaboradora de la Nunciatura Apostólica en Moscú, asistió ayer a Madrid para presentar “Libres”, un nuevo libro que trata sobre la situación de los cristianos de Rusia. En la presentación habló de la verdad y de lo que significa ser hombre.
Su libro, recoge testimonios desde la revolución de 1917, los años de Lenin y Stalin, la represión religiosa de los 60 y la guerra fría. “Libres” es una recapitulación de historias de los más de 70 años de dictadura soviética, personas que pese a la destrucción y la dictadura han permanecido fieles a su fe.
Para Parravicini, el proyecto del régimen stalinista pasaba por “no permitir a la gente ser hombre”. Y no era sólo “un proyecto político o económico sino construir el nuevo hombre, una ideología que negaba el principio de la persona por el Estado”. Sin embargo, mostró su alegría porque “70 años de totalitarismo no han sido capaces de reducir el corazón humano”. Y es que la verdad “está abierta a su superación”.
Según la autora, estas historias muestran esperanza, un movimiento de denuncia. “Nace una nueva humanidad de una belleza alternativa. Con el tiempo la verdad se ha convertido en una gran fuerza cultural y cristiana impresionante”, afirmó.
Relató una anécdota que ocurrió hace mes y medio, el pasado mes de noviembre, y reconoció que “está surgiendo en Rusia un fenómeno sorprendente, que parece devolvernos a los años 50-60”. En este sentido, señaló que pese a que Rusia es “un país totalmente laico y secularizado”, llevaron una reliquia de la Virgen a la Catedral de Moscú y cerca de millón y medio de personas se acercaron a venerar esta reliquia, soportando colas de más de un día.
Por su parte, José Miguel García, actual delegado diocesano de cultura y profesor de Sagrada Escritura en la Universidad San Dámaso de Madrid, participó en el acto y recordó que Rusia ha vivido “años terribles de régimen comunista y totalitarismos que intentaban someter a la persona por la ideología”. Ésta, prosiguió, “reduce al hombre a una pieza de un proyecto social”. Por ello, añadió, “es sorprendente conocer el testimonio de personas que resistieron a la violencia de este poder deshumano y consiguieron ser libres”.
ANÁLISIS DIGITAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario