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sábado, 17 de marzo de 2012

Luis Melchor, sacerdote de 26 años: “Si el Señor te llama, no te va a quitar nada, sino que te va a entregar absolutamente todo”

   Con motivo del día del Seminario, que se celebra el próximo lunes, 19 de marzo, Luis Melchor Sánchez –Vicario Parroquial de San Valentín y San Casimiro- ha hablado de esta festividad tan importante para la Iglesia que, este año, se celebra bajo el lema “Pasión por el Evangelio”.

  Melchor, tal y como le conocen sus compañeros de curso, no titubea un solo segundo cuando las cámaras de televisión llaman a las puertas de su casa para sugerirle una chispa de sabiduría, de conocimiento y, sobre todo, de testimonio tras muchos años al servicio del Señor. Solamente tiene 26 años, pero su recorrido pastoral traduce sus palabras en una experiencia de vida apasionante.
   
   “Mi experiencia en el Seminario”, comenta, “empieza realmente en el momento en que a mí me expulsan del Instituto en el que estaba estudiando y, casualmente, ese mismo día me ofrecen entrar al Seminario. En realidad, todo lo que ha sido mi paso de esos 8 años en el Seminario, ha sido un ir creciendo, ir madurando, ir aprendiendo a ser persona y, sobre todo, a ser sacerdote”.
Bajo una mirada convencida y emocionada, y mientras recuerda aquellos años de su juventud, alienta a aquellos jóvenes que, ahora mismo, tienen dudas respecto a su vocación, a “que sean muy sinceros consigo mismos para que no se traicionen a lo que el Señor les está llamando porque, si el Señor les llama, no les va a quitar nada sino que les va a entregar absolutamente todo”.


  Luis está viviendo esta campaña del Seminario muy intensamente y, sobre todo, está animando a muchos en la Diócesis de Madrid a que participen de la Cadena de Oración por las Vocaciones “porque rezar continuamente por las vocaciones nos va a asegurar el futuro de que la Iglesia en Madrid siga viva y siga ofreciendo sacerdotes jóvenes y, sobre todo, santos”.

   Ser sacerdote, hoy, se ha convertido en una asignatura muy complicada para cualquier joven que decida apostar por la vida sacerdotal. Melchor tiene muy claro cuál es el principio y final de su vida. Por ello, asegura que ser sacerdote, hoy en día, “es una cosa, por un lado, llamativa -porque no somos muchos los sacerdotes jóvenes- pero, por otro lado, muy humana -porque mucha gente está buscando y no sabe dónde encontrar-. Está llamando a muchas puertas y no encuentra lo que, realmente, llama a su corazón. Por eso, poder dar una respuesta real a esa búsqueda y a ese corazón inquieto es el motor de mi vida, lo que me hace levantarme cada día y lo que hace dormir tranquilo y feliz”.

   Es el testimonio de Luis Melchor: un sacerdote joven, moderno y, devoto del mensaje que dejó escrito Juan Pablo II en Cuatro Vientos, profundamente fiel a Jesucristo.

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