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lunes, 12 de marzo de 2012

Carlos Blanco: “En nuestro mundo la falta de sabiduría se manifiesta en aspectos como las escandalosas injusticias económicas, la insensibilidad medioambiental, el egoísmo o el consumismo”

   El próximo martes, 13 de marzo, el Aula Pablo Dominguez de la Universidad Eclesiástica San Dámaso acogerá una Jornada Filosófica sobre ‘La Sabiduría’, que contará con la intervención del Dr. Carlos Blanco Pérez, de la Universidad de Navarra, quien expondrá el tema de ‘Ciencia, filosofía, teología. ¿Sabiduría?’. Sobre su ponencia y el significado de la sabiduría nos habla en esta entrevista.  

Usted va a participar próximamente en una jornada sobre Ciencia, Filosofía, Teología… ¿qué significado tienen para el mundo actual? ¿Qué cree que aportan a la sociedad?

Las contribuciones de la ciencia a la sociedad son evidentes a la luz de sus aplicaciones tecnológicas. Gracias a la ciencia, y a su utilización como técnica, hemos sido capaces de mejorar las condiciones materiales de vida. Pensemos en los avances médicos, por ejemplo. Aliviar el sufrimiento humano, que para mí constituye un objetivo prioritario de la empresa intelectual humana (si bien no el único), es posible, en gran medida, gracias a la ciencia (aunque no sólo: la ética, la organización política… son también clave, y no se deducen científicamente). 

En el terreno epistemológico, la ciencia se justifica a sí misma, dado que es capaz de someter sus tesis a contraste empírico. La ciencia suma, a un ritmo incesante, nuevos conocimientos y descubre nuevas verdades sobre la estructura y el funcionamiento del universo. La filosofía y la teología, por su parte, creo que no ansían explicar la estructura y el funcionamiento del mundo, sino comprender, esto es, interpretar el sentido de lo que conocemos sobre el mundo para nuestras vidas, individuales y colectivas. La ciencia, por ejemplo, no nos brinda una ética: ello responde a una reflexión filosófica, y no estrictamente científica.

¿Cuáles serán los objetivos centrales de su ponencia?

Mi ponencia tiene un objetivo principal: concebir la sabiduría, el amor y la belleza como metas de la vida humana. Puesto que ni la sabiduría, ni el amor ni la belleza se agotan en cultura alguna, en filosofía alguna, en ciencia alguna, sino que responden, en gran medida, a un proceso creativo, la humanidad nunca cesará de “perseguirlas”, pero el mero hecho de emprender su búsqueda pone de manifiesto que es posible consagrarse a “fines en sí mismos”, los cuales no respondan a intereses instrumentales. Pensar por pensar es una de las metas más nobles de la vida humana. Si se cultiva el pensamiento por sí mismo, las “aplicaciones prácticas” (en forma de ética, de mayor finura analítica, etc.) creo que vienen dadas por sí solas.

Ante los sucesos que están ocurriendo en la actualidad, ¿cree que hay una consciente falta de sabiduría?

La falta de sabiduría ha existido siempre, porque la sabiduría no se “posee”, ni se conquista al modo de las verdades científicas. En todas las épocas coexisten (no sé si asimétricamente) la presencia y la ausencia de sabiduría, si entendemos por sabiduría la reflexión profunda que nos permita crecer éticamente, algo que no viene garantizado ni por el incremento en el número de conocimientos científicos atesorados ni por el progreso económico. Cada época y cada individuo ha de emprender de nuevo la búsqueda de la sabiduría. Creo que en nuestro mundo la falta de sabiduría se manifiesta en aspectos como las escandalosas injusticias económicas (que más de mil millones de seres humanos pasen hambre y, más aún, la indiferencia de gran parte de la población hacia este fenómeno, refleja, a mi juicio, la más clamorosa falta de sabiduría), la insensibilidad medioambiental, el egoísmo, el consumismo, el desprecio, en muchos sectores, por conocimientos que no tengan una aplicación directa (lo que no sólo nos impide cultivar “fines en sí mismos”, sino que nos aboca a la superficialidad manifiesta en el plano de las ideas), la sumisión de todo a modas y estereotipos, la veneración del poder, de la riqueza material, de la competitividad más extrema, etc. La filosofía, en tanto que búsqueda genuina de la sabiduría, de un fin en sí mismo que no se “ahogue” en una concatenación de medios, resulta hoy más necesaria que nunca.

¿Cómo invitaría a la gente a asistir a esta jornada y qué cree que le puede aportar?

Acumulamos mucha información, incluso mucho conocimiento (en tanto que captación del modo en que se conectan los datos), pero es urgente asumir una perspectiva interdisciplinar que nos permita reflexionar sobre el sentido del conocimiento y de la información que hemos reunido de cara a nuestro crecimiento ético. Por ello, todo simposio organizado sobre una temática tan fascinante y, al mismo tiempo, tan “apremiante” como la sabiduría creo que ha de ser bienvenido.

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