El texto de monseñor Carlos López Hernández va transportando al chico, a través de preguntas, hasta la pregunta crucial que hace Cristo al joven rico. Sirve de ayuda a los jóvenes pero también a los mayores para que entienda cómo piensan las siguientes generaciones.
Se titula "Una cosa de falta... Diálogo Provocador con un Joven
insatisfecho" y es una curiosa y persuasiva manera de escribir una carta
pastoral en la que se abordan numerosas cuestiones que se viven cada
día: caridad, generosidad, responsabilidad, libertad...
Al haber elegido como personaje para el diálogo a un joven, el texto
permite sacara a la luz muchas de las motivaciones que mantienen el
relativismo en la sociedad, como el miedo a ser diferente del resto. Sin
embargo, el obispo, en su argumentación, va demostrando al chico que no
puede fiar su felicidad en flores de un día. "No me dirás que prefieres
seguir insatisfecho, o buscando sólo satisfacciones de repuesto
diario", dice el obispo. "Tampoco es eso, pero soy un joven de hoy; y,
ya sabe, el ambiente me influye. No tengo todo tan claro como para ser
distinto, actuar contra corriente y ser señalado como un bicho raro.
Tengo tiempo para ir viendo qué pasa", contesta el chico.
Al final del texto, el obispo propone a Jesús sin medias tintas:
"Para que veas más claro lo que te pasa, te aconsejo tener en cuenta la
invitación de Jesús a dos jóvenes inquietos que le preguntaban donde
vivía: 'Venid y lo veréis. Entonces fueron, vieron dónde vivía y se
quedaron con él aquel día' (Jn 1, 39). Y así descubrieron y anunciaron:
'Hemos encontrado al Mesías' (Jn 1, 41)". Y le explica el camino: "Me
está diciendo que tengo que leer más el Evangelio", dice el chico. "Tú
lo has dicho. Si empiezas a estar con Jesús, podrás llegar un día a
comprender su llamada a un joven insatisfecho, que aspiraba a más, pero
estaba muy atado a sus riquezas. Jesús le dijo: 'Una cosa te falta:
anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en
el cielo, y luego ven y sígueme' (Mc 10, 21)".
El chico se queda con la intriga y pregunta por el final de la
historia. Monseñor López le muestra que la historia se repite, pero que
siempre le puede volver a llamar Dios. "Y ni tú ni yo sabemos ahora, lo
que vas a ser capaz de responder mañana".
RELIGIÓN CONFIDENCIAL
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