Benedicto
XVI denunció ayer la violencia, la corrupción política, la explotación
de las mujeres y niños y el hambre que hay en África e instó a los
africanos a superar esos problemas y a no caer en «la mentalidad
relativista y nihilista que golpea a otras zonas del mundo». El
pontífice hizo estas declaraciones en un mensaje enviado al Congreso
Panafricano de Laicos Católicos, que se celebra del 4 al 9 de septiembre
en Yaundé, la capital de Camerún.
En su misiva -dirigida al presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, el cardenal Stanislaw Rylko, que preside el evento-, el obispo de Roma recordó sus dos viajes a África, donde visitó en 2009 Camerún y Angola y el pasado año Benin, y reiteró que el continente negro está llamado a ser el «continente de la esperanza».
En su misiva -dirigida al presidente del Consejo Pontificio para los Laicos, el cardenal Stanislaw Rylko, que preside el evento-, el obispo de Roma recordó sus dos viajes a África, donde visitó en 2009 Camerún y Angola y el pasado año Benin, y reiteró que el continente negro está llamado a ser el «continente de la esperanza».
El pontífice denunció que en África los valores tradicionales de la cultura africana están en peligro, amenazados por la secularización,
«que causa desorientación, laceraciones en el tejido personal y social,
exasperación del tribalismo, violencia, corrupción en la vida pública,
humillación y explotación de las mujeres y de los niños».
El papa subrayó también que en África aumenta la miseria y el hambre y que a ello se une «la sombra del terrorismo integrista, que ha puesto en el punto de mira a la comunidad cristiana de algunos países africanos».
A pesar de ese panorama y tras reconocer que son problemas «de no fácil solución»,
el Papa señaló que mirando el corazón de los africanos «descubrimos una
gran riqueza espiritual, valiosa para nuestros tiempos».
Entre esas riquezas citó «el amor a la vida, a la familia, el sentido de la alegría y de compartir y el entusiasmo de vivir la fe en el Señor».
«No dejad nunca que la tenebrosa mentalidad relativista y nihilista que golpea a varias partes de nuestro mundo abra una brecha en vuestra realidad.
¡Acoged y difundid con fuerza renovada el mensaje de alegría y
esperanza que trae Cristo, un mensaje capaz de purificar y reforzar los
grandes valores de nuestras culturas», escribió el pontífice.
Benedicto XVI señaló que en esta época es de vital importancia la labor de los fieles laicos para transformar la sociedad.
El papa destacó que a través de los laicos la Iglesia está presente y activa en el mundo.
«Los fieles laicos son embajadores de Cristo, en el espacio público y en el corazón del mundo.
¡Mujeres y hombres, jóvenes, ancianos y niños, familias, toda África
espera hoy a esos embajadores de la Buena Nueva», concluyó el papa su
mensaje.
ANÁLISIS DIGITAL
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