El anuncio por el socialista Hollande de la próxima imposición en las escuelas de Francia de la asignatura “Moral laica” permite entender aun mejor como la revolución cultural del llamado
“nuevo socialismo” no es, en sustancia, sino una reedición actualizada
de la más rancia ideología de la Ilustración, con todo lo que esto
implica.
Además, el alcance con el que la asignatura ha sido presentada en el
país vecino y su explícita asimilación a nuestra polémica Educación para
la Ciudadanía (EpC), puede terminar de ayudar a abrir los ojos a
quienes han creido que eliminar el experimento ideológico de Zapatero es sólo una cuestión de maquillar algunos términos “incómodos” del currículo…
Al trasfondo de la nueva asignatura francesa de “Moral laica” ha
dedicado estos días jugosos comentarios, entre otros, el director del
digital Infocatólica, Luis Fernando Bustamante, y el sacerdote y escritor Santiago Martín.
De manera genial y certera, Bustamante ironiza en “Papá Estado te dice lo que está bien y lo que está mal” sobre
el sentido último de estos experimentos educativos, que no es otro que
la invasión por el Estado de la responsabilidad familiar de la educación
moral de los hijos. Un Estado capaz, en virtud de los procesos
legislativos de reingeniería social, “de derribar las barreras de la
opresora ley natural”. Y que aspira a acompañarnos “antes de nacer,
para no protegerte, después de nacer, para que pienses lo que yo pienso,
y hasta la muerte, para ponerla a tus pies en bandeja de plata”.
Por su parte, Santiago Martín, en su buscado blog de Religión en Libertad (ReL) “Palabras para vivir”, escribe un interesante comentario con el título “Hollande copia a Zapatero”.
” Aunque falta por ver exactamente en qué consiste esa moral laica
–escribe el P. Martín–, podemos imaginarnos buena parte de su contenido.
En realidad tampoco hace falta tener mucha imaginación, pues basta con
ver un libro de la “Educación para la ciudadanía” que en España impuso
Zapatero para echarse a temblar. Mira por donde, Zapatero está siendo
pionero en algo y está dando lecciones a Europa: en la destrucción de lo
poco que queda de sentido ético entre la juventud. Para que luego digan
que no servía para nada. Hasta Hollande le copia. Hay que ver qué baja
ha caído la “grandeur de la France”.
“Pero –continua el sacerdote y escritor– ¿por qué esta nueva vuelta
de tuerca del secularismo? ¿Es que no está ya bastante corrompida la
juventud europea? ¿no es lo suficientemente relativista? ¿cabe aún una
degeneración mayor? Si dos de cada tres adolescentes españoles -por
poner un ejemplo- se emborrachan casi todos los fines de semana, ¿qué
quieren? ¿qué todos se emborrachen todos los días?
¿No será, por el contrario, que tienen miedo? ¿No serán estos los
últimos estertores de la bestia herida? Ellos han conducido Europa a su
ocaso, a su decadencia, a su profundísima crisis, y lo saben. Ellos -los
Zapateros y Hollandes del continente- han provocado que abunden los “ni
ni” (ni estudian ni trabajan) mientras escasean los que deciden
comprometerse para toda la vida en la aventura más apasionante e
importante que pueda hacer un ser humano: fundar una familia. Y ahora,
quizá, tienen miedo a que la realidad que han provocado se les vuelva en
contra y por eso quieren rematar su labor destructiva. Es posible que
nos encontremos ante una reedición de la que fuera la última y más cruel
persecución contra los cristianos, la de Diocleciano; después de él
vino Constantino y, por fin, la paz”.
Por eso, concluye, “hay que aguantar y no rendirse. Hay que plantar
cara con todas las herramientas legales que aún permite el sistema. Y,
sobre todo, hay que rezar. Salvar a los jóvenes, salvar a la familia, es
hoy tan vital para la Iglesia como para la sociedad. No es nuestro
futuro como católicos el que está en juego, sino que es el futuro de
todos los seres humanos el que quiere destruir ‘el demonio y sus
ángeles’, Lucifer y sus amigos”.
PROFESIONALES POR LA ÉTICA
Leer el texto completo del artículo de Luis Fernando Bustamante “Papá Estado te dice lo que está bien y lo que está mal” (Infocatólica, 05/09/2012).
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