Catholic Voices es una iniciativa creada en el Reino Unido por un equipo de comunicadores para enseñar a católicos corrientes a explicar en la radio y en la televisión la postura de la Iglesia sobre ciertas cuestiones controvertidas. Aunque de momento sólo intervienen en los debates planteados con ocasión de la visita de Benedicto XVI (16-19 septiembre), se trata de un proyecto más amplio que puede servir para inspirar iniciativas similares en otros países.
A Peter Williams, un ex ateo de 26 años converso al catolicismo, no le tembló el pulso cuando le llamaron de un programa televisivo para hablar sobre algunos aspectos de la moral sexual católica. “Me gusta discutir mis creencias con mis amigos no creyentes de la universidad. Es un reto apasionante demostrar la armonía entre fe y razón”.
Claro que presentarse en un plató para explicar estas cosas no se improvisa. Williams fue uno de los 20 candidatos elegidos en el casting organizado por Catholic Voices (se presentaron 80 personas), para asistir a un entrenamiento especial dirigido por expertos en comunicación. Las sesiones –unas tres al mes– tuvieron lugar en Londres entre febrero y julio.
Entre los seleccionados hay farmacéuticos, maestros, estudiantes, abogadas, madres de familia... En la selección se tuvieron en cuenta tres criterios: “La personalidad, la actitud y la catolicidad”, según explica Austen Ivereigh, uno de los promotores. Debían sentirse a gusto con las enseñanzas de la Iglesia.
A Peter Williams, un ex ateo de 26 años converso al catolicismo, no le tembló el pulso cuando le llamaron de un programa televisivo para hablar sobre algunos aspectos de la moral sexual católica. “Me gusta discutir mis creencias con mis amigos no creyentes de la universidad. Es un reto apasionante demostrar la armonía entre fe y razón”.
Claro que presentarse en un plató para explicar estas cosas no se improvisa. Williams fue uno de los 20 candidatos elegidos en el casting organizado por Catholic Voices (se presentaron 80 personas), para asistir a un entrenamiento especial dirigido por expertos en comunicación. Las sesiones –unas tres al mes– tuvieron lugar en Londres entre febrero y julio.
Entre los seleccionados hay farmacéuticos, maestros, estudiantes, abogadas, madres de familia... En la selección se tuvieron en cuenta tres criterios: “La personalidad, la actitud y la catolicidad”, según explica Austen Ivereigh, uno de los promotores. Debían sentirse a gusto con las enseñanzas de la Iglesia.
ANALISIS DIGITAL (ACEPRENSA)
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