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viernes, 10 de septiembre de 2010

José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, reclama que la tregua sea definitiva e incondicional y le pide a ETA que se disuelva

          Monseñor Munilla ha afirmado que recibía “con prudencia” la tregua anunciada por la organización el domingo: “Acogemos con prudencia –ha dicho- el anuncio de tregua emitido por la organización terrorista ETA, mientras que pedimos a Dios que ilumine a todos cuantos están llamados –mejor dicho, estamos llamados- a ser constructores de la paz. Y, sirviendo de altavoz al mensaje de Cristo, exhortamos a que esta tregua sea definitiva e incondicional”.
          “Uniéndonos a nuestro pueblo, exigimos a ETA su disolución. El momento actual hace más imperiosa, si cabe, esta llamada. La creciente esperanza de nuestro pueblo por la paz es ya un proceso imparable, y no tienen sentido alguno las resistencias que lo impiden”.
El obispo de San Sebastián ha añadido que la paz no puede ser “utilizada” como un medio, sino que ha de ser “buscada” como un fin. La paz no puede convertirse en un “instrumento” al servicio de nuestras “estrategias”. La vida es un derecho inviolable de cada ser humano, “que no depende del momento, ni de las ideologías, ni de estrategia alguna, sino de Dios, autor de la vida; en quien vivimos, nos movemos y existimos.
          Ha terminado diciendo que la aportación más específica que la Iglesia hace a la causa de la paz es la llamada a la conversión del corazón de todos, la llamada a la humildad personal. “Sólo si hay humildad pueden darse las restantes condiciones para la paz: arrepentimiento, reparación, paciencia, diálogo, tolerancia… e incluso, la propia justicia”.

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