En uno de los discursos más incisivos y dramáticos de su pontificado, Benedicto XVI ha advertido que peligra el futuro del mundo, al pedir a todas las personas "con responsabilidades políticas o religiosas" que "paren la cristianofobia" y defiendan a las víctimas de la discriminación y la violencia "para revitalizar el espíritu de reconciliación". El discurso fue pronunciado ayer en la audiencia concedida ayer a los responsables de la Curia Romana con ocasión de la Navidad, celebrada en el Vaticano y en el mismo denunció "la ceguera de la razón hacia lo que es esencial", afirmando que "combatir esta ceguera de la razón y conservar su capacidad de ver lo esencial, de ver a Dios y al hombre, lo que es bueno y lo que es verdadero, es el interés común que debe unir a todos los hombres de buena voluntad. Está en juego el futuro del mundo".
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