El cumpleaños del padre es siempre un momento de alegría para los hijos. Es la sensación que experimentamos los hijos de la Iglesia con ocasión del cumpleaños de Benedicto XVI. Recuerdo conmovido el día de su elección, hace siete años, cuando al dirigirse a una emocionada Plaza de San Pedro, se definió a sí mismo como “un simple y humilde trabajador de la viña del Señor”.
Esa es la manera en que el Papa está cumpliendo su ministerio petrino,
con la serenidad de quien se abandona completamente en Dios. Es un
ejemplo para todos nosotros, que nos sentimos impulsados por este Padre,
humilde y cercano a cada uno, para hacer de la Iglesia ese lugar de
unidad y amor descrito por Lucas en los Hechos de los Apóstoles.
“Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam”, todos con Pedro a Jesús por María,
repetía frecuentemente san Josemaría: el Papa, sucesor de Pedro, es
siempre principio y fundamento visible de la unidad de la Iglesia.
Sabemos que, unidos a él, nos encontramos juntos y unidos a Jesús,
nuestro Salvador. Una unidad de afectos especialmente alegre, sobre todo
en este momento de celebración por el cumplaños del Papa, a pocos días
del aniversario de su elección como Pontífice.
La incansable dedicación del Santo Padre en servicio de la Iglesia nos conmueve en el sentido más literal de la palabra: mueve nuestro afecto y también nuestra voluntad para ser más fieles a Benedicto XVI.
Él ha dedicado toda su vida a Dios: desde joven, cuando se sintió
llamado al sacerdocio; después, con el paso de los años, contribuyendo
con sus capacidades intelectuales a la profundización teológica de la
doctrina y con su actividad como apóstol y pastor para despertar la fe
en el corazón de los hombres. Ahora, como Pontifice, continúa con esta
misión, fundando su ministerio en la celebración de la Eucaristía y en
la oración, consciente de que sólo con la gracia de Cristo, la Iglesia
puede llevar a cabo la tarea que el Señor le ha encomendado.
¡Felicidades, Santo Padre! Le queremos mucho, con un afecto filial, y
rezamos por su Persona para que Dios le conceda abundantes gracias, y
para que Su Ministerio esté lleno de frutos de santidad para la Iglesia y
de paz para la sociedad civil.
Mons. Javier Echevarría
Prelado del Opus Dei
OPUSDEI.ORG
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