El Papa Francisco fue por sorpresa al hospital Pío XI a
visitar a su amigo y compatriota el cardenal Jorge Mejía que el jueves
por la tarde sufrió un infarto. La visita duró unos 30 minutos y se dio
en el más estricto de los secretos. Es su segunda salida a la ciudad de
Roma, tras haber sido elegido pontífice el pasado 13 de marzo.
El Papa llegó en un discreto coche de servicio con matrícula civil. Tras saludar al cardenal, rezó unos minutos en la capilla de la clínica con las trece religiosas que la atienden. Pertenecen a la Orden de las Religiosas de San José de Gerona. El Papa se ha detenido a hablar con cada una de ellas y con otras personas que había en la capilla.
Luego dio las gracias al personal médico. Muchos enfermos y familiares de los pacientes se concentraron en el hall de la clínica romana para saludarle.
El Papa llegó en un discreto coche de servicio con matrícula civil. Tras saludar al cardenal, rezó unos minutos en la capilla de la clínica con las trece religiosas que la atienden. Pertenecen a la Orden de las Religiosas de San José de Gerona. El Papa se ha detenido a hablar con cada una de ellas y con otras personas que había en la capilla.
Luego dio las gracias al personal médico. Muchos enfermos y familiares de los pacientes se concentraron en el hall de la clínica romana para saludarle.
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