Contento, sonriendo, saludando, besando, mezclando el español con el
italiano, el papa Francisco recibió hoy a la prensa internacional que ha
seguido el cónclave ante la que afirmó que la Iglesia no tiene una
naturaleza política, sino espiritual y que la quiere "pobre y para los
pobres".
Aplaudido largamente por varios miles de periodistas, de
los seis mil acreditados ante el Vaticano para el segundo cónclave del
tercer milenio, muchos de ellos acompañados de familiares y amigos, el
papa Bergoglio desveló algunos momentos del cónclave y porqué eligió el
nombre de Francisco.
En la capilla Sixtina estaba sentado al lado
del cardenal brasileño Claudio Hummes, prefecto emérito de la
congregación para el Clero y arzobispo emérito de Sao Paulo, explicó.
"Cuando la cosa se iba poniendo peligrosa (los votos hacia él
aumentaban) él me confortaba y cuando los votos alcanzaron los dos
tercios y los cardenales comenzaron a aplaudir, es decir me habían
elegido, él (Hummes) me abrazó, me besó y me dijo: no te olvides de los
pobres", narró Francisco en medio de un fuerte aplauso.
Esas
palabras "no te olvides de los pobres" se le quedaron en la cabeza,
agregó, mientras se tocaba el solideo. "Los pobres, los pobres, pensé, e
inmediatamente me acordé de Francisco de Asís".
"También pensé
en las guerras y en que Francisco es el hombre de la paz, además de los
pobres, y así me vino el nombre", aseguró.
Añadió que también el santo de Asís es el custodio de la naturaleza, de la creación.
"¡Como me gustaría una iglesia pobre, para los pobres!, agregó
Francisco recordando al "Poverello", como se conoce al santo de Asís.
Relajado, Francisco contó que otros cardenales le sugirieron que
eligiera como nombre Adriano, en honor de Adriano VI el reformista y
otros que adoptara Clemente XVI, "y así te desquitas" -le dijeron- de
Clemente XV, el papa que suprimió la Compañía de Jesús, a la que
pertenece el actual pontífice.
En ese ambiente cordial, el obispo
de Roma agradeció a la prensa el trabajo realizado en estos días desde
la renuncia de Benedicto XVI al papado el 28 de febrero, con un ¡uf,
cuanto habéis trabajado", y reconoció que no es fácil informar de la
Iglesia a un público tan vasto y variado en esta época global.
En la misma línea que Benedicto XVI, puso a Cristo en el centro de la vida del hombre y dijo que la Iglesia existe "para comunicar la verdad, la bondad y la belleza".
"La Iglesia, aunque es una institución humana, histórica, con todo lo
que comporta, no tiene una naturaleza política, sino esencialmente
espiritual: es el pueblo de Dios que camina hacia el encuentro con
Jesús. Sólo en esa perspectiva se puede entender la obra de la Iglesia
Católica".
El papa, en esa línea de humildad que ha marcado desde
el primer momento que se presentó ante los fieles, subrayó que Cristo
es el centro, no el Sucesor de Pedro.
Francisco usó el español,
su idioma materno, al final del discurso y en el idioma de Cervantes
bendijo a los presentes, tras decir: "muchos de ustedes no pertenecen a
la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando las
conciencias de cada uno os doy mi bendición, sabiendo que cada uno de
nosotros somos hijos de Dios".
El papa saludó después a una
representación de periodistas de todo el mundo, entre ellos una
argentina que le entregó un vaso con mate. También saludó a un ciego que
subió al estrado del Aula Pablo VI, lugar del encuentro, con su perro.
Francisco oficiará mañana a las diez una misa en la parroquia de Santa
Ana, del Vaticano y a mediodía rezará el Ángelus, el primero del
pontificado, desde la ventana del apartamento papal que da a la plaza de
San Pedro, al que se esperan asistan decenas de miles de fieles.
El papa tomó posesión de su apartamento en el Vaticano poco después de
ser elegido. Como establece la normativa, estaba precintado desde la
renuncia de Benedicto XVI, el 28 de febrero. Su mudará allí una vez que
estén acabados los normales trabajos de restauración.
El lunes 18
se reunirá con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, en la
residencia de Santa Marta, donde se aloja en estos días.
El
martes, 19, oficiará la misa de inicio de Pontificado, a la que
asistirán delegaciones oficiales de 150 países y se espera más de un
millón de fieles.
El 20 de marzo se reunirá con las delegaciones
de otras iglesias presentes en la misa de inicio de Pontificado, el día
22 recibirá al Cuerpo Diplomático acreditado ante el Vaticano y el
sábado 23 visitará a Benedicto XVI.
Francisco se trasladará en
helicóptero a Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma,
donde se aloja el papa Ratzinger. Almorzarán juntos y a media tarde
regresará al Vaticano.
El 24 de marzo presidirá la procesión de las palmas y el rito del Domingo de Ramos en el Vaticano.
LA RAZÓN
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