Juan Manuel Uceta, sacerdote diocesano, doctor en Teología y director del Secretariado Diocesano de Relaciones Interconfesionales de la Archidiócesis de Toledo, reflexiona sobre la realidad eclesial del diálogo interreligioso y el diálogo interconfesional o ecuménico en el canal "Tras las huellas del Nazareno".
La Iglesia católica participa de este diálogo sabiéndose depositaria y defensora de la verdad plena, a todo riesgo, aún en sitios de persecución.
El sacerdote de Toledo explica en el vídeo lo que significa el diálogo interreligioso, es decir, "hablar entre dos, en este caso, entre la Iglesia católica y creyentes de otras religiones". Y el diálogo ecuménico consiste en el "quehacer de la Iglesia con otras confesiones cristianas, buscando la unidad de todos los cristianos en la única Iglesia de Cristo".
Recuerda Uceta que la misión de la Iglesia en el diálogo con otras religiones es anunciar el Evangelio de Jesucristo y "si es posible, que abracen nuestra fe".
La religión verdadera
A la pregunta de si la Iglesia Católica cree poseer la verdad ¿por qué establece un diálogo?, Uceta reafirma que en el Concilio Vaticano II se subrayó de nuevo que "la religión verdadera subsiste en la Iglesia Católica" y recuerda las palabras de Pablo VI al respecto: "La Iglesia no puede compartir el relativismo ante otras religiones, no puede compartir el indiferentismo, porque no es indiferente".
Ante la bondad de otras religiones, el sacerdote de la archidiócesis de Toledo responde a la pregunta latente en nuestra sociedad: si Dios es el mismo y todos tenemos fe en algo, pues qué más da una religión que otra. "Esto es indiferentismo religioso. Pablo VI indicaba que los católicos no podemos estar en esa actitud indiferentista, que seria relativista, como si la religión verdadera o no existiera, o no estuviera en la Iglesia católica".
Uceta continúa con el mandato de Pablo VI quien dijo que el deber de los católicos hacia los demás es mantener esta afirmación: que la religión verdadera es la católica.
Belleza fuera de la Iglesia
"¿Eso quiere decir que fuera de la Iglesia no hay nada verdadero ni nada bueno?", se pregunta. El director del Secretariado Diocesano de Relaciones Interconfesionales de la Archidiócesis de Toledo subraya que el Magisterio de la Iglesia responde que no, puesto que el Espíritu Santo actúa más allá de los límites visibles de la Iglesia, es decir, de los bautizados.
"En los no bautizados Dios actúa sembrando semillas del Verbo y se reconoce esa acción de Dios. Santo Tomás de Aquino decía: allí donde hay verdad, viene del Espíritu Santo, la diga quien la diga", apunta Uceta.
El sacerdote diocesano recuerda que cuando la Iglesia reconoce lo bueno y la belleza de otras religiones, "que siempre proviene de la acción del Espíritu Santo, el fin es preparar a esas personas a la verdad plena que es el Evangelio. Y la Iglesia tiene el deber de reconocer, guardar y promover lo que haya de verdadero en otras religiones porque proviene del Espíritu Santo, pero cuyo fin es llevar a los hombres a la fe verdadera".
Relación con los musulmanes y los "innegociables"
En el vídeo, Juan Manuel Uceta detalla las diferencias entre el Dios de los musulmanes, Alá y el Dios Padre de Jesucristo. "El rostro que se refleja en el Coran, no es el mismo que el rostro del Dios del Evangelio, al Padre de Nuestro Señor Jesucristo. Decir que es el mismo, significa que uno no se ha leído el Coran, o no se ha leído la Biblia".
El sacerdote también menciona los "innegociables" de la Iglesia Católica, sobre todo en el diálogo ecuménico con las confesiones cristianas y la búsqueda en la unidad en la única Iglesia que Jesucristo fundó.
Por ejemplo, en el sacramento de la Eucaristía, en las iglesias de la reforma no se afirma la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía,sino una presencia más bien simbólica. O en al figura de la Virgen María como colaboradora con la Gracia. "Sería como renunciar a notas o aspectos esenciales que Jesucristo ha dado a su Iglesia. Es mirar lo que Cristo ha hecho", expone el sacerdote de la archidiócesis de Toledo.
Papa Francisco y la Iglesia en España
Uceta matiza que este "diálogo interrreligioso y ecuménico no es una moda o un capricho, sino que la Iglesia dialoga por una razón teológica, porque Dios dialoga dentro de la Trinidad, un diálogo de amor, o dialoga con la humanidad en la Encarnación del Verbo. Por eso si Dios dialoga, la Iglesia también, en un diálogo amoroso y a corazón abierto que Dios nos pide, sin buscar correspondencia. Es llevar este estilo de Dios a los demás. Nuestra vocación abrirnos".
"El Papa Francisco en todos sus viajes está insistiendo mucho en una expresión: hacer camino juntos. Su intuición es que para poder llegar a más, para llegar a la misión de la Iglesia, el roce hace el cariño y por esta razón, hay que tratarse, conocerse, quitar prejuicios, y a partir de aquí, podremos ver qué se puede hacer más", subraya el responsable de relaciones interreligiosas.
Por último, Uceta se refiere al diálogo de la Iglesia en España. "Hay que perder el miedo. Como fruto de nuestra historia, en el que ha habido una mayoría cristiano-católica, estamos en un cambio de época. Y una característica es que tenemos que salir, una Iglesia en salida como dice Francisco y proponer la verdad, no imponerla, como decía san Juan Pablo II en Madrid, sabiendo que tenemos un tesoro del que tanta necesidad tiene el mundo. Y perder el miedo también al interlocutor que nos puede interpelar. El diálogo con otros, nos puede servir de enriquecimiento personal".
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