ACTUALIDAD

viernes, 27 de noviembre de 2020

«Este Black Friday los padres no deberían comprar un móvil a niños de 5º y 6º de Primaria»

 

David de Cubas
Es el momento, advierte David de Cubas, psicólogo y autor del libro «Educación familiar en la era digital», «de tomar el control ante un despropósito social que se nos ha ido de las manos»

Hoy es Black Friday y los españoles, un año más, compraremos en masa tecnología. Una realidad que contrasta con la queja constante de los padres y madres por el enganche que sus hijos e hijas tienen con las pantallas: sean de un móvil, la Play, una tablet o el ordenador. 

La fotografía se repite en casi todos los hogares: niños pequeños con un teléfono o una tablet para que dejen tranquilos a sus papás y mamás, preadolescentes que no se dedican a otra cosa que no sea jugar con la videoconsola, adolescentes que queman las redes sociales y adultos que no saben vivir sin el smartphone de última generación o sin ver series en una plataforma de contenidos.

Es el

 momento, advierte David de Cubas, psicólogo y autor del libro «Educación familiar en la era digital», «de tomar el control ante un despropósito social que se nos ha ido de las manos». En este sentido, este experto invita a reflexionar sobre las siguientes preguntas: «¿Cómo es posible que menores de 6 años pasen más de 1 hora ante un dispositivo tecnológico? ¿Cómo es posible que niños/as de 5º y 6º de primaria lleven móvil? ¿Por qué muchos preadolescentes juegan todos los días con la videoconsola a juegos que no coinciden con su edad? ¿Por qué tu hijo/a de 13 años edad no deja a sus padres ver sus redes sociales? ¿Cómo pueden llegar a subir fotos en las redes un tanto “delicadas” niñas de 12 y 13 años? ¿Cómo son capaces de acosar a un amigo/a por medio de las redes?».

Para De Cubas, todas estas situaciones descritas anteriormente son un «acto de irresponsabilidad de los padres» que “deberían ser coherentes y preguntarse si la actividad digital de una familia entera tiene repercusión en la educación y el estado emocional de nuestros hijos. La respuesta contundente es que sí». Y aconseja ser «coherentes y por unos instantes, pararse a pensar en cómo afectan el uso de dispositivos tecnológicos en mi familia».

Probablemente este Black Friday es un buen momento para pararse a pensar en la compra que muchos están pensando realizar. Para empezar, y aunque parezca una utopía, «nadie debería dar un móvil a un menor antes de su entrada en el instituto, a finales de los 12 o a los 13 años, porque es una irresponsabilidad. Es decir -recalca- dar un teléfono a un niño de quinto y sexto de primaria es un acto de irresponsabilidad por parte de cualquier de padre o madre».

En este sentido, asegura el psicólogo, «todos los padres y madres me dicen lo mismo: “es que todos sus amigos ya tienen móvil y él entonces es el rarito". Ante esta situación -explica- simplemente podrías decirle a tu hijo/a que tu familia tiene unos principios y objetivos educativos, donde priman unas situaciones frente a otras y en este caso, tu familia conoce las consecuencias que podría tener en un preadolescente, el uso inadecuado de la tecnología, especialmente con las actividades que podría dejar de hacer (deporte, lectura, relaciones interpersonales, ayudar en casa…) usando el móvil antes de tiempo».

Las familias no tienen competencias digitales

La realidad es que en muchos hogares «no tienen competencias digitales», señala De Cubas. «No me refiero a que sean expertos en educación y en dispositivos tecnológicos, sino a saber educar con estrategias claras que nos acompañen durante el proceso de crecimiento personal y de una forma constante a todos los miembros de una familia. Educar en la era digital conlleva un nuevo reto educativo, en el que muchos de los papás y mamás nacidos en la era analógica, se enfrentan de un día para otro».

Por este motivo, advierte este psicólogo, «tanto las familias como los niños de hoy están obligados a formarse. Porque ojo: los llamamos nativos digitales pero son unos incompetentes digitales que cometen unas faltas de ortografía casi de analfabetos. Aunque el error puede que sea nuestro, que les estamos haciendo creer que son expertos porque saben hacer fotos y videos y no saben escribir el texto que va debajo». Es más, recalca este psicólogo, «te podría decir que los adolescentes de hoy en día tienen las mismas competencias que mi madre de 85 años. que sabe utilizar a todas las aplicaciones y se comunica con la familia a través de instagram».

Los padres: también enganchados

Es evidente que los contenidos en las redes sociales, las aplicaciones, los juegos y las plataformas de ocio, tienen una gran fuerza para captar la atención y además son tan motivantes, que llegan a controlar nuestro tiempo y «lo que es aún más duro decir -advierte el psicólogo infantil y juvenil del Hospital Casa de Salud-, nuestra conducta. Que alguien me diga que sólo ve un capítulo de una serie y lo deja para el día siguiente o que un adolescente esta sólo unas 3 horas diarias usando su smartphone, lo que supone 42 días completos al año. ¡¡Una auténtica barbaridad!!».

Ante esta realidad, David de Cubas está trabajando ya con familias para reconducir esta situación. Y ha visto que «las familias que empiezan a educar desde muy pequeños en el buen uso de los dispositivos tecnológicos en tiempo y forma, teniendo en cuenta la edad de sus hijos, tienen mejor clima familiar, menos conflictos, mayor comunicación entre sus miembros y a esto se le llama, bienestar familiar».

Menores de 6 años, sin móvil en absoluto

Para empezar, sugiere, «nada de dar un móvil a un niño menor de 6 años, porque para aprender en estas edades (0-6 años) no necesitamos de la tecnología. Un niño a esa edad tiene mejores cosas que hacer que ver fotos y vídeos en bucle de YouTube. Lo que necesitan nuestros hijos a esa edad es moverse, saltar, correr, manipular objetos, aburrirse, pintar, salir a la calle, jugar con sus iguales etc.… y todo ello sin tecnología, así de sencillo y así de complejo». «Pero si le damos un teléfono móvil para que nos deje tranquilos, estamos exponiendo al niño a ver contenido sin ningún filtro, y lo que estamos provocando es que en un cerebro en formación tenga un funcionamiento inadecuado».

«Nuestros hijos -asegura- pueden vivir perfectamente sin una pantalla a su lado, sin un uso abusivo de los dispositivos tecnológicos de los que dispongan, pero para ello, hay que ponerse cuanto antes y contra más pequeños sean tus hijos/as, mejor. Porque por contra. Porque cuanto antes haya tenido acceso a un móvil, más difícil será quitárselo o solucionar luego un problema mayor».

Acciones educativas

De entrada, hay varias acciones educativas que los adultos deben gestionar de forma segura y cuanto antes. Una de las más importantes, es el número de horas que ellos, como padres y madres, pasan en casa con su dispositivo ya sea viendo la TV, series, con un smartphone, con la videoconsola (si es que juegan) o con el ordenador personal. «Los padres hemos de ser ejemplo para nuestros hijos. Y si estamos consumiendo móviles tanto o más que ellos, luego nos quejemos. Un buen día nos daremos cuenta de que las intercomunicaciones familiares han cambiado, y de que hay gran aislamiento social dentro de la propia familia, o unos niveles de comunicación muy bajos, en cantidad y en calidad».

En la adolescencia

Entre las situaciones que acompañan al uso inadecuado de los dispositivos tecnológicos nos encontramos en consulta, prosigue De Cubas, «testimonios de peleas constantes por dejar el móvil cuando tienen que estudiar, adolescentes que se acuestan con su smartphone y duermen menos horas, preadolescentes que juegan en la videoconsola a determinados juegos que no pueden por edad, discusiones constantes, uso inadecuado de las redes sociales tanto en forma como en tiempos, bajo rendimiento escolar, ausencia de ejercicio físico, ciberacoso y acoso escolar en las redes entre adolescentes».

Una acción muy recomendable para luchar contra esto en eta edad consistiría en gestionar de una forma clara y concisa el uso de cualquier dispositivo dentro de la habitación de los hijos e hijas. «Mi recomendación- explica David de Cubas- es que no haya TV en la habitación y en el caso que haya ordenador, que tenga un tiempo de uso. Y muy importante… el smartphone siempre debe dormir fuera de su habitación». Aquí, recalca el psicólogo del Hospital Casa de la Salud, hay otra cosa muy reseñable: «cuando un adolescente o un niño está con un dispositivo tecnológico deja de hacer otras cosas, una de las cosas que deja de hacer es leer».

Y la lectura, prosigue De Cubas, «sigue siendo un arma principal en la educación y nuestros adolescentes tienen niveles muy bajos de comprensión lectora, porque no leen». Así pues, sugiere este experto, «desde los 9 a los 13 años, quizás pueda estar de 30 a 60 minutos con un dispositivo que puede ser una tablet y controlando mucho los contenidos y el nivel de los mismos. Porque no es lo mismo el tiempo de estudio, donde van a mirar unos temas y a usar una metodología concreta, que meterse en YouTube o en TikTok, de donde uno sabe cuando entra pero no cuando sale». La adolescencia es un momento, añade este psicólogo, «donde además el niño si le quitamos horas de sueño, estamos perjudicando su nivel cognitivo, alterando sus emociones, y dando lugar a caracteres inestables emocionalmente».

Todo esto, concluye este psicólogo, «está a la orden del día, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. El objetivo es que los niños hagan un buen uso, pero tenemos que tener en cuenta todos estos factores y empezar a actuar hoy».


Carlota Fominaya
abc.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario