Aprobada en referéndum con casi el 70% de los votos, la nueva Constitución reconoce más derechos, pero también contiene cláusulas que pueden desvirtuar el respeto a la vida naciente y el matrimonio.
El nuevo texto tiene muchas ventajas con respecto al anterior: permite la transferencia de competencias y de financiación a las provincias; los poderes presidenciales han sido recortados; la posibilidad de detener y arrestar arbitrariamente ha sido eliminada; la distribución de la tierra será más ordenada y estará más controlada; habrá una acción positiva a favor de la mujer en la vida pública y privada....Pero en el nuevo texto los cristianos son los nuevos “chicos malos”. Según los medios de comunicación, viven en el pasado; son hipócritas; no saben perder ya que se empeñan en continuar su lucha contra el aborto y contra otras clases de “matrimonio”. Paradójicamente, la mayoría de los kenianos no se dan cuenta de que han dejado entrar por la puerta de atrás dos cosas que rechazan totalmente –el aborto y el matrimonio gay–, a la vez que se les anima a desconfiar de sus líderes religiosos.
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