El abrazo de las familias provenientes de
todo el mundo y el calor de más de un millón de fieles que participan
en el VII Encuentro de las Familias, recibió este viernes a Benedicto
XVI.
La
primera gran cita del Papa con los fieles fue ayer en la plaza del
Duomo, la catedral en Milán, donde pronunció su primer discurso
transmitido por más de 40 televisiones de todo el mundo.
En un clima de entusiasmo y alegría, Benedicto XVI declaró a la
familia «patrimonio principal de la humanidad» en su primer discurso del
Encuentro Mundial de las Familias.
La capital de Lombardía acoge a familias de 170 países, entre las que se cuentan un buen grupo de españolas.
La ceremonia de bienvenida, en la grandiosa plaza de la Catedral de
Milán, fue una verdadera fiesta. Decenas de miles de personas salieron a
las calles para saludar a Benedicto XVI a su paso en el «papamóvil» y
darle una alegría que compense los disgustos de las útimas dos semanas.
En su discurso en la plaza de la Catedral, el Papa señaló que la
«sociedad del bienestar» se construye a partir de la familia, «que debe
ser redescubierta como patrimonio principal de la humanidad, coeficiente
y signo de una verdadera cultura a favor de la persona humana».
Consciente de que la protección de la familia incluye aspectos
políticos y legales, Benedicto XVI invitó a la colaboración entre la
cultura «laica» -es decir no creyente, pero tampoco laicista- y la
cultura de la fe, «llamadas a cooperar para el bien común».
El Papa propuso como ejemplo a una santa muy reciente, Gianna Beretta
Molla, fallecida en 1962, «esposa y madre, mujer activa en el ámbito
eclesial y civil, que hizo resplandecer la belleza y la alegría de la
fe, la esperanza y la caridad».
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