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sábado, 19 de julio de 2014

Plan de choque en Portugal para fomentar la natalidad y proteger la maternidad

   
   La vieja Europa se enfrenta a un problema de envejecimiento de la población sobre cuyas gravísimas consecuencias de todo tipo parece no existir suficiente conciencia en la mayor parte de la opinión pública. En concreto España, según ha advertido la ONU, va camino de convertirse en 2050 en el tercer país más viejo del mundo.

   La solución al invierno demográfico es de hondo calado al ser sus ráices más profundas de índole cultural. Pero en todo caso exige la voluntad política de afrontarlo con medidas concretas, realistas y coherentes que fomenten la natalidad y protejan la familia como prioridad pública en la construcción del bien común.
   Esta parece ser, al menos en parte, la senda iniciada por Portugal, a tenor de las informaciones que ayer difundía el diario El País y que transcribo a continuación.
PORTUGAL LANZA UN PLAN DE CHOQUE PARA HACER SUBIR LA NATALIDAD

Javier Martín / El País, 18 de julio de 1014

El mundo tendrá cuatro millones menos de portugueses a final de siglo si el Gobierno del país no hace algo. “En cuestión demográfica Portugal está en alerta superroja. Será un país insostenible”, ha advertido Joaquim Azevedo, coordinador de un grupo de expertos para fomentar la natalidad antes de que el ciudadano portugués sea una especie en extinción. El resultado del trabajo de su grupo de expertos, titulado Por un Portugal amigo de los niños, de la familia y de la natalidad (2015-2035), toca a rebato para movilizar a médicos, empresarios, fiscalistas, madres y abuelos, e incluye medidas como que los padres que pidan jornada reducida no pierdan salario, o bonificar a las empresas que contraten a embarazadas.

Portugal es el sexto país más viejo del mundo. Y en cuanto a la tasa de natalidad, en 40 años ha pasado de tener la más alta a la más baja. Según los datos proporcionados esta semana por Eurostat, el pasado año hubo 7,9 nacimientos por 1.000 habitantes, inferior a la mortalidad (10,2). Portugal perdió 60.000 habitantes, de 10,48 millones a 10,42, pues al decrecimiento vegetativo hay que añadirle la emigración de los jóvenes. En Europa la tasa media de natalidad es de 10 nacimientos por mil habitantes. Irlanda es, de lejos, el país más prolífico (15 por cada mil), a 2,7 puntos de distancia de Francia. España se queda en un 9,1, más alta que Alemania (que subió cuatro décimas en tres años), Grecia e Italia.
De mantenerse la tendencia, Portugal llegará a 2060 con 8,5 millones de habitantes, según los datos del Instituto Nacional de Estadística portugués. Pero si, a la vez, se perpetúa la actual corriente emigratoria, descenderá a 6,3 millones de ciudadanos, cuatro millones menos que actualmente y, además, viejos, lo que haría al país insostenible económicamente. Un país de asilos y muletas.
Los datos solo reflejan lo que se veía venir, por eso el pasado febrero el PSD, partido del primer ministro Pedro Passos Coelho, encargó a una comisión de expertos, dirigida por Azevedo, que elaborara un plan de fomento de la natalidad. El estudio propone que las madres con un recién nacido reciban, durante un año, su salario completo aunque trabajen media jornada. Asimismo, se fomentará que las empresas contraten a embarazadas a cambio de la exención del Impuesto Social Único durante tres años. Estas medidas, para que surtan efecto, no pueden ser temporales y se aconseja que se mantengan durante 20 años para que tengan efecto en la demografía del país. Azevedo advierte ante las veleidades políticas. “El plan para que tenga efecto debe encararse como un objetivo nacional y prioritario por encima de intereses electoralistas”.
En el capítulo educativo, piden una flexibilización de los horarios de las guarderías, la ampliación de la oferta extraescolar después del colegio y en las vacaciones, la prioridad de los hermanos en el acceso de guarderías y la reducción de los libros de texto. En el capítulo de la sanidad, recomienda medicinas gratuitas y que los tratamientos contra la infertilidad se extiendan hasta los 42 años. También se acuerdan de los abuelos —guarderías ambulantes de bajo coste—: se podrán deducir en su declaración de Hacienda los pagos educativos y sanitarios que le acarreen sus nietos.
El estudio a instancias del PSD coincide con otro de la comisión de reforma del impuesto sobre la renta (el IRS), del Ministerio de Finanzas. En este caso se aconseja que la deducción por hijo pase del 2% al 2,3%, y si se tienen dos hijos que sea del 2,9%. De adoptar este plan, sería la primera vez que se mejora la fiscalidad de las familias desde 2008.
Tanto el estudio para la reforma de la declaración de la renta como el presentado por el PSD suponen un fuerte ahorro para las familias —sobre todo el segundo—, pero también supondría un agujero en las arcas del Estado, que se enfrenta al compromiso con las autoridades europeas de reducir su déficit del 6,4% al 4%. Tanta desgravación fomentaría la natalidad, pero impediría el objetivo económico. La ministra de Finanzas, María Luís Albuquerque, ha sido clara: “Aún es necesaria la actual carga fiscal”.
ESPAÑA POR LA SENDA DE SU VECINO

Jaime Prats

Los indicadores de población españoles son muy similares a los portugueses —en general a los de Europa del sur— y también apuntan claramente al envejecimiento de los ciudadanos y a la pérdida de población.
Por ejemplo, en lo que se refiere a natalidad, Portugal es el país que arroja peores registros de Europa (7,9 niños por 1.000 habitantes en 2013), aunque España no anda demasiado lejos: es el sexto por la cola (9,1). Entre ambos está Rumanía, Grecia, Italia y Alemania.
Respecto a la mortalidad, en Portugal ya hay menos nacimientos que fallecimientos (10,2 por 1.000 habitantes). España aún no ha llegado a este punto (la tasa de muertes es de 8,3), pero está muy cerca de alcanzarlo. Según las previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE) en solo tres años (2017) habrá más defunciones que nacimientos, una circunstancia tan excepcional en España que solo se ha dado en escenarios demográficos críticos, como la pandemia de gripe de 1918 y la Guerra Civil.
Ello no quiere decir que hasta entonces no se vaya a perder habitantes. España lleva dos años de sangría poblacional debido, fundamentalmente, a la fuga de inmigrantes y nacionales por el impacto de la crisis. Entre 2012 y 2013 el país ha perdido 310.456 habitantes hasta situarse en 46,5 millones.
Las últimas proyecciones a largo plazo del INE, de 2012, prevén que en 2051 la población haya retrocedido hasta situarse en 42 millones de habitantes. Por entonces (en 2050), según la ONU, España se habrá convertido en el tercer país más viejo del mundo. Un 34,5% de la población tendrá más de 65 años, muy cerca de Japón (36,5%), y Corea del Sur (34,9%). Curiosamente, en España, algunas de las medidas que se han planteado en Portugal para fomentar la natalidad, como relajar los criterios para acceder a tratamientos de reproducción asistida, se han intentado, pero a la inversa. Como la iniciativa —de momento, no ha pasado de ser un borrador— de impedir a las mujeres solteras someterse a ciclos en centros públicos.
Por ejemplo, en lo que se refiere a natalidad, Portugal es el país que arroja peores registros de Europa (7,9 niños por 1.000 habitantes en 2013), aunque España no anda demasiado lejos: es el sexto por la cola (9,1). Entre ambos está Rumanía, Grecia, Italia y Alemania.
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