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viernes, 21 de noviembre de 2014

«Los vuelcos en la Historia son posibles»

   
La Presidenta del movimiento que revoluciona el debate cívico en Francia participó en el Congreso Católicos y vida pública, donde transmitió un mensaje de esperanza y de ánimo: «Hay que seguir presionando todos los días»
Tiene 43 años, es madre de cuatro hijos, trabaja en una fundación y reconoce que resulta difícil compatibilizar la vida familiar y la laboral. Pero no se queja, ni en público, ni en privado, por la sencilla razón de que todas las cargas están más que compensadas con el honor que supone presidir La Manif pour Tous, el movimiento cívico nacido poco después de que el Presidente François Hollande decidiese someter al Parlamento el proyecto de ley de matrimoniohomosexual.


Fueron meses y meses de movilizaciones masivas por las calles de un país del que muchos creían que había perdido definitivamente el pulso moral. Al final, el proyecto de Hollande salió adelante; pero La Manif no sólo no se ha desinflado, sino que se ha convertido en un referente cívico para todos aquellos movimientos empeñados en la defensa de los valores.
Los resultados van avalando poco a poco la estrategia de De La Rochère y los suyos: tras una exitosa manifestación el pasado 2 de febrero, el Gobierno francés retiró un proyecto de ley que autorizaba la procreación asistida y las madres de alquiler. Otra manifestación, celebrada el pasado 5 de octubre, volvió a certificar la vitalidad de La Manif.
La última buena noticia: la presión social generada por La Manif -aunque no haya intervenido directamente, porque no es su cometido- ha logrado que los candidatos a la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el principal partido de centro derecha de Francia, hayan tenido que posicionarse acerca de una posible abrogación de la ley del matrimonio homosexual, de la procreación asistida y de las madres de alquiler.
De La Rochère insiste en formular una aclaración importante: «No deposito mi confianza en ningún partido político, yLa Manif no mantiene vínculo alguno con ningún partido político. No hay partido en Francia que tenga una visión constructiva sobre los asuntos bioéticos y antropológicos». Sin embargo, añade que, en los diferentes partidos, «hay personas con convicciones, y esperamos que trabajen en aras del bien común. Pero son una excepción».
La presidenta de Las Manif pour Tous
De ahí que incite a los militantes y dirigentes de las organizaciones españolas comprometidas con la defensa de los valores a no desanimarse tras la retirada del proyecto de ley del aborto, porque, en caso contrario, dice, «todos los esfuerzos realizados en España a lo largo de los últimos años habrán sido en vano». Unos esfuerzos que suscitan su admiración: «España casi da la sorpresa; si no ha sido esta vez, será la siguiente».
Más allá del caso español, el rostro visible de La Manif señala la necesidad de seguir movilizándose a nivel europeo -y occidental, en sentido amplio-, porque, frente a la aberración y a la injusticia, llega un momento en el que hay que hacerse oír».
Bien, pero salvo la victoria del matrimonio entre hombre y mujer en el referéndum croata del pasado año y alguna que otra excepción, los defensores de los valores no paran de cosechar derrotas legislativas.
En primer lugar -responde-, la Constitución croata contempla el referéndum de iniciativa popular; en Francia, por ejemplo, ese procedimiento se votó después de la aprobación del matrimoniohomosexual y se redactó de forma tan enrevesada que es imposible que funcione. Es más, lo único que está claro es que prohíbe expresamente que se celebren consultas sobre los asuntos antropológicos y bioéticos. Volviendo a Croacia, destaco que, en ese país, la sociedad civil actuó con rapidez. Por eso, animo a las organizaciones de otros países a actuar ya.
Lo que, en opinión de De La Rochère -insiste-, no significa que haya que prescindir de los políticos: «Lo que hay que trabajar es la cultura. Los políticos por sí solos no pueden hacer nada. Además, ellos también dependen de los medios de comunicación, es decir de la cultura del siglo XXI. Por eso, hay que ejercer una presión constante. En la Historia, se han producido grandes vuelcos. ¿Por qué no en nuestros temas?»
La activista no quiere culpar de todo al ambiente que nos rodea y hace autocrítica: «En Francia, los defensores de los valores han dedicado mucho tiempo en las últimas décadas a su propio éxito material. El corolario ha consistido en dejar en manos de la izquierda el control de los medios y la educación».
Existen medios cristianos y también colegios no controlados por el Estado.
Sí, pero también hay que estar presentes en los medios generalistas. En cuanto a la educación, claro que existe la enseñanza privada, pero no es óbice para dejar, como se ha hecho, la enseñanza pública en manos de la izquierda más militante, que ha sido y es perfectamente consciente del valor que la formación de las mentes tenía y tiene.
Al margen de los conceptos, ¿tiene alguna medida concreta en la recámara?
Sí: vamos a animar a los ciudadanos a hacer su declaración de la renta en papel, en vez de hacerlo a través de Internet, así como a que paguen sus impuestos con periodicidad trimestral y no mensual. Hay que entorpecer la labor del Estado.
Eso es, como mínimo, una guerrilla.
Sí, pero pacífica.
J.M. Ballester Esquivias
alfa y omega

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