Una misa en la catedral de Moscú, una tertulia en la capital rusa y una visita al santuario de la Virgen de Kazán son algunos de los momentos de la visita pastoral del Prelado del Opus Dei a Rusia.
Misa en la catedral
Mons. Paolo Pezzi, arzobispo de Moscú, y Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, han celebrado una misa de acción de gracias en la catedral de Moscú con motivo de la reciente beatificación de Álvaro del Portillo.
A la misa han asistido diversos fieles que participan en los medios de formación del Opus Dei. El arzobispo de Moscú ha bendecido además un icono con la imagen del beato Álvaro del Portillo. Al finalizar la misa, los asistentes pudieron venerar una reliquia del sucesor de san Josemaría.
Al comienzo de la Misa, el Arzobispo agradeció la presencia de Mons. Javier Echevarría en Rusia y también la presencia de los miembros de la Prelatura en la diócesis.
"La labor que las personas del Opus Dei realizan en Moscú y San Petersburgo –dijo el Obispo- es algo bello y constructivo para la diócesis".
Tertulia en un teatro de Moscú
Mons. Javier Echevarría ha celebrado un encuentro con moscovitas que participan en los medios de formación del Opus Dei. El Prelado inició el encuentro señalando que "la vida cristiana debe ser alegre, debe ser un ofrecimiento de amor a los que sufren".
Asimismo, comentó la parábola evangélica de los invitados a la boda que se había leído en la celebración eucarística de ese día: "Somos invitados por Jesucristo a la amistad y comunión con Él. El mensaje del Evangelio no es algo viejo y pasado de moda: es nuevo, Cristo está vivo y nos acompañará hasta el final de los tiempos. Yo soy el primero en pedirle ayuda. Desde que he pisado el suelo de Moscú, le he suplicado que llene las calles de la ciudad con sus bendiciones".
Una señora, madre de cuatro hijos, le preguntó cómo podía explicar a su familia " el valor de la Eucaristía, el hecho de que vale la pena dedicar media hora a la misa y dos horas de trafico con un niño pequeño".
La Eucaristía -respondió Mons. Echevarría- es la comida del alma. Sin Jesús, no podemos vivir una vida plena. Como una madre da de comer a su hijo, así Dios nos alimenta con su amor. Es verdad que a veces asistir a misa exige recorrer un largo camino, pero ¿acaso los enamorados ven un obstáculo en la distancia que les separa? La misa te ayudará a querer más a tu marido y a tus hijos".
Otra persona le pidió si podía explicar cual era el mensaje del Opus Dei. El Prelado explicó que se trata de vivir felices en la tierra, pero pensando en el Cielo. Para eso es necesario trabajar bien, para poder ofrecer ese empeño a Dios: " San Josemaría aconsejaba ponerse en la mesa de trabajo un crucifijo y, al lado, una foto de la propia familia. El Opus Dei ayuda a simplificar la vida de todos los días: en el trabajo y en la familia se encuentran ocasiones para amar a todos, independientemente de su religión".
¿Qué supone ser el sucesor de dos santos?, fue otra de las preguntas. " He sido testigo de cómo san Josemaría y el beato Álvaro vivían para los demás, de la mañana a la noche. Yo, como cualquier persona, debo luchar todos los días por superar mis defectos. Por eso, os pido que recéis por mí".
Finalmente, invitó a todos a rezar por Rusia, " ya que, como nos recordaba san Josemaría, la verdadera y única arma eficaz es la oración".
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