En vísperas del Jueves Santo, con la Plaza de San Pedro cerrada y con el Papa confinado al igual que decenas de millones de personas debido al coronavirus, Francisco ha concedido una entrevista con Austen Ivereigh que en español publica en exclusiva ABC donde habla de la situación mundial y eclesial marcada por el virus y de la respuesta que se puede dar desde la fe.
El Santo Padre responde cómo está viviendo espiritualmente esta decisión. “Rezo más, porque creo que debo hacerlo, y pienso en la gente. Es algo que me preocupa: la gente. Pensar en la gente a mí me unge, me hace bien, me saca del egoísmo. Por supuesto tengo mis egoísmos: el martes viene el confesor, o sea que ahí arreglo las otras cosas. Pienso en mis responsabilidades de ahora y ya para el después. ¿Cuál va a ser mi servicio como obispo de Roma, como cabeza de la iglesia, en el después? Este después ya empezó a mostrar que va a ser un después trágico, un después doloroso, por eso conviene pensar desde ahora”.
Los santos de la puerta de al lado
De este modo, señala que su gran preocupación –la que siente en la oración- “es cómo acompañar al pueblo de Dios y estar más cercano a él. Este es el significado de la misa de las siete de la mañana en 'streaming' (o retransmitida en directo), que mucha gente sigue y se siente acompañada; de algunas intervenciones mías, y del acto del 27 de marzo en la plaza de San Pedro. Y de un trabajo bastante intenso a través de la Limosnería Apostólica, de presencia para acompañar las situaciones de hambre y enfermedad. Estoy viviendo este momento con mucha incertidumbre. Es un momento de mucha inventiva, de creatividad”.
Francisco destaca en la entrevista la importancia de “los santos de la puerta de al lado en este momento difícil. ¡Son héroes! Médicos, religiosas, sacerdotes, operarios que cumplen con los deberes para que la sociedad funcione. ¡Cuántos médicos y enfermeros han muerto! ¡Cuántos sacerdotes, cuántas religiosas han muerto! Sirviendo”.
La creatividad del cristiano
Y por ello, insiste en que “si reconocemos este milagro de los santos de al lado, de estos hombres y mujeres héroes, si sabemos seguir estas huellas, este milagro terminará bien, para bien de todos. Dios no deja las cosas a mitad de camino. Somos nosotros los que las dejamos y nos vamos. Es un lugar de metanoia (conversión) lo que estamos viviendo, y es la oportunidad de hacerlo. Hagámonos cargo y sigamos adelante”.
Francisco insiste en que “el pueblo de Dios necesita que el pastor esté cerca” por lo que considera que “la creatividad del cristiano se tiene que manifestar en abrir horizontes nuevos, en abrir ventanas, abrir trascendencia hacia Dios y hacia los hombres, y redimensionarse en la casa”.
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“No es fácil estar encerrado en casa”, reconoce el Papa. Por ello, pide: “resérvense para mejores tiempos, porque en esos tiempos recordar esto que ha pasado nos ayudará. Cuídense para un futuro que va a venir. Y cuando llegue ese futuro, recordar lo que ha pasado les va a hacer bien. Cuidar el ahora, pero para el mañana. Todo esto con la creatividad. Una creatividad sencilla, que todos los días inventa. Dentro del hogar no es difícil descubrirla. Pero no huir, escaparse en alienaciones, que en este momento no sirven”.
La cultura del descarte
En esta entrevista concedida a The Tablet y Commonweal, Francisco denuncia también la “cultura del descarte” que se da en esta crisis mundial y en el que “es normal sacrificar” desde “el principio al fin”. “Pienso, por ejemplo, en la selectividad prenatal. Hoy día es muy difícil encontrar personas con síndrome de Down por la calle. Cuando la tomografía los ve, los mandan al remitente. Una cultura de la eutanasia, legal o encubierta, en que al anciano se le dan las medicinas hasta un cierto punto”, recuerda Francisco.
Por ello, recuerda también “la encíclica del Papa Pablo VI, la Humanae Vitae. La gran queja de los pastoralistas de la época se centraba en la píldora. Y no se dieron cuenta de la fuerza profética de esa encíclica, que era adelantarse al neomaltusianismo que se venía preparando para todo el mundo. Es una alerta de Pablo VI ante esa onda de neomaltusianismo”.
"Momento de ver al pobre"
Los pobres tienen un lugar importante para el Papa. “Es el momento de ver al pobre. Jesús nos dice que ‘a los pobres los tendréis siempre con vosotros’. Y es verdad. Es una realidad, no podemos negarlo. Están ocultos, porque la pobreza es pudorosa. En Roma, en medio de esta cuarentena, un policía le dijo a un hombre: ‘No puede estar en la calle, tiene que ir a su casa’. La respuesta fue: ‘No tengo casa. Yo vivo en la calle’. Descubrir esa cantidad de gente que se margina… y cómo la pobreza es pudorosa, no la vemos. Están ahí, pasamos al lado pero no los vemos. Son parte del paisaje, son cosas. Santa Teresa de Calcuta los vio y se animó a empezar un camino de conversión”.
Insiste en que ver a los pobres significa “devolverles la humanidad”. “No son cosas, no son descarte, son personas. No podemos hacer una política asistencialista como hacemos con los animales abandonados. Y muchas veces se trata a los pobres como animales abandonados. No podemos hacer una política asistencialista parcial. Me atrevo a dar un consejo. Es la hora de descender al subsuelo”, señala.
Puede leer íntegra la entrevista al Papa en ABC pinchando AQUÍ
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