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viernes, 24 de abril de 2020

Nadie debería morir solo, aun durante la pandemia

Michael Toscano ha perdido a su abuelo de 99 años, quien residía por decisión propia en una residencia para mayores en Florida, y que pasó sus últimos minutos en un hospital, sin que pudiera acompañarle ningún familiar. La pandemia marcó el escenario final, pero el anciano no murió precisamente por coronavirus.
Toscano, director del Institute for Family Studies, narra el episodio en las páginas del Wall Street Journal. Según explica, a la vista de la alta letalidad del virus para los mayores, en la residencia se adoptaron medidas de distanciamiento social. Su abuelo quedó así sin poder salir de su habitación, y solo abría la puerta para recoger la comida que le dejaban ahí mismo. Nadie podía ir a visitarlo, ni a él ni al resto de los residentes.

Cuenta el autor que, en algún momento, encontraron a su abuelo tendido en el suelo de su habitación, y lo llevaron deprisa al hospital, donde falleció. “No tuvo ojos amorosos que lo miraran en sus minutos finales, que le agradecieran su vida, que lo encomendaran a Dios. Tenemos la esperanza de que tuviera a una enfermera a su lado, pero probablemente nunca lo sabremos”.

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aceprensa.com

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