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sábado, 19 de marzo de 2011

Ejemplo de civismo universitario

la multitud que acudió a la misa de desagravio
   Magnífica reacción ciudadana ante el blasfemo asalto de la capilla universitaria de Somosaguas.   
   La celebración de una multitudinaria misa en la capilla del Campus de Somosaguas, de la Universidad Complutense de Madrid, ha sido un acto de ejemplar y profunda devoción religiosa y de expresión cívica de lo que significa la presencia de los lugares de culto en los centros universitarios del Estado. Un ejemplo que contrasta con lo ocurrido con el blasfemo asalto del pasado 10 de marzo.

    Algunos han aprovechado el caso de la profanación de este templo para sembrar la confusión sobre el papel de las capellanías en las universidades del Estado. Así se oscurece la esencia misma de la Universidad, un lugar en que la búsqueda y la afirmación de la verdad sobre el hombre, sobre el mundo y sobre Dios, es condición de su existencia. 

   El obispo auxiliar de Madrid, César Franco, ha subrayado en su homilía que “resultan aún más incomprensibles a la recta razón y al sentido ético natural, los actos que bajo pretexto de libertad de expresión o de reivindicación ideológica se han realizado en esta capilla, hiriendo la sensibilidad religiosa de quienes profesan la fe en Cristo, de la que participa la mayor parte de nuestro pueblo”.

La declaración de Somosaguas, firmada por más de quinientos profesores y personal universitario, señala que la Universidad debe ser un espacio de libertad y concordia, donde se respeten todos los derechos legítimos que reconoce nuestra Constitución. Menos no se puede pedir a esta Institución y a sus responsables. 


Homilía de Monseñor César Franco en la Capilla de Somosaguas
 

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