Hay que seguir con la sensibilidad muy alta y ayudar a que la ciudadanía entienda que las batallas actuales que se libran en el campo de la educación son fundamentales para la familia y para la sociedad.
Educación para la Ciudadanía es, desde hace cinco años, la expresión más tangible de una importante anomalía cultural: la pretensión por parte del Estado de controlar la educación obligatoria incluso en su dimensión moral. Es también una muestra evidente de una de las ideologías que amenazan nuestro tiempo: “la eliminación de la tolerancia en nombre de la tolerancia”.
La buena noticia es, sin embargo, que sigue creciendo la resistencia social a este atropello de los derechos fundamentales y que esta tendencia es ya, afortunadamente, imparable.
Los ejemplos vivos y dramáticos de esta constatación están muy próximos. Uno de ellos es la situación de un alumno objetor en el Colegio Público Luis de Morales de Badajoz, al que la semana pasada la Asamblea de Extremadura dedicó un pleno en el que, como ha expresado la propia madre del alumno, Margarita Cabrer, la Junta de Extremadura no hizo sino un “cobarde ridículo” por su insensibilidad y arrogancia ante una situación como la que esta viviendo esta familia.
Otro ejemplo es el de la negación de la titulación a dos alumnas objetoras en Cabezas de San Juan (Sevilla). La tutora de las alumnas, Virginia Rodríguez Arce, ha salido en defensa de las niñas y ha acusado a la Junta de Andalucía de haber hecho “un daño añadido” a dichas alumnas. Por su parte E-cristians ha iniciado, según ha informado Fórum Libertas, una oportuna campaña para pedir al Presidente de la Junta de Andalucía que intervenga en el caso.
La controversia está presente también en el nivel político. Estos días la plataforma Objetores.org denunciaba la reforma -prácticamente encubierta- de la LOE para reforzar la discrecionalidad del Gobierno en la introducción de nuevas asignaturas obligatorias en la ESO. Por su parte, representantes del Partido Popular -en concreto Sandra Moneo, Secretaria Nacional de Políticas de Igualdad y Educación, y Juan Vicente Herrera, Presidente de la Junta de Castilla y León- han reiterado las críticas al adoctrinamiento de EpC y han insistido en el compromiso del principal partido de la oposición de eliminar estas asignaturas ideológicas. Un compromiso que desde la sociedad civil vemos con satisfacción pero que necesita ir acompañado de hechos y coherencia.
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