En la última década, los colegios católicos de Estados Unidos –todos
privados– han perdido el 25% de su alumnado, y uno de cada cuatro ha
tenido que echar el cierre. Ante este panorama, varias diócesis han
puesto en marcha iniciativas para optimizar el rendimiento empresarial
de sus centros sin perder la identidad católica.
El número de estudiantes en escuelas católicas (primaria y
secundaria) ha pasado de los cinco millones en 1960 (uno de cada diez
alumnos) a poco más de dos millones durante el curso 2011-12, apenas uno
de cada 30. Actualmente, la plaza en un colegio católico cuesta una media de
5.387 dólares por año (3.673 en educación primaria y 8.182 en la high
school). El coste real es mucho mayor: según un estudio de la Asociación
Nacional de Educación Católica (NCEA por sus siglas en inglés), lo que
pagan las familias solo representa el 62% del coste de una plaza en
educación primaria, y un 80% de la de high school –como referencia, el
gasto por estudiante en un colegio público fue de 10.615 dólares en
2010–. El resto del dinero lo aportan las diócesis, donantes
particulares y también las administraciones.
De toda la escuela privada, la católica sería la más barata de
financiar por la Administración, y es la que más se parece a la escuela
pública en algunos indicadores como el porcentaje de alumnos de minorías
étnicas o la ratio alumnos-profesor, la más alta de todo el sector
privado.
Aparte de la falta de subvención pública, otros factores explican la
apurada situación de gran parte de la escuela católica norteamericana. Uno de ellos es precisamente el auge de las charter schools,
centros públicos financiados por las administraciones pero que gozan de
mucha más autonomía en su gestión que las escuelas públicas
tradicionales, aunque no tanta como en los privados.
Ante la competencia de las charter, muchos piensan que las
escuelas católicas deberían subrayar su propia identidad, incluso como
estrategia comercial. Temen que, por conseguir financiación, los
colegios sufran el mismo proceso de pérdida de identidad que
experimentaron algunas universidades católicas en el pasado, o que dejen
de atender preferentemente a algunos colectivos especialmente
necesitados. Quizá por eso se han recibido con precaución algunas de las
medidas destinadas a sanear las finanzas.
Toda la información completa en Aceprensa
Quizá esto tenga algo que ver en este problema y no afecta solo a EEUU:
ResponderEliminarhttp://rsanzcarrera.wordpress.com/2013/01/13/el-juicio-por-ser-catolico/
saludos.