El obispo de Tenerife, monseñor Bernardo Álvarez, dio este jueves 24 de enero la voz de socorro: el Gobierno de Canarias reducirá un 63 por ciento la ayuda a Cáritas en 2013.
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Este drástico recorte se suma a los de 2011 y 2012.
En total, desde 2010, el Gobierno autónomo ha reducido en más de un 73 por ciento las ayudas a Cáritas, que han pasado de un millón a 269.284 euros.
Cáritas tendrá que cerrar o reestructurar servicios, a menos que los
ciudadanos consigamos que el presidente Rivero reconsidere un recorte
drástico e injusto que pagarán las personas más vulnerables de nuestra
sociedad.
Una de las iniciativas que Cáritas tendrá que suprimir son sus
centros de atención y acogida para mujeres embarazadas y para sus hijos. Se trata de servicios modélicos, como el Centro de Día Materno Infantil Chaxiraxi, de Tenerife, o el Proyecto Atacaite.
Ayudan a las mujeres ante un embarazo imprevisto.
Les proporcionan un ambiente seguro y familiar. Les procuran independencia para que puedan tener a sus hijos y cuidar de ellos.
Solo en 2012, Chaxiraxi atendió a 26 mujeres y 23
menores. Estamos hablando de vidas humanas salvadas del aborto y de
mujeres que han podido tener a sus hijos en libertad y con seguridad.
Los servicios de Cáritas vienen funcionando como la barrera más eficaz frente al avance del aborto en las Islas.
El año pasado, Canarias volvió a ponerse a la cabeza en el número de abortos, según la última estadística publicada por el Ministerio de Sanidad a finales de diciembre.
Canarias necesita a Cáritas. Sus centros ayudan de verdad a los que
más lo necesitan, también a las mujeres que quieren tener una
alternativa al aborto.
Con un 63 por ciento menos de financiación, es imposible atender los
estragos de la crisis económica en Canarias, una región con un 32 por
ciento de su población activa desempleada.
HAZTEOIR
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